Aulesti-Illuntzar-Ispaster-Otoio-Faro de Santa Catalina-Lekeitio

Antes de describir la ruta, comentar que el trazado real que he realizado es éste mismo, a excepción del ascenso al monte Otoio. Fui con un compañero de trabajo que me puso una limitación de 8h para acabar la ruta, ya que él tenía que estar de vuelta a casa no mas tarde de ese periodo de tiempo. Empezamos en Aulesti a primerísima hora, 30 min antes del amanecer. En teoría teníamos tiempo de sobra, o eso calculé yo, pero nos encontramos con varios imprevistos que nos hizo perder mucho tiempo (un tramo de unos 300m con árboles caídos taponando el sendero y teniendo que sortearlos como podíamos, y andar 2km mas de los previstos por no existir un sendero que en un principio si me figuraba). Eso y que el ascenso al Illuntzar lo hicimos mas bien despacito, una vez llegamos a Ispaster, echamos cuentas y si seguíamos hacia el monte Otoio, tal y como yo pretendía, pues nos pasábamos del limite de tiempo.

Finalmente fuimos hasta el faro de Santa Catalina por abajo, por la carretera, pudiendo ir así mucho mas rápido y ganar bastante tiempo. Acabamos la ruta en 7h y 10 min, pero sin hacer cumbre al Otoio. En este track lo he incluido porque ya lo tenía hecho anteriormente junto con otro compañero y sé de principio a fin por donde hay que ir, las vistas y el entorno que hay, es un lugar bastante chulo. De haber ido allí lo mas seguro es que hubiésemos tardado como poco 1h mas, por el mas que probable barrizal que nos hubiéramos encontrado al bajar desde la cima hasta el faro.

Es una ruta que merece mucho la pena hacer, aunque ese tramo de árboles caídos no lo esperábamos nadie, ni nosotros ni otra pareja que venía en sentido contrario. Pero es que no hay otro camino posible, es un incordio sortear los árboles pero por poder se puede avanzar, aunque sea con mucha paciencia y lentitud.


Comenzamos en la parada de bus situado justo al lado de la iglesia y ayuntamiento del pueblo de Aulesti. Seguimos unos metros de frente para luego hacer un triple giro derecha-izquierda-derecha. En el último, atajamos por camino herboso y evitar así andar de más por una pista asfaltada.
Luego nos lo encontramos y ahí si, avanzamos por ella en suave y constante ascenso.

Mas adelante, llegamos al barrio de Narea. En la parte alta del mismo, giramos a la derecha, haciendo caso a uno de los numerosos carteles que indican el camino hacia el monte Illuntzar. Ademas de estos carteles, también hay muchas marcas pintadas en los árboles con los colores azul, blanco y amarillo.

La primera mitad del ascenso es realmente duro, yendo en medio de un denso bosque con rampas muy exigentes y con el terreno algo embarrado que ralentiza un poco el avance, pero sin ser un problema.
Es a partir de la segunda mitad, cuando cruzamos una valla y dejamos atrás el bosque para ir a cielo abierto, cuando la pendiente pierde inclinación y nos permite así avanzar con mas rapidez.

Pero no todo iba a ser coser y cantar. Unos cientos de metros mas adelante, la arboleda vuelve a hacer acto de presencia, y esta vez el terreno estaba hecho una mierda, había un barrizal que no era del todo aconsejable continuar por ahí. Así pues, decidimos atajar e ir en fuerte pendiente por el lado izquierdo hasta encontrar la continuación del otro camino. No tardamos mucho en encontrarlo, además fuimos otra vez a cielo abierto, cómodamente por terreno herboso, así hasta la cima.

Pero antes de coronar el Illuntzar, llegamos primero a una cima secundaria llamada Akaputxer (683m), teniendo un pequeño cumulo de piedras indicando la cima. Lo he incluido en un waypoint pero realmente no merece la pena considerarlo como una cima. De igual manera otras 2 que hay después del Illuntzar. Eso si, desde aquí las vistas son cojonudas, pero mejor las mencionaré a continuación, cuando alcancemos la cima principal.

