Baños de Sierra Alhamilla
near Sierra Alhamilla, Andalucía (España)
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Itinerary description
Corta ruta siguiendo en su mayor parte el SL-A 162, Sendero Los Baños, que se inicia (o acaba si partimos desde Pechina) junto al Balneario de Sierra Alhamilla, en la pedanía pechinera de Sierra Alhamilla, un bonito Paraje Natural donde la presencia del agua ha creado un oasis en medio de estas tierras desiertas. Aquí se llega tomando la salida 387 desde la A-92 y continuando por la A-3100 unos 6 kilómetros.
Existe en el lugar un afloramiento de aguas termales, que manan de la misma roca a 58 grados centígrados, conocido desde la antigüedad (al parecer ya por la cultura neolítica del Argar, pero sin duda por fenicios y luego romanos). Pero su mayor utilización fue en época islámica. El agua, contrariamente a la creencia muy extendida de un origen volcánico, procede de un acuífero carbonatado del Complejo Nevado-Filábride, que en parte aflora en las faldas meridionales de Sierra Alhamilla, ganando temperatura en profundidad según el gradiente geotérmico de la zona. Las fallas o la propia cota del manantial favorecen la posterior salida del agua termal cargada de minerales disueltos (son ricas en azufre, bicarbonatos, sodio, cloro y magnesio), siendo el manantial con mayor temperatura del sur de Europa. Estas aguas son únicas en Andalucía por sus propiedades salutíferas (fueron los baños más importantes de Almería). El balneario actual fue construido sobre ruinas romanas y de época musulmana gracias al obispo Claudio Sanz y Torres y Ruiz Castañedo en 1777, para alojar enfermos (rehabilitado siguiendo la estética árabe en los años noventa del siglo pasado, con un bello patio interior descubierto con arcos al que da una galería de dos plantas).
Desde aquí se disfruta de una espectacular vista de la Bahía de Almería. Iniciamos el camino junto a la ermita de San Claudio, santo patrón de Pechina, bajando por el Camino de los Baños, que fue adecuado para carruajes hacia 1841 y sigue el antiguo trazado del tren que unía la localidad con Pechina, capital histórica del Valle del Bajo Andarax, o Valle de Pechina como se conocía antiguamente, recordando la importancia pasada de esta población, que fue la antigua Urci romana y en el siglo IX la república marítima de Baŷŷāna. Aquí se establecieron gentes
del norte de África, yemeníes del clan de los Abencerrajes (a los que Abderramán I encomendó la vigilancia de la costa para impedir el desembarco de los normandos), judíos y mozárabes, creando una ciudad floreciente donde destacaba la industria de la seda. Pechina se convirtió en la capital de su cora, a la que pertenecía una atalaya costera en un fondeadero habitado por comerciantes y pescadores (que coincidiría con la romana Portus Magnus en el centro de la bahía, bajo el actual cerro de la Alcazaba). En este emplazamiento, tras vencer a los rebeldes mozárabes y repeler un ataque fatimí contra Bayyana, Abderramán III trasladó la capital de la cora, fundando en el año 955 al-Mariyyāt Baŷŷāna (topónimo que puede hacer referencia a la atalaya costera o, más probablemente, al-Mariyyāt -“el espejo”-, se relacione con Al-Mara'āt, “el ver, la visión o la vigía”), origen de la ciudad de Almería.
