Aventura por la Rambla Pies de Gato, Rambla de Los Serranos y el Barranco de La Mina

Intrépida y aventurera ruta uniendo una rambla y un barranco muy poco transitados, agrestes y aventureros, la Rambla Pies de Gato y el Barranco de La Mina, junto con un conocido tramo de la rambla de Los Serranos desde la Cresta del Gallo bajando por la Senda de la Tana.
Ruta que califico de difícil, técnicamente, para senderistas no habituados a trepadas y destrepadas. Para los acostumbrados, es una ruta, relativamente, fácil. También aumenta la dificultad la salida del barranco. Una empinada cuesta casi sin sendero, con algunos hitos que nos ayudan a saber por dónde seguir pero que transita sin sendero ni camino alguno a la vista, mientras afrontamos un desnivel considerable. Físicamente, sí es exigente, ya que las ramblas castigan mucho las piernas, pero si se está acostumbrado se lleva bien. Además de la constante atención que precisa este tipo de terreno para evitar caídas, torceduras o esguinces. Para senderistas acostumbrados sólo a pistas o senderos buenos, es una ruta difícil.
A cambio, disfrutaremos de zonas casi vírgenes, con trepadas y destrepadas con mucho picante y muy entretenidas. Vale la pena el esfuerzo.
En la ruta me acompañan unos espléndidos compañeros del grupo de Telegram "Senderismo Independiente Región de Murcia", más mis inseparables y valientes treparriscos de cuatro patas Sam y Noa (trepando paredes que no se atreven los humanos). Ni que decir tiene la maravilla que es contar con toda esta compañía y la seguridad y tranquilidad que aportan a la aventura.


¡¡SE DEBE LEER EL DETALLE DE LA RUTA PARA EVITAR SORPRESAS!!

Antes de leer el detalle de la ruta lee este aviso de exención de responsabilidad:
"Las rutas que subo aquí sólo son un relato de mis salidas al monte con el fin de que me sirva de referencia para próximas ocasiones. Con la dificultad y características que tienen para mí, mis condiciones físicas y mi experiencia por el monte. No es una guía fidedigna de senderismo con un track ultraexacto (utilizo un simple smartphone y a veces la cobertura del GPS no es exacta) por lo que si alguien decide seguir mis tracks o indicaciones (no sólo no me opongo a su uso sino que estoy disponible para cualquier consulta) debe tener claro y asumir que es responsabilidad exclusivamente suya. Que el terreno puede cambiar con el paso del tiempo. Que la misma ruta puede no tener la misma dificultad dependiendo de las condiciones meteorológicas. Que la percepción de dificultad y/o riesgo es muy subjetiva, no es igual para todo el mundo y que lo que para uno es monte, otro puede ver rastros de senderos. No fiarse sólo de mis tracks. Leerlos antes teniendo en cuenta que detallan mi percepción de la ruta que puede ser muy diferente para otros. Las rutas hay que prepararlas y revisarlas antes de salir. A tu disposición. El grado de dificultad de una ruta también depende de tí, de tu experiencia senderista, de tu condición física y tu capacidad de adaptación al medio.
Y, un ruego final. No estropees la naturaleza. Déjala como la encuentras. Respétala. No es nuestra. Nosotros somos de ella."

La ruta comienza en el aparcamiento del Área Recreativa de la Cresta del Gallo.
Inmediatamente tomamos la bien señalizada Senda de La Tana y, tras desviarnos por algún que otro sendero para seguir disfrutando de la sombra, terminamos abandonándola para iniciar el descenso hacia la Rambla Pies de Gato.
La rambla es muy bonita. Casi salvaje. Y muy entretenida. Con formaciones rocosas muy llamativas y varios destrepes que van avanzando en dificultad. Pero que, con tranquilidad, paciencia y observación, se superan por ellos mismos o por alguna senda lateral. El último de ellos es el más delicado. Cuidado en él. Se supera fácil si estás habituado. Si no, mucho, mucho cuidado.
Al final de esta rambla, nos topamos con la conocida Rambla de Los Serranos. Aquí aprovechamos para reponer energías. Cuando seguimos, en este tramo, sólo nos encontramos con una dificultad. Una bella trepada, hoy sin agua, que superamos fácilmente. El resto, fácil paseo hasta llegar al lugar donde el Barranco de La Mina desemboca en la rambla por la que llegamos.
El Barranco de La Mina es, todavía, menos conocido, y por tanto menos transitado, que la Rambla Pies de Gato. Hay ocasiones en las que el exceso de vegetación en el lecho del barranco nos obliga a salir, momentáneamente, de el.
Tiene varias trepadas que, con cuidado y observación de los puntos de paso, se van superando. Hasta que llegamos a una pared de unos 4 metros. Esta pared parece infranqueable. De hecho, varios componentes del grupo sortearon el obstáculo por una pendiente que sale del barranco unos diez metros antes de la pared, a la derecha, para luego volver a él.
En mi caso,al no ser la primera vez que mis perros y yo la trepamos, decidimos afrontarla. Si te fijas con calma y detenidamente, tiene buenos agarres para pies y manos. Se sube bien. Pero cuidado. No está exenta de riesgo. Incluso de mucho riesgo. Al final, sólo 4 de los 11 que hicimos la ruta subimos por allí. Especial mención a Paco, cuya cara en el momento de superarlo era de éxito y satisfacción supremos. Y a Helen. Habituada al deporte pero no muy familiarizada con mis medio salvajes costumbres de trepar y destrepar por cualquier sitio. De Encarna ya no me sorprende nada. Y si a Noa hubo que animarla, Sam pego un salto y un autoimpulso más y se plantó arriba. Que perricompañeros más magníficos tengo!!
Pero repito, MÁXIMO CUIDADO EN ESA PARED. Valora la prudente alternativa de la pendiente de 10 metros antes por la derecha.
Ya, después, sólo nos queda la muy empinada pendiente de salida del barranco sin sendero ni camino a la vista. A pesar de algunos hitos que nos muestran por donde seguir, vamos campo a través en algunos metros. Casi por donde se puede. Esta zona también es delicada. Cuidado en ella.
Después de la salvaje subida, salimos a la cómoda pista de los Forestales, hacia la izquierda. Un poco más adelante, salimos de ella a la derecha por marcado sendero con fuente pendiente que se va suavizando hasta que, después de unirnos, de nuevo, a la Senda de La Tana, llegamos al punto desde donde partimos.

Una ruta bonita, muy entretenida, muy aventurera, exigente y con ese aderezo de adrenalina que conlleva los riesgos superados.

Los bastones no son tan imprescindibles como en otras ocasiones. El calzado si. Importante que tenga muy bien la suela y lo llevemos bien atado. Mejor botas con suela dura que faciliten y aseguren el paso por las ramblas. Que no falte agua. El riesgo de deshidratación se incrementa en las ramblas. Y alimentarse a mitad de camino es imprescindible para afrontar, con garantías, el difícil último tramo de la ruta.

Comentar la ruta, junto a un refrescante y nutritivo aperitivo, fue la mejor manera de acabar la aventura.



(Por si alguien tiene dudas sobre hacer las rutas con perro, a mí me acompañan dos bodegueros de poco menos de 15 kilos y se defienden sin problema alguno. Disfrutan más que yo pero son muy, muy obedientes y están muy, muy acostumbrados a todo tipo de rutas)
(La norma principal que sigo en mis salidas es no llevarme, romper, arrancar ni alterar nada de la naturaleza que encuentro ni tampoco dejar nada que deje huella alguna de mi paso.)