Ballobar, ermita de San Juan, parque de La Sierra y Ripas de Ballobar

Bonita rircular por esta localidad del Bajo Cinca muy cuidada y con un magnífico entorno.

La caminata parte del mismo núcleo urbano, nos dirigimos a la iglesia de La Asunción que encontramos abierta y desde ella ascendemos por un camino hasta las ruinas del Castillo que debió ser un torreón de vigilancia.

Junto a dichas ruinas hay dos grandes depósitos de agua, y tras ellos parte una senda que en fuerte pendiente conduce hasta el alto de un saso donde se sitúa la muy visible ermita de San Juan Bautista. Es un edificio robusto, construido en sillares de piedra caliza del mismo entorno donde es muy abundante.

Partimos por el camino de la ermita hacia el Norte, a poco mas de 100 m. tomaremos un camino viejo intransitable a vehículos, que desciende de nuevo a Ballobar.

Alcanzamos el núcleo urbano y sin entrar en él, viramos al oeste cruzando el barranco de Valsalada y por el paseo de la zona deportiva entramos en el hermoso pinar de la sierra, aquí la senda es muy cómoda y limpia.

Llegamos en poco tiempo a una zona de picnic, un exquisito rincón donde hay mesas, porche para comer, juegos... vamos una chulada.

Ascendemos por el pinar hasta el alto de los sasos situados al suroeste de Ballobar, aquí hay muchas plantaciones jóvenes de almendros.

Seguimos la pista principal que luego abandonamos y vamos virando al sur - sureste, hasta encontrar varias construcciones de piedra abandonadas, sus techos se han hundido pero las paredes aguantan. Justo pasar una de ellas (WP13) descenderemos sin senda hacia otra construcción que hay camino de las ripas de Ballobar, que son los acantilados que han excavado los ríos Cinca y Alcanadre a lo largo de milenios.

Paseamos por los altos de estas Ripas maravillosas con la debida atención de no caernos de las alturas y de la nada desdeñable posibilidad de un repentino derrumbre de sus inestables laderas acantiladas.

Por la margen o por donde se puede, evitando las numerosas piedras escondidas bajo las hierbas, alcanzaremos la antena desde la cual podremos disfrutar de una panorámica fabulosa de Ballobar y la ermita de San Juan que a primera hora visitamos.

Por una senda muy abrupta bajamos de nuevo a la falda de estos acantilados y entramos en el pinar, donde de nuevo las sendas se suavizan y así, cómodamente, entramos en el casco urbano y paseamos hasta el coche.