Baños de Montemayor, 3 rutas en 1 (circular)

Hora Inicio: 17/11/2013 09:33
Hora Fin: 17/11/2013 13:47
Distancia recorrida: 13'92 km.
Tiempo en movimiento: 03:21
Tiempo total: 4h 14’
Velocidad media: 3’88 km/h.
Velocidad de movimiento media: 4’5 km/h
Altura Mínima: 644 m.
Altura Máxima: 802 m.
Ganancia Altitud: 615 m.
Pérdida Altitud: 615 m.
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Dejamos el coche en la plaza que está en frente de la gasolinera y cruzamos el pueblo (merece la pena callejear un poco para ver su arquitectura e iglesia) hasta salir a la carretera de La Garganta. Un cartel nos informa del comienzo del “Camino de Arrieros”. A los pocos metros encontramos un cruce: “Centro de interpretación de la Molinera”, NO lo tomamos, ya iremos a la bajada, continuamos por el camino de Arrieros que sale a la derecha, pocos metros después de este cruce y un poco estrecho al principio (luego mejora). Llegamos a la vía del tren y podemos seguir por ella hacia la izquierda o salirnos un momento por un caminito estrecho y corto y conocer un rincón del bosque no muy transitado (5 minutos). De nuevo en la vía continuamos hasta un túnel. Se puede atravesar sin linterna, pero el llevar alguna, ayuda. Al salir del túnel continuamos por la vía durante kilómetro y medio aproximadamente. Cuando llegamos a un cruce debemos abandonar la vía por un camino (“Camino de los Castaños”) que sube a mano derecha. Continuamos este bonito camino entre castaños hasta llegar a la depuradora de agua de Puerto de Béjar. Subimos unos 300 metros por la carretera (dirección contraria a Puerto de Béjar) y una señal nos informa de la nueva ruta que debemos seguir: “San Antón”. Esta nueva propuesta es igual de bonita que la de los Castaños, e igualmente atraviesa el bosque por una senda estrecha flanqueada por vallas de piedra. Llegando a un cruce perpendicular tomamos la izquierda (la tendencia natural es ir por la derecha porque es mejor camino, pero una cruz amarilla y blanca nos informa del error de continuar). Rápidamente cruzamos una portilla de alambre y salimos del castañar. Este tramo es un poco confuso aunque está indicado con señales, las zarzas invaden el trazado y debemos cruzar un poco por donde podemos. Bordeamos una valla de piedra y salimos a una pequeña pista de tierra que en pocos metros nos lleva a otra más grande. En ambos casos a la derecha. Prestar especial atención a tomar la opción de la derecha al llegar al cruce de la pista de tierra en cuya curva hay una casilla de labranza, hay varias rutas en este punto y están todas marcadas con blanco y amarillo. Una vez pasado al lado de la casa (hay una fuente) continuamos recto hasta llegar al cruce de la carretera, que tomaremos a la izquierda.
Al llegar a La Garganta, circunvalamos el pueblo por el primer cruce que encontramos y salimos a una nueva carretera, la que une esta población con Baños de Montemayor. Continuamos por asfalto medio kilómetro aproximadamente desde que salimos del pueblo y en un pequeño descampado, a la derecha , sale la tercera de las rutas que vamos a encadenar; el “Camino de Arrieros”. (Habíamos hecho un poquito al principio, pero lo dejamos en la vía del tren).
Sólo tenemos que seguir este camino (SL-CC 92) hasta llegar de nuevo a la vía que ya conocemos y desandar desde aquí hasta el cruce del Centro de interpretación de la Molinera. Ahora si pasaremos a ver esta curiosa construcción.
A mediados del siglo XVIII las aguas del actual río de Baños alimentaban la maquinaria de seis molinos dedicados a la molturación del grano del cereal panificable.
Los viejos molinos se situaban en las márgenes del río aprovechando la fuerza de su caudal, que varía notoriamente en la comarca en función del régimen de lluvias. Su funcionamiento, estaba pues limitado, a los meses en los que la abundancia de precipitaciones permitía el trabajo de la molienda, generalmente de San Miguel a San Juan. El aprovechamiento de la energía hidráulica facilitaba, además, que las instalaciones de los molinos fueran utilizadas como batanes para el tratamiento de lienzos, ya que el cultivo del lino era frecuente en la población para la fabricación de paños y textiles domésticos.
