BARCINA – RANERA – TOBERA – FRÍAS 16-ABR-2016

Ruta realizada por el grupo de senderismo SERMAR (Guía JOSU)
Esta ruta nos lleva desde Barcina de los Montes pasando por las localidades de Ranera y Tobera hasta la ciudad de Frías. Se trata de una ruta marcada por senderos y pistas con continuas subidas y bajadas, hay que tener cuidado con los cruces ya que esta ruta comparte tramos de PR y GR junto con otros caminos.
Partimos desde BARCINA DE LOS MONTES (844 mts de altitud) una localidad que preside un área de grandes pastizales donde pastan multitud de cabezas de ganado, sobre todo ovino, hasta el punto de que el queso se ha convertido en un producto en alza.
Nada más entrar desde el Este en la localidad, comenzamos la runta junto a un abrevadero/fuente y avanzamos por la carretera unos 20 mts en dirección Oeste, para desde aquí tomar dirección Norte por la calle Baja. En unos 150 mts salimos de la localidad y la calle encementada pasa a ser una pista compactada en tierra.
En el km 0,380 tenemos una bifurcación por donde se podría seguir si se quiere realizar la ruta corta, ya que en unos 3 kms llegaríamos a Ranera. Nosotros continuamos de frente para realizar la ruta larga, es decir, unos 7,7 kms hasta Ranera. Esta parte de la ruta coincide con el PRC.BU-96-Sendero de Ranera, que es circular, por lo que se puede optar por una de las dos maneras citadas.
En el km 0,450 otra bifurcación a la derecha que obviamos.
Seguimos avanzando en dirección NNW, siguiendo la pista que va ascendiendo, mientras nos vamos introduciendo en un bonito bosque de encinas donde abundan los corzos y los jabalíes.
En el km 0,829 otra bifurcación que nos llevaría a lo alto del cerro de San Miguel. Debemos continuar por la pista sin tomar ninguna de las desviaciones de la derecha.
La más importante, en el km 2,257 se ha de seguir por la izquierda, en dirección NW. La desviación de la derecha, en dirección Este nos introduciría en un largo prado para el ganado.
Poco a poco alcanzamos el Portillo de la Oración (km 3,700 a 948 mts de altitud) desde donde tenemos unas excelentes vistas de buena parte del territorio ocupado por este Parque Natural 'Montes Obarenes-San Zadornil'. Sobresalen las panorámicas de la pequeña ciudad de Frías sobre el cañón del río Molinar, la cima del Monte Humión o de la sierra de Oña.
Tras contemplar estas bonitas vistas, comenzamos el descenso siguiendo ahora dirección NE e inmediatamente dirección Este. En el km 3,650 abandonamos el camino y por una trocha llegamos a un gran pastizal con una caseta (km 4,300).
Continuamos hasta alcanzar el camino de las Vegas que va descendiendo a media ladera dirección Este, dejando a nuestra derecha el cerro de San Miguel.
Así llegamos al fondo del valle, entrando en la localidad de RANERA (km 8). Esta localidad se encuentra dividida en dos barrios, uno a cada lado del río Molinar (quizá el origen del nombre del pueblo tenga que ver con el croar de las ranas en este río).
Nada más entrar en el pueblo nos encontramos con la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, del edificio románico, construido a finales del siglo XII o comienzos del XIII, aún se conserva la cabecera y algunos interesantes canecillos situados al exterior.
Estas tierras, que estaban probablemente poco pobladas, por gentes dedicadas fundamentalmente a la ganadería y carentes de asentamientos estables, fueron utilizadas por Roma como lugar de paso. Aún se conservan algunos tramos de la vía romana del Portillo del Busto, que procedente de La Rioja se dirigía hacia los puertos del Cantábrico, pasando a orillas del río Molinar por Ranera, para cruzar el río Ebro cerca de Frías y continuar hacia el norte atravesando la Sierra de Árcena por el desfiladero del río Purón. Aunque es posible que se conserve algún elemento romano, casi todos los restos que hoy se pueden ver son medievales. Sin embargo, aquí en Ranera se ha encontrado un vestigio del paso de Roma por estas tierras, es una lápida, que ha sido datada en el siglo II de nuestra era, y que tiene una inscripción latina difícil de interpretar que hace referencia a alguien de nombre Calpurnia Patierna.
