Baños de la Encina. Poblado argárico de Peñalosa. Castillo de Burgalimar.

Peñalosa, un yacimiento arqueológico de época argárica situado en el municipio de Baños de la Encina, a orillas del río Rumblar, actualmente embalsado en esta zona aunque el bajo nivel de las aguas permite ver ahora una parte del poblado que normalmente está inundada, es el objetivo primario de esta ruta vespertina que, al regresar a Baños antes del atardecer, ha sido complementada con una visita al Castillo de Burgalimar y el centro urbano de Baños de la Encina.
La población de Peñalosa estuvo principalmente ligada a la extracción y procesamiento de metales, sobre todo cobre y plata, aunque también se han encontrado restos de telares y cultivos de cereales y leguminosas. Con una antiguedad que podría exceder los 4.000 años, su estructura ciudadana puede considerarse dividida en 3 fases, siendo abandonada hacia 1600 a.C. (otras cronologías hablan de inicio hacia 1850 a.C y abandono hacia 1450 a.C). Organizado en tres terrazas artificiales, que han sido excavadas sistemáticamente y a cuyo nivel se ha atribuido significación social, el nivel superior corresponde a una acrópolis protegida por baluartes, a la que se accede por un estrecho pasillo muy visible. En el nivel medio se han encontrado restos de enterramientos en el interior de casas, acompañados de ajuar, y de actividad metalúrgica, mientras que en el inferior se puede apreciar un gran muro con bastiones y una gran cisterna que recogía el agua de lluvia.
Baños de la Encina es uno de los pueblos más bonitos de España, situado en un cerro cercano al embalse del Rumblar, y en el se encuentran varias construcciones incluídas en el Patrimonio Histórico Andaluz, siendo la más destaca un castillo omeya del siglo X, bien restaurado y visitable (Castillo de Burgalimar).
La ruta se inicia en lo alto del cerro, a la puerta del Hotel Baños, y sigue por la Avda. JL Messía, con una impresionante vista sobre el Castillo de Burgalimar y el centro de la población, pero también sobre los barrancos que se precipitan hacia el embalse del Rumblar. Al comienzo de la carretera de Bailén, salimos por un sendero lateral, el GR-48. o sendero de Sierra Morena, por el que rodeamos la base del Castillo de Burgalimar, pasando por la entrada de la Cueva de la Niña Bonita, o de la Mona, que funcionó como refugio durante la guerra civil. Más adelante el sendero cruza la carretera y se dirige hacia el EDAR, donde saldremos, por nuestra derecha, por el Sendero de Peñalosa, que baja hacia la ribera del embalse del Rumblar y sigue sin interrupción o desvío hasta el poblado de Peñalosa.
Una vez allí encontraremos un corto sendero que nos permite ver con mayor detenimiento la estructura de la acrópolis, sus construcciones y calles interiores y los muros de defensa; también podremos recorrer un sendero más largo que rodea parte del poblado en la zona más próxima al agua, cuyo bajo nivel permite ver partes habitualmente sumergidas.
La vuelta, por el mismo sendero que antes hemos recorrido, nos lleva de nuevo a la entrada de Baños de la Encina. Subimos la pronunciada cuesta de la calle de las Heras y accedemos al bonito centro urbano, con diversos palacios y la iglesia parroquial, para luego acceder, por la calle Santa María, al impresionante Castillo almohade de Burgalimar, o Bury al-Hammam, al que los miércoles tarde se puede acceder gratuitamente, y el resto de los días pagando. Es el castillo almohade mejor conservado de España y la visita es muy interesante, aparte de dar la posibilidad de acceder a impresionantes vistas.
A la salida nos dirigimos hacia la ermita del Cristo del Llano, pero ya está cerrado el acceso al camarín barroco, por lo que cerramos la ruta volviendo al hotel de Baños.
En conjunto una bonita y fácil ruta, con excelentes vistas y gran contenido histórico-cultural en una población muy bonita, donde el senderista encuentra un no pequeño paraiso del caminante.
Calzado de montaña, bastones, sombrero, agua suficiente y el abrigo necesario en esta época es todo lo que se necesita; en verano será muy caluroso probablemente, pero la escasa exigencia de la ruta y la cercanía del embalse seguro que harán apetecible el recorrido, sobre todo al amanecer o atardecer.