Unos pocos metros después, hay una alambrada, la cual cruzamos. Ya solo nos queda subir un último repecho y ahora si hacemos cumbre a la máxima altura de esta sierra de Leia, que es el Illuntzar (726m). Las vistas son impresionantes, viendo sierras de montaña como el Bedartzandi, Santa Eufemia, Aizkorri, Udalatx, parte del Anboto, el Gorbea, Sierra Salvada, Ganekogorta, cumbres nevadas de Cantabria, Ereñozar y su ermita cimera, el Otoio, y otros muchos mas. También se distinguen barrios y localidades cercanas a las marismas de Urdaibai, Aulesti, e incluso nuestro destino, Lekeitio, y por supuesto el Mar Cantábrico al fondo.

Tras las fotos de rigor, continuamos la marcha, yendo por caminos indicados con señales que informan que son aptos para ir montado a caballo. Nunca he visto una señal de este tipo.
A su vez, pasamos por otras 2 cumbres secundarias llamadas Irukitza (672m) y Mandalesta (603m).
Seguimos descendiendo aun por camino herboso, hasta dar con un cruce. Giramos a la derecha y ya dejamos la hierba para ir por sendero natural.

De aquí en adelante, la presencia de barro es constante, pero sin llegar a suponer un gran problema. Pasamos por un precioso hayedo y llegamos a otro cruce. Tomamos la primera salida por la derecha y... aquí comenzó el show.

Solo serían unos 300m, pero se nos hizo eternos. El camino estaba repleto de árboles caídos, arrancados de raíz, e insisto, lleno hasta los topes, uno seguido de otro. Desconocemos desde cuando está aquello así, aunque podría ser que las fortísimas lluvias que cayeron en el pasado mes de Noviembre hayan debilitado las raices de los árboles y, junto con el viento que haya habido después, caerse de esta forma. A ver si a corto tiempo los retiran porque sería una vergüenza dejarlos ahí tirados habiendo gente como nosotros que transitamos por la zona.

No podíamos volver atrás e ir por otro sendero ya que ninguno conducía a nuestro destino, no había plan B, así que con atención y precaución, fuimos buscando los huecos necesarios para que pudiéramos pasar. A veces agachándonos por debajo del tronco, otros por encima, otros apoyando el culo... pero al final conseguimos atravesar toda esa muralla que la madre naturaleza nos puso delante de nuestras narices.
Justo después nos cruzamos con una pareja que iba en sentido contrario, y obviamente les avisamos de lo que se iban a encontrar. Aun así siguieron adelante.

Luego, en un cruce de 3 caminos, seguimos por la 2º salida y continuamos descendiendo en suave pendiente, aunque algo incómodo en ocasiones por la presencia de piedras y barro. A mitad de bajada fue cuando tenía incluido en el track original un giro brusco a la izquierda para ir casi en linea recta rumbo hacia Ispaster. Pero a la hora de la verdad, no vi ese camino, así que no nos quedó otra que buscar un plan B, y el mas corto y factible era pasar por el pabellón industrial de Okamika, por el barrio del mismo nombre, y de ahí ascender por una larga pista de cemento que al final acabaría conectando con el teórico sendero anterior.

Una vez hecho esto, acto seguido alcanzamos el barrio de Gallete y poco después llegaríamos a un punto clave de la ruta, la localidad de Ispaster. Aquí hicimos un breve parón para descansar y comer y beber algo. Echamos cuentas de a que hora podríamos llegar a Lekeitio si fuésemos por el monte Otoio, y la verdad es que nos hubiésemos pasado del tiempo limite de mi compañero. No iba a dejarle solo e ir por mi cuenta al monte Otoio, así que opté por acompañarle e ir por la vía mas corta y rápida que había hasta el siguiente objetivo que ambos nos propusimos, que era el faro de Santa Catalina, es decir, por la carretera.