Descendemos paralelos al Barranco del Rey, siguiendo las marcas del sendero, llegando al Llano de Castro, donde se encuentran las ruinas de la antigua estación del tren que subía a las minas de hierro de Sierra Alhamilla: este lugar se conoce como las Casas del Chorrillo (son los antiguos cocherones de locomotoras). Se registraron varias concesiones, con introducción de capital foráneo, para explotar el
hierro del coto minero de la vertiente sur de Sierra Alhamilla en la década de los setenta del siglo XIX, propiciando la construcción del ferrocarril hasta el puerto de Almería para dar salida al mineral (también para el tráfico de viajeros de los pueblos del Bajo Andarax), que antes se transportaba desde las explotaciones mineras por dos cables aéreos, el de Baños (junto al Balneario) y el de Alfaro, en Rioja, con
sus respectivos apartaderos. La línea férrea se fue transfiriendo entre diversas compañías (The Almeria and Alhamilla, The Gergal Railway e incluso The Alquife Mines and Railway, la constructora del Cable Inglés) hasta que hacia 1915 las minas van agotándose, con lo que las pérdidas del ferrocarril no podían compensarse con el aumento de viajeros. Terminaron abandonándose a finales de los años veinte, siendo incautadas por el Estado en 1934 y expoliadas durante la Guerra Civil y la posguerra.
Seguimos por la avenida del Ferrocarril custodiados por sendas filas de palmeras, hasta que tomamos un camino a la derecha en dirección a los restos de los decorados cinematográficos levantados para la película “Exodus”, de Ridley Scott, rodada en 2013: simulan un barrio hebreo en el Egipto de tiempos de Moisés. Después se reutilizaron para recrear la ciudad de Vaes Dothrak, en territorio Dothraki, de la afamada serie "Juego de Tronos", y se usaron también en la versión cinematográfica del famoso videojuego “Assassin’s Creed”.
Pasear entre las casas de cartón piedra, con sus estrechas callejuelas, te hace viajar al pasado, a pesar del deterioro que el tiempo y la mano del hombre van causando (en una vivienda vemos un colchón, una botella en un hogar...).
De vuelta a la avenida del Ferrocarril, caminamos unos 700 metros hasta llegar a los pilares de un viejo puente ferroviario, desde donde emprendemos el regreso, ahora por la rambla de Espinaza, por la que caminamos algo más de kilómetro y medio; después la dejamos por un desvío a la izquierda, para enlazar con el Sendero de Los Baños. Desde aquí nos queda kilómetro y trescientos metros de subida hasta el Balneario, donde nos espera una reconfortante sesión de masaje.
Existe en el lugar un afloramiento de aguas termales, que manan de la misma roca a 58 grados centígrados, conocido desde la antigüedad (al parecer ya por la cultura neolítica del Argar, pero sin duda por fenicios y luego romanos). Pero su mayor utilización fue en época islámica. El agua, contrariamente a la creencia muy extendida de un origen volcánico, procede de un acuífero carbonatado del Complejo Nevado-Filábride, que en parte aflora en las faldas meridionales de Sierra Alhamilla, ganando temperatura en profundidad según el gradiente geotérmico de la zona. Las fallas o la propia cota del manantial favorecen la posterior salida del agua termal cargada de minerales disueltos (son ricas en azufre, bicarbonatos, sodio, cloro y magnesio), siendo el manantial con mayor temperatura del sur de Europa. Estas aguas son únicas en Andalucía por sus propiedades salutíferas (fueron los baños más importantes de Almería). El balneario actual fue construido sobre ruinas romanas y de época musulmana gracias al obispo Claudio Sanz y Torres y Ruiz Castañedo en 1777, para alojar enfermos (rehabilitado siguiendo la estética árabe en los años noventa del siglo pasado, con un bello patio interior descubierto con arcos al que da una galería de dos plantas).
