ATALAYA, SIERRA PELAYO, CASTILLO DE LA CONCEPCIÓN

ATALAYA, ASCENSIÓN POR EL HORMIGÓN Y DESCENSO POR EL OESTE, SIERRA PELAYO, CASTILLO DE LA CONCEPCIÓN, 2017-10-22, 11,9 Km. 4 horas 02 minutos, +505 m. -462 m.

Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/TMPw8UZDAli5pGnV2

Por La Fortaleza, Atalaya o Castillo de la Muerte lo nombran, es nuestro monte más a mano y tenemos la gran suerte de que, desde la Alameda, en una hora lo subes y a casa a ducharte, pero no te engañes, su ascensión puede ser lo dura que tú quieras, depende del ritmo y de cuál de los 4 senderos de subida habituales elijas.

Hoy nos elevamos por la pista de hormigón, visitamos La Fortaleza y esperamos la salida de nuestra estrella, temperatura ideal gracias a la asistencia de Eolo. Descendimos por el oeste y raudos atacamos la Sierra de Pelayo elevándonos a los 229 del primer pico, seguimos con los 225 del segundo, repetimos con los 164 del tercero y terminamos con los 201 del cuarto. Todo ello por las crestas, ya que la aliaga no te permite descender ni un ápice. Una gran satisfacción no encontrarse corredor alguno ni frenada de las dos ruedas.

Mirando al sur, puedes extasiarte con el inmenso Mediterráneo y con la agradable visión de la escuela que me formó, La Técnica de Bazán, a la que tuve el enorme honor de pertenecer como alumno. El Tercio de Levante de Infantería de Marina, La Algameca Grande y esa lengua de mar, donde desemboca la Rambla de Benipila. Podrán gozar tus retinas mirando el “puerto a quien los de Cartago dieron nombre, cerrado a todos vientos y encubierto, a cuyo claro y singular renombre se postran cuantos puertos el mar baña, descubre el sol y ha navegado el hombre”, según escribió Cervantes, en su Viaje del Parnaso.
Nos encantó atravesar y gozar de las vistas de nuestra ciudad por la cresta de Pelayo, pero, conquistados sus 4 vértices, descendimos hasta el camino que circunda el Castillo de la Muerte, tal como lo llamaban en la Sublevación Cantonal, para atravesar el barrio de la Concepción; por cierto a la torre de su iglesia le falta una manita de pintura, bajar hasta el puerto y elevarnos hasta el Castillo de la Concepción o de los Patos. Visitamos la Feria de Mayores. Y, ¡Cómo no!, atravesar el centro y dirigirnos a la Taberna del Martillo para practicar el culto a la rubia. Salud.