Badlans del Puerto de La Cadena-Senda de Los Barrancos. Anthercas

«Badlands» : El pueblo indio Lakota lo denominó «malas tierras». Se forman en áreas de infrecuentes pero intensas lluvias y escasa vegetación, produciéndose una erosión devastadora.

Las badlands del Puerto de la Cadena son un tipo de paisaje de características áridas, debido al clima semidesértico y erosionado por las avenidas de agua de lluvia, al precipitarse en pendiente sin cobertura vegetal que la frene, excavando largos surcos, también influye la composición de la roca blanda y tierra rica en areniscas, arcilla, margas, caolín o yeso, dando lugar a la formación de cañones, cárcavas, barrancos y canales, que desembocan aquí en una rambla. Los más afamados son el “paisaje lunar”, los “barrancos de Gebas” y los de Albudeite/Campos de Río.

Salgo desde la Venta del Puerto de La Cadena con Rosa y perrete tierno, con sus patitas delanteras vendadas por un problema de uñas… la ruta será más corta también por el calor sofocante en el interior de la rambla.

Tomando en dirección contraria a la autovía Murcia-Cartagena por la derecha, en el primer cruce giramos a la izquierda hasta una edificación, donde acaba el asfalto y comienza un sendero que, descrestando, ya nos permite a vista de pájaro ver la zona de incursión, y percatarnos del embudo que forma el terreno, propiciando el fenómeno descrito anteriormente.

Antes de coger pista por la izquierda dejamos en la pedregosa bajada un puesto de caza.

Nos salimos de la pista moviéndonos por los bordes del terreno, haciendo crujir la vegetación agostada por el sol, hacia la parte noroeste de más reciente hundimiento y magnificencia.

La parte difícil fue acometer la bajada, virgen de huellas a su paso y tomada por la vegetación que salvamos con prudencia y lentitud aplastando el matorral en unos diez minutos.

Una vez encajonados y habiendo visto el terreno horadado con pequeñas cuevas, paredones, callejones de formas caprichosas y desplomes recientes que rápidamente coloniza la vegetación, iniciamos la salida y atraído por una oquedad imponente, tomamos otra rambla paralela pero con el mismo final.

Unos metros antes de llegar a la pista que conduce a la Finca La Constancia, llaneamos por una traza de sendero, que hacemos con el paso de nuestras bicis, voy buscando la mejor subida para enlazar con el sendero de los barrancos, en corta y dura ascensión hasta dar con la pista que nos traerá de vuelta, no sin antes bajar pulsaciones y recrearnos lanzando la vista hacia el Mar Menor.

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