Baños Panticosa- Ibones de Brazatos- Pico Bacias.

Distancia: unos 15 km.
Material: Como no había nieve, con unos bastones es suficiente, con nieve es alpinismo.
Tiempo: tardamos 8 horas muy muy tranquilamente.
Agua es fácil de hallar en regatos y demás.


Era nuestro último día…, nos iríamos a Baños de Panticosa, allí donde hacía unos meses había terminado mi anterior aventura pirenaica, que acabó mejor de lo que hubiera esperado y peor de lo que hubiera deseado…
Las previsiones eran fabulosas, sol , cielo azul limpio de nubes sin viento y temperaturas bien agradables. Salimos del hotel Ordesa todavía entre las sombras sinuosas del valle para llegar a Baños poco después del amanecer…para que se vean bien las fotos.
Llegamos, la mañana era un poco fría, sorprendentemente el balneario parecía adormecido, casi muerto…, atrapado en sus amarillos de otoño sereno y sutil en leve sopor inquebrantable.
Nuestros pasos solitarios se abrían camino en busca de las marcas rojas y blancas de la GR-11, en poco las encontramos, breve bosquecillo para llegar a un cartel señalando la intercesión, nos iríamos a la derecha, a la izquierda fui hace muy poco…
Vamos subiendo Sergio y yo, pendiente de la evolución de su rodilla, va muy bien, tomamos altura y el balneario se va aplastando poco a poco en el suelo, al mismo que el sol va abrillantando las paredes de las enormes cimas, el Garmo Negro ,el Argüalas y poco después los infiernos…mis infiernos. El camino de herradura, como se le llama en Granada, por las bestias, va girando sobre sí mismo en continuo ascenso, haciendo muy cómoda y fácil la subida, en menos de dos horas llegamos a unos grandes bloques , el sol nos da en la cara, nos salimos de la senda sin querer ,pero la recuperamos fácilmente, esto es un paseíto.
No hemos visto a nadie, y Sergio y yo nos acordamos del de la tienda de Torla, que nos quería meter 30 km para no cargar la rodilla su rodilla, desde luego que era un disparate…
Llegamos a Brazatos, más que un ibón es una presa rodeado de cumbres que rondan los 2800 metros, muy bajitos para lo que se busca en Pirineos, pero no dejan de ser muy atractivos para los que venimos de los llanos Extremeños…
Allí en Brazatos nos dimos un paseo turístico, pasamos por encima de la presa y de un muro, que da un poco de vértigo, vemos abajo el ibón inferior y nos sentamos un momento, Sergio me dice que como mucho subirá al collado, no quiere forzar. Yo me pongo a elegir cumbre, el pico Brazatos no veo bien su subida puesto que el sol da de cara, el pico Barios justo delante de mí parece solitario y asequible, no nos vamos a complicar la vida, ese será mi objetivo…
Volvemos al camino GR, y de nuevo subida zigzagueante, el ibón presa cae a nuestros pies y nos encontramos en poco un arroyo que sale de una mina, ya estamos en un collado que da a los ibones Brazatos superiores, hace un día estupendo, más bien de primavera avanzada, Sergio se quedará aquí y yo iré al collado Brazatos donde me espera la vista del Vignemale y la subida a mi cumbre de hoy…
En quince minutos paso por encima de los ibones, estoy en el collado de Brazatos…me ha sorprendido de golpe la gran mole del Vignemale o Comachibosa , no pude subir en verano debido a mi tobillo maltrecho…
El Vignemale por su lado español tiene una subida de vértigo, normalmente se va por el lado francés, el del hermoso glaciar…el segundo más grande de Pirineos tras mi conocido Aneto.
Busco hitos que me lleven al pico Barios, que tengo a la derecha, hay muchos hitos, hace calor, es sorprendente que hace dos días estuviera a diez grados bajo cero y muerto de frío,…el cambio climático, diría la caja tonta de las malas “noticias” de todos los días, hace ya mucho que procuro no verla, no es buena para mi salud mental…me dijo mi psiquiatra particular (yo mismo).
Siempre que subes una cumbre, la emoción te embarga…y esta vez, lo hacía sólo, nunca antes lo había hecho en Pirineos, lo que te da una emoción extra… Decido atacar la cuerda, que está entre dos picos, a la izquierda será el mío que es más alto y tiene nombre en el mapa.
Paso por un campo de grandes bloques saltando como una cabra, cuando llevas varios días por la montaña ya te sientes como ellas…, llego a la cuerda, preciosas vistas, hay un camino por toda la cresta, me lleva a un gran risco que hay que bordear por el lado de los ibones de Brazatos…, una trepada intensa y de nuevo la cuerda…, veo un gran y precioso hito de piedras, es la cumbre…mi nueva cumbre, la emoción me embarga…
Esta cumbre es preciosa, te rodea el Vignemale en primer plano, los picos de Brazatos, el Garmo Negro ,Infiernos y demás por detrás y a lo lejos con su nieve brillante, el macizo del Monte Perdido con sus Tres Sorores…
Fotos y más fotos, la temperatura es perfecta, el viento apenas sopla nada…el viento.
Aunque estaba terriblemente a gusto en lo alto de mi cumbre, Sergio me esperaba, le dije hora y media…eso era mucho correr para volver, y empecé a bajar…, bajando se ven mejor los hitos, y me encontré una vereda que horadaba la ladera por la umbría, …prefería solecito, seguí por mi cuerda, a punto estuve de enriscarme con las huellas de los sarrios, pero rodeé bien la peña, otra vez en la cuerda…ahora veo una bajada entre la arena fina, me encanta…
En cinco minutos he bajado, no he tenido que cruzar el campo de grandes bloques, la arena para subir es terrible, pues te resbalas como en la trampa de la hormiga león, pero para bajar es estupenda…hincas los tobillos sin miedo y a correr…
El silencio es absoluto, estoy en el collado, mirando por última vez el Vignemale, escucho un batir de alas quebrando el cielo silencioso, un gran cuervo me ha pasado por encima…menos mal que no soy supersticioso…
Enseguida llego donde está Sergio y antes de seguir me tomo un tentempié, me dice que han pasado tres extranjeros buscando subir a mi pico, si los había visto…si los ví , pero se fueron al más bajito, lo mismo se asustaron al ver la peña vertical que se rodeaba fácilmente…
Bajamos, el día es maravilloso, cogemos agua directamente del arroyo de la mina, ya estamos de nuevo en Brazatos presa, seguimos, lentamente, sabemos que es el final y no nos queremos marchar, han sido días inolvidables, y los colores de otoño colaboran en que nos inunde y mancille la ponzoñosa melancolía…madre de las letras.
Mismo camino, misma cuesta, diferentes tonos y colores, todo diferente una vez más, se ven mejor los contornos de las cumbres ,y veo enfrente muy bien el camino vertical que hice con mi tobillo maltrecho hace unos meses, unos mil metros de desnivel en apenas cuatro kilómetros, dolió bastante…
Los amarillos se hacen increíbles, mientras el balneario poco a poco despega del suelo, mejor dicho nosotros nos pegamos cada vez más al fondo del valle, en un sinfín de tonos y coloridos…

Estamos en Baños…, no nos queremos ir, el sol se oculta tras la montaña, son las cinco, empezaremos la vuelta, poco a poco , pero primero pasaremos a Biescas a comprar unos chuletones…tanta barrita energética no puede ser bueno, aunque la OMS no diga nada de ellas…