Pues bien, seguimos por la calle de la Iglesia (C/Burgos) hasta la carretera BU-504. Cruzamos la carretera y seguimos por una pista encementada que sale en dirección NE hasta que llegamos, km 8,6 al puente sobre el río Molinar (726 mts de altitud). Nada más cruzar el puente tenemos de frente unas escaleras por donde hay que continuar y así llegamos al barrio alto.
Seguimos ahora en continua ascensión, por la calle Molinar de este barrio en dirección Norte, hasta que al final de la localidad alcanzamos un camino que discurre entre tierras de labor por el que continuamos.
En el km 8,800 llegamos a una bifurcación. Tomamos el camino de la izquierda (dirección NW) y nos vamos introduciendo de nuevo por un bosque de encinas y bojs.
La ascensión es fuerte 135 mts de altitud, aunque es más bien corta, unos 800 mts de longitud. Enseguida llegamos al final de la cuesta, desde donde volvemos a tener una bonitas vistas, sobre todo de la ciudad de Frías.
Ahora comenzamos a descender. Avanzamos por una senda que serpentea entre un bosque de encinas, bojs y pinos de repoblación (silvestres y negrales), la frondosidad dificulta en algunos momentos el paso. Así, tras caminar unos 2,2 kms, llegamos de nuevo al río Remolina y a la carretera (km 11,800).
Por el otro lado de la carretera vemos que discurre un canal de agua, poco después veremos los tubos que bajan hacia una pequeña central hidroeléctrica.
Seguimos por la carretera a lo largo de unos 200 mts, donde alcanzamos unas marcas rojas y blancas del GR por donde continuamos.
En el km 12,2, a la entrada de la localidad de TOBERA, nos encontramos con 3 sorprendentes monumentos, discretos pero enormemente interesantes.
Para empezar, en lo alto tenemos la ermita de Santa María de la Hoz, una pequeña construcción del siglo XIII. La traza de la ermita es románica tardía, aunque muestra algunos elementos góticos, como las ojivas ligeramente apuntadas de la portada. Los capitales de las columnas incluyen decoración románica fitomórfica. Los canecillos también son románicos, aunque los que coronan un ventanuco con arco son reproducciones más actuales, imitando el viejo estilo artístico medieval. Posiblemente sobre estos ventanucos se ubicó la residencia del ermitaño que habitaba aquí. Esta ermita está documentada como hospedería para los peregrinos que descendían el Portillo de Busto, en busca del Camino Jacobeo principal, el conocido como francés. Una sencilla nave única decorada con frescos compone el interior de la edificación. Una vez al año, en Julio, se abre la ermita para dar paso a la romería de “la Toberilla”.
Junto a la ermita encontramos otro pequeño edificio, el altar de caminantes o humilladero del Santo Cristo de los Remedios, que data del siglo XVII y que protege una imagen del Crucificado, y una vitrina a sus pies con una inusual talla de una enorme serpiente más una calavera sobre ella y, durante muchos años, la muda de una gran serpiente. Según la tradición en este lugar un correo real cruzaba el peligroso paso cuando una enorme serpiente salió al paso del caballo que montaba. El equino se desbocó y el jinete se encomendó al Santo Cristo de los Remedios resultando ileso del encuentro con el gran reptil por lo que se levantó en este lugar este pequeño santuario.
A escasos metros del santuario, un pequeño puente de fábrica típicamente medieval, ligeramente apuntado en su centro, salva el río Molinar, y posiblemente sustituye al viejo puente romano que sostenía sobre su tablero la calzada que unía Briviesca con Orduña y los puertos del norte.
Aquí realizamos un breve receso para reponer fuerzas, tras el cual bajamos las escaleras de la margen derecha del río y seguimos por la senda que serpentea buscando las diferentes cascadas y saltos de agua hasta alcanzar el primero de los miradores sobre las cascadas del río.
