Ayna, Calzada Romana, Senda de los Esparteros, Mirador de los Infiernos, Ribera del Mundo

Ayna​ es un municipio de Albacete, localizado en las últimas estribaciones de la Sierra de Alcaraz aunque integrado en la actual mancomunidad de servicios de la sierra del Segura, e incluye los núcleos de La Dehesa, El Ginete, El Griego, Moriscote, La Navazuela, La Noguera, Royo-Odrea, Las Hoyas, La Sarguilla, El Villarejo y El Pozuelo. Aunque es una población muy bella en si misma y por su entorno (que es la causa por la que se la ha llamado la Suiza Manchega), debe parte de su fama a haber sido el lugar donde se rodó la película de José Luis Cuerda "Amanece, que no es poco". En su término municipal se encuentra la Cueva del Niño con pinturas rupestres paleolíticas en su interior y pinturas epipaleolíticas de Arte Levantino en el exterior; esta caverna está considerada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad desde 1998. El territorio fue reconquistado por el rey Alfonso VIII en 1213. En 1565 fue nombrada Villa independiente del concejo de Alcaraz.
En diciembre de 2010, la Nueva Ortografía de la RAE declaró que la 'y' no es una excepción y también debe ser acentuada cuando forma un hiato, y, tras cinco siglos, pasó a tener tilde (esta situación no es compartida por los ordenadores, al parecer, ya que no consigo ponerle la tilde en ninguno).
Para la preparación de la ruta tuvimos muy en cuenta el track presentado por JL Fos (11672691), que seguimos en buena parte del recorrido, aunque incluimos modificaciones menores en otras partes.
Llegamos a Ayna procedentes de Segura de la Sierra (pasando por la JV-7033, A-317, A-310 y CM-3204 hasta llegar a Riópar, siguiendo por la CM-412 hasta Elche de la Sierra, desde donde giramos a la izquierda para tomar la CM-3203, que nos lleva hacia Ayna, pasando primero por el Mirador de los Infiernos y las cercanías del núcleo poblacional de Royo-Odrea, desde donde la carretera acompaña al río Mundo en el fondo del valle. Al entrar en Ayna vemos a nuestra derecha el Hotel Felipe II, donde tenemos previsto comer, y dejamos aparcado el coche.
Volvemos atrás un corto trayecto y encontramos una entrada a la izquierda, que da paso a unas rampas hormigonadas y luego un sendero que descienden hacia el río Mundo, en una parte donde se ubica una zona recreativa que recibe el nombre de El Tiñoso. Aunque en la zona hay un puente para cruzar al otro lado del río nosotros seguimos por la orilla izquierda del río, pasando por debajo del hotel Felipe II y luego de la cascada del arroyo de la Toba, por la que no cae agua estos días. Más adelante encontramos una serie de decorados que recuerdan algunas escenas de la película antes citada; seguiremos por el llamado Sendero de los Picarzos durante algún tiempo, atravesando huertas, y finalmente cruzamos el puente para pasar al lado derecho del río, donde tomamos una senda que comienza a ascender por la ladera del río y se transforma en una pista empedrada, que es conocida como la Calzada Romana o Sendero de la Umbría. Continuamos subiendo por ella, aunque pronto el suelo pierde su empedrado y el trazado hace varios zigzags para salvar un buen desnivel, próximo a los 400 metros, con excelentes vistas sobre el valle y su entorno, aunque empieza a llover y eso complica el avance por la formación de barro y aparición de zonas resbaladizas, por lo que avanzamos con más cuidado. Seguimos por el sendero hasta alcanzar una pista forestal que llega hasta el Cruce de la Fuentezuela; en este punto podemos escoger entre hacer un corto trayecto por la izquierda para llegar a Las Antenas, o continuar a la derecha por el Sendero de los Esparteros, que atraviesa un pinar muy agradable, aunque no suficientemente tupido para evitar seguir mojándonos; la pista inicia un descenso suave durante aproximadamente un kilometro, para luego volver a ascender hasta llegar a una zona de arbolado más denso, donde deja de llover y el sendero se transforma en una pista, con mejor suelo e impresionantes vistas, por la que descendemos hasta llegar al Mirador de los Infiernos. Durante la última parte del trayecto y desde el Mirador, las vistas del valle del río, el núcleo de Royo-Obrea y dos gigantescas peñas de sorprendente forma (conocidas como Peñas del Prao y el Pico) son realmente magníficas. Desde el Mirador seguimos la CM-3203, que dejamos al alcanzar la aldea de Las Hoyas, que atravesamos por un sendero marcado, para luego salir de nuevo a la CM-3203 y avanzar por ella hasta cruzar el Puente del Pontarrón, pasando al lado izquierdo del río. Seguimos por la carretera unos pocos cientos de metros, hasta encontrar una entrada en la valla quitamiedos, donde se inicia un sendero perdedor (por lo que el uso del GPS en esta zona es mandatorio), que sigue la orilla del río y pasa por varias huertas y las Casas de la Fuensanta. Al poco debemos salir de nuevo a la CM-3203, por la que atravesaremos un corto túnel, para volver a bajar más adelante a un sendero que cruza el río por un puente y sigue por el lado derecho; este sendero está tapado por la vegetación en algunas ocasiones, siendo posible pasar en muchos sitios entre la vegetación, aunque una buena solución teniendo cuidado es seguir la acequia que va pegada a la ladera (por la comparación del trazado creo que Fos y sus compañeros utilizaron esta posibilidad durante bastante tiempo en esta zona). El sendero, más adelante, da paso a una pista asfaltada en la que no vimos ningún vehículo, que continúa hasta llegar al puente de la zona recreativa de El Tiñoso, por el que cruzamos al otro lado, izquierdo, del río para a continuación ascender por las rampas hormigonadas hacia el hotel Felipe II, donde encontramos el coche.
En nuestra opinión esta es una ruta de dureza media, de gran belleza y con unos paisajes de imborrable memoria, que nos parece muy recomendable. A pesar de la lluvia realmente un gran día de senderismo. Gracias a Fos por una gran contribución más.
Es necesario advertir que la longitud recogida por el GPS es bastante correcta, pero el desnivel acumulado no lo es, siendo la causa un error de calibración (las alturas están recogidas como negativas y las cantidades son falsas); los demás aparatos que llevábamos recogieron desniveles entre 560 y 530 metros, más acordes con el relieve de la zona.