Avilés - Muros

Iniciamos el recorrido en las inmediaciones del parque de las Meanas, próximo a la Iglesia de Santo Tomás de Canterbury y de la Iglesia de Sabugo que visitamos anteriormente, así como del pintoresco barrio de pescadores de Avilés.
Ascendemos por varias calles hasta encontrar el camino señalado con las flechas amarillas.
Pasamos por Valredo y La Sablera para ascender entre las casas hacia La Cuesta. Desde lo alto se aprecia la población de Salinas con sus edificaciones, su playa y el Cantábrico.
Dejamos el asfalto para adentrarnos en un tupido bosque por el que descendemos hasta cruzar la vía del tren y la N-632 que nos acompañará en muchos tramos de nuestro recorrido.
Pasamos por el Monasterio de La Merced, con su centro de interpretación, cerrado en esta ocasión, por lo que no nos detenemos y cruzamos por un sencillo puente el río Raíces para pasear durante 1,5 Km. por la población de Salinas.
Empezamos a ver una gran variedad de hortensias en los jardines de las casas que nos acompañarán durante muchos días. No paramos de fotografiarlas y prueba de ello es la cantidad de colorido que hemos plasmado para documentar las rutas.
Salimos de la población y ascendemos hacia La Vallina. Nos desviamos de la carretera y por una empinada cuesta caminamos por la población de Alvaré.
Tomamos de nuevo la carretera para llegar a El Pontón por una fuerte bajada. Otro ascenso nos conduce hacia La Cruz y El Cordel, dejando en todo el recorrido la población de Piedras Blancas a nuestra izquierda.
Continuamos por el Camino que está bien señalizado con las flechas amarillas.
Pasamos por el río de Ferrería y ascendemos para llegar a la población de Venianiella.
Decidimos seguir hacia la izquierda ascendiendo hacia la iglesia parroquial de Santiago del Monte. Hay otra alternativa subiendo por veredas a la orilla del rio Pixongo, pero nos dijeron que era más penoso el camino al no ser tan tendido.
Tras un giro brusco al pasar por el cementerio cruzamos la carretera del aeropuerto.
Por el asfalto de la carretera SB-3 caminamos 1,4 km. hasta que nos desviamos a la izquierda por una pista forestal que transcurre a la sombra de una gran arboleda. Dejamos La Granda a la izquierda y La Barrera a la derecha.
El descenso es paulatino, entre los árboles que nos dan sombra, hasta llegar a ver la desembocadura del río Nalón y San Esteban en la otra orilla.
Distinguimos en lo alto el castillo de San Martín y nos detenemos para reponer agua en una fuente (que señalo con un Waypoint, ya que se puede pasar de largo si se continúa el camino).
La señalización para ascender hacia Soto del Barco está muy bien marcada. La subida es dura, pero merece la pena, pues al llegar a un mirador se puede descansar mientras se hacen fotos al castillo de San Martín y la ría de San Esteban.
Continuamos andando, después de unos minutos detenidos en el mirador, dejando El Carballedo a la derecha y llegamos a Soto del Barco y a la Magdalena.
Descendemos poco a poco dando un rodeo al seguir el asfalto hasta llegar al puente que cruza la Ría de San Esteban. Tiene una parte muy estrecha y peligrosa para el paso de los peatones, por lo que decidimos ir muy pegados a la misma en la zona de la calzada y pasar el puente lo más rápido posible.
Una vez cruzada la ría se asciende por el arcén de la carretera N-632 hacia Muros. Desde esta cuesta se aprecia con gran detalle la población de San Juan de La Arena y la desembocadura del río Nalón en el Cantábrico.
A los pocos metros se señala un desvío a la izquierda para abandonar la carretera N-632.
Al llegar de nuevo a la N-632 se marca un desvío a la derecha que nosotros seguimos, pero hay alternativa para continuar por la carretera y acceder a la población más adelante, pasando por un supermercado por si se necesita avituallarse de comida o bebida. (Está muy bien señalizado, ya que lo vimos nosotros al tener que descender desde la Plaza del Marqués de Muros al supermercado para reponer la despensa).
Por las calles estrechas de Muros, en continuo ascenso, llegamos a la Iglesia de Santa María y al Ayuntamiento.
En la Plaza del Marqués de Muros acabamos esta etapa del Camino.
Una vez finalizada hacemos unas recomendaciones:
Es una etapa de dificultad media, llevadera si no se finaliza en Soto de Luiña, pues lo que queda se haría muy duro por los kilómetros acumulados. Recomendamos hacerla de Avilés a Muros y dejar el resto para sumarlo a la siguiente etapa.
Hay que saber que tiene mucho asfalto, el enemigo de los senderistas.
También hay bastante ascenso y descenso, por lo que hay que considerarla “rompepiernas”.
Es para disfrutarla sin prisas con las vistas al Cantábrico, la Ría de San Esteban y los bosques que atraviesa. Por lo que seguimos recomendando finalizarla en Muros del Nalón.