Desde aquí se disfruta de una espectacular vista de la Bahía de Almería. Iniciamos el camino junto a la ermita de San Claudio, santo patrón de Pechina, bajando por el Camino de los Baños, que fue adecuado para carruajes hacia 1841 y sigue el antiguo trazado del tren que unía la localidad con Pechina, capital histórica del Valle del Bajo Andarax, o Valle de Pechina como se conocía antiguamente, recordando la importancia pasada de esta población, que fue la antigua Urci romana y en el siglo IX la república marítima de Baŷŷāna. Aquí se establecieron gentes
del norte de África, yemeníes del clan de los Abencerrajes (a los que Abderramán I encomendó la vigilancia de la costa para impedir el desembarco de los normandos), judíos y mozárabes, creando una ciudad floreciente donde destacaba la industria de la seda. Pechina se convirtió en la capital de su cora, a la que pertenecía una atalaya costera en un fondeadero habitado por comerciantes y pescadores (que coincidiría con la romana Portus Magnus en el centro de la bahía, bajo el actual cerro de la Alcazaba). En este emplazamiento, tras vencer a los rebeldes mozárabes y repeler un ataque fatimí contra Bayyana, Abderramán III trasladó la capital de la cora, fundando en el año 955 al-Mariyyāt Baŷŷāna (topónimo que puede hacer referencia a la atalaya costera o, más probablemente, al-Mariyyāt -“el espejo”-, se relacione con Al-Mara'āt, “el ver, la visión o la vigía”), origen de la ciudad de Almería.
Descendemos paralelos al Barranco del Rey, siguiendo las marcas del sendero, llegando al Llano de Castro, donde se encuentran las ruinas de la antigua estación del tren que subía a las minas de hierro de Sierra Alhamilla: este lugar se conoce como las Casas del Chorrillo (son los antiguos cocherones de locomotoras). Se registraron varias concesiones, con introducción de capital foráneo, para explotar el
hierro del coto minero de la vertiente sur de Sierra Alhamilla en la década de los setenta del siglo XIX, propiciando la construcción del ferrocarril hasta el puerto de Almería para dar salida al mineral (también para el tráfico de viajeros de los pueblos del Bajo Andarax), que antes se transportaba desde las explotaciones mineras por dos cables aéreos, el de Baños (junto al Balneario) y el de Alfaro, en Rioja, con
sus respectivos apartaderos. La línea férrea se fue transfiriendo entre diversas compañías (The Almeria and Alhamilla, The Gergal Railway e incluso The Alquife Mines and Railway, la constructora del Cable Inglés) hasta que hacia 1915 las minas van agotándose, con lo que las pérdidas del ferrocarril no podían compensarse con el aumento de viajeros. Terminaron abandonándose a finales de los años veinte, siendo incautadas por el Estado en 1934 y expoliadas durante la Guerra Civil y la posguerra.
Seguimos por la avenida del Ferrocarril custodiados por sendas filas de palmeras, hasta que tomamos un camino a la derecha en dirección a los restos de los decorados cinematográficos levantados para la película “Exodus”, de Ridley Scott, rodada en 2013: simulan un barrio hebreo en el Egipto de tiempos de Moisés. Después se reutilizaron para recrear la ciudad de Vaes Dothrak, en territorio Dothraki, de la afamada serie "Juego de Tronos", y se usaron también en la versión cinematográfica del famoso videojuego “Assassin’s Creed”.
Pasear entre las casas de cartón piedra, con sus estrechas callejuelas, te hace viajar al pasado, a pesar del deterioro que el tiempo y la mano del hombre van causando (en una vivienda vemos un colchón, una botella en un hogar...).
De vuelta a la avenida del Ferrocarril, caminamos unos 700 metros hasta llegar a los pilares de un viejo puente ferroviario, desde donde emprendemos el regreso, ahora por la rambla de Espinaza, por la que caminamos algo más de kilómetro y medio; después la dejamos por un desvío a la izquierda, para enlazar con el Sendero de Los Baños. Desde aquí nos queda kilómetro y trescientos metros de subida hasta el Balneario, donde nos espera una reconfortante sesión de masaje.
Waypoints
Waypoint
889 ft
Decorados cinematográficos
En este plató se rodaron las escenas en las que Jorah Mormont y Daario Naharis entran a la ciudad de noche para rescatar a Daenerys, siendo descubiertos por unos Dothraki (aquí ocurre la lucha entre Mormont y el Dothraki)
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