La demanda de harina de trigo y otros cereales, era constante debido a la importancia en la pobre alimentación de la época sujeta a periodos de abundancia y escasez en función de las variaciones climatológicas que podía malograr los cultivos. La mayor parte de las tierras cultivables se dedicaban a la producción para el abastecimiento doméstico y la alimentación del ganado. Así pues, los bañeses, acudían al molino para obtener harina del grano procedente de las explotaciones familiares. La producción de trigo debía variar notoriamente puesto que las tierras dedicadas al cultivo de cereales alternaban anualmente la siembra del trigo y del lino. Como pago al servicio de molienda, el usuario entregaba al molinero una parte del cereal, o maquila, que fluctuaba según las épocas y el coste de la producción artesanal como consecuencia de la irregularidad del caudal del río.
Los conflictos por el uso de las aguas del rio de Baños fueron frecuentes, ya que no sólo de ellas dependía el funcionamiento de la industria molinera, sino también la producción agrícola de regadío y el abastecimiento para consumo humano, por ello, las ordenanzas de los concejos establecían repetidamente las preferencias en el uso y las sanciones por incumplimiento.
El debilitamiento progresivo de la actividad tradicional de la molienda de cereales se convirtió en el reflejo de los cambios acaecidos en el sistema económico y productivo, transitando paulatinamente desde la producción agraria destinada al autoconsumo y al pequeño comercio de proximidad de las zonas rurales, al consumo de productos importados procedentes de las industrias de transformación desde otras regiones. Así pues, la llegada del ferrocarril y la articulación del Oeste peninsular a través de diferentes líneas desde las décadas finales del siglo XIX, supuso el declive definitivo de la molienda tradicional del cereal en la localidad como consecuencia del abaratamiento del coste de producción, transformación y transporte de las materias primas y productos derivados. En la década de 1930 la actividad del molino cesó definitivamente.
Después de darnos un paseo por el molino, sin retroceder, continuamos el camino hasta llegar a la carretera. Vamos a la derecha y cruzamos el pueblo pasando por delante de la iglesia de Santa María de la Asunción y de aquí hasta el coche. Esta iglesia pertenecía al Obispado de Coria y fue declarada monumento histórico-artístico en 1982. Es una obra realizada en sillería y cantería de granito, desigual en cuanto su estilo y su calidad, fruto de distintas etapas constructivas entre los siglos XVI y XVII, destacando el estilo barroco.
En el interior presenta una nave con un solo tramo y crucero, está cubierta con bóveda, excepto los brazos del crucero y el sotacoro que se cubren con techo plano. Lo más notable es el retablo, de estilo barroco clasicista (1612), realizado por el escultor Diego de Salcedo y ensamblado por Antonio González Ramiro. Posee el templo un órgano con caja barroca del siglo XVIII.
Su exterior, de muy buena factura, el acceso por la Puerta del Evangelio es de estilo plateresco, consiste en arco de medio punto, flanqueado por pilastras estriadas sobre las que se dispone un entablamiento con un relieve marmóreo con el típico emblema mariano del jarrón con lirios, sujeto por dos putti (figuras de niños alados) y flameros laterales.
En las enjutas del arco, dos medallones representando a San Pedro y San Pablo. Rematan el conjunto un relieve de la Asunción de la Virgen, dentro de una aureola, acompañada de dos ángeles. Tiene otro acceso a los pies, de arco apuntado y muy primitivo.
La torre campanario, realizada en sillería, presenta un carácter singular, realizada en tras cuerpos separados por cornisas molduradas, su planta cuadrada a partir del segundo cuerpos se convierte en romboidal, en el cual hay una moldura escalonada que sirve de unión a las cornisas superior e inferior. El tercer cuerpo presenta vanos de medio punto, que sirven para alojar el cuerpo de las campanas. El remate se realiza a través de un antepecho adornado con escamas, motivos heráldicos y flameros. Sobre el, se alza el coronamiento con los motivos herrerianos piramidales y dos arcos cruzados en el centro. Estos arcos fueron construidos a mediados del siglo XVII.

La ruta aquí descrita, así como los tracks para GPS son orientativos. Queda bajo la responsabilidad de quien la realice, tomar las medidas de seguridad apropiadas para el itinerario, que dependerán tanto de las condiciones climatológicas, como de la preparación técnica y física de la persona que la lleve a cabo. Quede bien claro que todo lo indicado (track y comentarios) es a nivel informativo y sin ningún otro tipo de ánimo, eximiéndose el autor de responsabilidad alguna ante cualquier percance que pudiera sufrir quien por voluntad propia o inducida realice la actividad.