Ahora bien, lo que a vosotros os interesa es la parte que va de Ispaster al Otoio y el descenso hasta el faro.
El ascenso es realmente sencillo; llevadero, cómodo y rápido, yendo por anchos senderos de tierra en primer lugar y piedras después.

A escasos 500m de llegar a la cima, en una curva cerrada a la derecha, podemos ver de frente un caminillo ascendente. Este camino nos lleva hasta un mirador, donde tenemos una fantástica vista de la costa y los pueblos del interior.

Tras sacar unas fotos, volvemos hasta el sendero principal para completar el ascenso al Otoio.
Hay 2 maneras de hacer cumbre; siguiendo por el mismo sendero, llegando primero hasta la antena y luego al geodésico, o yendo por un atajo a la derecha, mas corto pero a la vez mas exigente.

Nosotros decidimos atajar. Es un ascenso durillo pero rápidamente llegamos al geodésico, junto con el doble buzón del monte Otoio (392m). Desafortunadamente no hay vistas desde la cima, ya que está cubierto de vegetación por todos los lados.

Ahora, iniciamos el descenso para ir hasta nuestro siguiente objetivo, el faro de Santa Catalina. La bajada no es tan sencilla como la subida. Es mas técnica, mas empinada, y en caso de que el terreno este mojado (exactamente como hubiera estado hoy), mucho mas peligroso.
El camino esta cubierto por hojarasca en muchos tramos, o por tierra donde no la hay. Es una zona muy bonita pero hay que andarse con ojo en ciertos pasos para no resbalar.

Poco a poco descendemos, y a mitad de camino giramos a la derecha, justo al lado de 2 árboles que indican con señales GR roja y blanca 3 lineas horizontales y una cruz, osea, que hay que por ahí, y que no hay que ir por allí. Es una contradicción, pero quedaros con la primera, la buena, es un camino correcto. (Aquí si seguís recto, llegaríais hasta el mirador de Talaia, y de ahí bajar al faro. No lo he incluido porque en su día no pasamos por allí, y no quiero añadir algo que no he hecho ni fotografiado).

Luego, ascendemos unos pocos metros, giramos a la izquierda, y ya si que si, hacemos el descenso definitivo, en un amplio pero continuo zig-zag, primero por sendero natural, y luego, tras pasar por una fuente, por pista de asfalto.

Aquí ya si que fuimos en el día de hoy, siguiendo sin perdida alguna la pista hasta ver en la distancia la ermita de Santa Catalina y un bar que hay justo al lado. El faro se encuentra por detrás del bar, justo debajo. En el lado izquierdo, al borde de un acantilado, hay una bonita vista del mar y de otros acantilados próximos al lugar.

Por último, seguimos una carretera que conecta el faro con el pueblo de Lekeitio, desviándonos momentáneamente para pasar primero por el puerto, luego ya por la iglesia y el ayuntamiento, y finalmente por la parada de bus de Larrotegi para concluir esta exigente pero preciosa ruta. Muy recomendable a pesar de los imprevistos que nos hemos encontrado.


Otro detalle a tener en cuenta es calcular cuanto tiempo se puede tardar en hacer esta ruta. El ascenso al Illuntzar lo hicimos muy despacio, a menos de 3km/h de media, pero fácilmente se puede ir mas rápido. La bajada con los árboles caídos...no creo que eso lo vayan a retirar a corto plazo, se puede pasar pero tened en cuenta que habrá que dedicarle un buen rato (unos 15-20 min extras +o-). Y luego está la bajada del Otoio, que en su día me lo encontré en buen estado, con poco barro, pero que habiendo llovido recientemente, como ha sido el caso, os va a costar bajar mas de la cuenta. El resto de la travesía se puede hacer con mucha rapidez.