ATALAYA, SIERRA PELAYO, ESCUELA TÉCNICA, ALGAMECA CHICA, BATERÍA DE SAN FULGENCIO, GALERAS POR EL SUR
near Ciudad Jardín, Murcia (España)
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Itinerary description
064/20 - 2020-08-26 – ATALAYA, SIERRA PELAYO, ESCUELA TÉCNICA, ALGAMECA CHICA, BATERÍA DE SAN FULGENCIO, GALERAS POR EL SUR - 2015-03-29, 16,9 Km, 5 horas, 47 minutos, +643 m, -623 m.
Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/mWqDgbbQcpHivGrL7
El aroma a churros me hizo parar en la Paz. 6:45 horas, Cartagonova. Caminamos hacia el barrio de Villalba para dar tiempo a que entrara el alba. Por el noroeste subimos a la Atalaya y, al llegar arriba, la fortaleza no estaba, había desaparecido, una copiosa niebla ocultaba todo lo que nuestras retinas querían ver a más de 50 metros. Accedimos al castillo de “la muerte”, según lo llamaran en la Sublevación Cantonal, y comenzamos el descenso por el suroeste.
Raudos atacamos la Sierra de Pelayo elevándonos a los 229 del primer pico, seguimos con los 225 del segundo, repetimos con los 164 del tercero y terminamos con los 201 del cuarto. Todo ello por las crestas, ya que las aliagas no te permite descender de las escarpadas rocas. Una gran satisfacción no encontrarse ninguna frenada de las dos ruedas ni corredor alguno.
Normalmente, mirando al suroeste, puedes extasiarte con el inmenso Mediterráneo, La Algameca Grande y esa lengua de mar, donde desemboca la Rambla de Benipila, pero hoy, sólo una niebla meona, que no llegaba a ser llovizna, campaba por el espacio y humedecía nuestra ropa. Hoy de fotos “na de na”.
Bajamos hacia lo que otrora era la ETA, (Escuela Técnica de Aprendices) de Bazán. Volvemos a denunciar que en el exterior norte de ésta, en la rambla que desagüa en Benipila, han arrojado una gran cantidad de escombros, uralita incluido, material, este último, que contiene asbesto y el consiguiente riesgo por su poder cancerígeno.
Cruzamos Benipila y atravesamos la Algameca Chica para acceder al sendero que nos llevaría hasta la batería de San Fulgencio, la más deteriorada de las 34 que he visitado en Cartagena. Desde ésta, monte a través, aunque señalizado con hitos, ascendimos al castillo de Galeras para hacer un receso en el “Balcón del Puerto”. Ya veíamos el mar y el sol calentaba lo suyo. El calor era tan sofocante que decidimos no tomar hacia el Soto de la Podadera y volver a casa.
Antes de llegar a casa, claro, visité la Taberna del Martillo. Salud.
Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/mWqDgbbQcpHivGrL7
El aroma a churros me hizo parar en la Paz. 6:45 horas, Cartagonova. Caminamos hacia el barrio de Villalba para dar tiempo a que entrara el alba. Por el noroeste subimos a la Atalaya y, al llegar arriba, la fortaleza no estaba, había desaparecido, una copiosa niebla ocultaba todo lo que nuestras retinas querían ver a más de 50 metros. Accedimos al castillo de “la muerte”, según lo llamaran en la Sublevación Cantonal, y comenzamos el descenso por el suroeste.
Raudos atacamos la Sierra de Pelayo elevándonos a los 229 del primer pico, seguimos con los 225 del segundo, repetimos con los 164 del tercero y terminamos con los 201 del cuarto. Todo ello por las crestas, ya que las aliagas no te permite descender de las escarpadas rocas. Una gran satisfacción no encontrarse ninguna frenada de las dos ruedas ni corredor alguno.
Normalmente, mirando al suroeste, puedes extasiarte con el inmenso Mediterráneo, La Algameca Grande y esa lengua de mar, donde desemboca la Rambla de Benipila, pero hoy, sólo una niebla meona, que no llegaba a ser llovizna, campaba por el espacio y humedecía nuestra ropa. Hoy de fotos “na de na”.
Bajamos hacia lo que otrora era la ETA, (Escuela Técnica de Aprendices) de Bazán. Volvemos a denunciar que en el exterior norte de ésta, en la rambla que desagüa en Benipila, han arrojado una gran cantidad de escombros, uralita incluido, material, este último, que contiene asbesto y el consiguiente riesgo por su poder cancerígeno.
Cruzamos Benipila y atravesamos la Algameca Chica para acceder al sendero que nos llevaría hasta la batería de San Fulgencio, la más deteriorada de las 34 que he visitado en Cartagena. Desde ésta, monte a través, aunque señalizado con hitos, ascendimos al castillo de Galeras para hacer un receso en el “Balcón del Puerto”. Ya veíamos el mar y el sol calentaba lo suyo. El calor era tan sofocante que decidimos no tomar hacia el Soto de la Podadera y volver a casa.
Antes de llegar a casa, claro, visité la Taberna del Martillo. Salud.
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