El río Molinar movía en otros tiempos los batanes y molinos que surgieron en sus riberas y que durante los siglos XVI y XVII surtieron de papel a las imprentas de la ciudad de Burgos. Parece que el origen del nombre de Tobera se vincula al de un lugar donde existía toba, una característica piedra caliza y porosa, mientras que el río Molinar recibió este nombre debido a varios molinos que se levantaron junto a su curso para aprovechar la fuerte corriente del agua.
Continuamos por la senda hasta el segundo mirador para observar las cascadas en perspectiva.
Bajamos al puente del centro de la localidad para acercarnos a los pies de una enorme cascada.
Regresamos y avanzamos por la calle San Vicente para llegar a la 4ª y si cabe más impresionante cascada.
Terminado el precioso recorrido, volvemos al puente, cruzamos el río Molinar, seguimos por la calle de Burgos en dirección NE hasta alcanzar de nuevo la carretera.
Cruzamos y continuamos a media ladera pasando junto a una nave ganadera. Por este nuevo camino continuamos descendiendo y pronto comenzamos a tener vistas parciales de la ciudad de Frías, destacando su silueta sobre el cerro alargado, con su castillo, su iglesia y sus casas colgadas.
Llegamos a una bifurcación en donde seguimos por la derecha, hasta que desembocamos otra vez en la carretera que conduce a dicha localidad.
Una vez en FRÍAS, si se tiene tiempo, se debería realizar una pequeña visita por su casco urbano, el cual cuenta con importantes monumentos a destacar:
1. Puente Medieval de Frías. Uno de los más valiosos monumentos de la Ciudad de Frías es su puente sobre el Ebro. Puede decirse que su origen fue de construcción romana y reconstruido varias veces en la Edad Media. Pasa por él, la calzada romana, que era una vía de comunicación, muy importante para el comercio entre la Meseta y la costa Cantábrica. Venía por el Portillo de Busto, Tobera, Frías, pasa por el desfiladero de Herrán y llegaba hasta Orduña, desde donde pasaban los mercaderes a Bilbao.
2. Castillo de Frías. La historia del castillo se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X. Situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina, es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, teniendo un gran valor estratégico.
3. Las Casas Colgadas. Las casas, de toba y madera, han aprovechado el reducido espacio que le brinda “La Muela”, gran roca sobre la que se asienta la parte alta de la Ciudad, de tal manera que están construidas en los mismos extremos de la roca, pareciendo que forman parte del precipicio.
4. Puertas y Recinto Amurallado. La Muralla ya se cita en un documento del Monasterio de Vadillo del 1211, por lo tanto es inmediatamente posterior a la construcción del castillo. Defendía toda la muela de la Ciudad hasta la Iglesia de San Vicente, que en su torre tenía almenas de defensa. Desde aquí seguía una muralla baja que por delante de las casas construidas sobre roca se unía a la Puerta de la Cadena.
5. Iglesia de San Vitores. Aparece citada por primera vez en 1211 en documentos de Vadillo. El cura de esta parroquia también asistía el hospital que había del mismo nombre.
6. Iglesia románica de Frías. Tiene una pequeña iglesia románica, con una bonita espadaña que arranca del centro del templo, lo que hace suponer que en un principio fuese una Ermita y más tarde se le añadiría el trozo de iglesia desde la espadaña hasta la puerta de entrada de hoy en día. En la parte trasera del ábside se abre una pequeña ventana con formas visigodas.
7. Lavadero Medieval. Junto al río Molinar y al comienzo de la colina de San Roque, nacen unas fuentes abundantes y claras aguas, cuyo nombre recibe en Frías “Las Fuentecillas". En este lugar se haya el Lavadero Medieval hecho por paredes de piedra que desde su mitad, están formadas por columnas a modo de huecos simulando ventanales, hasta su techo, que con gruesas vigas y estructura en forma triangular, está el tejado de este singular edificio.
8. Convento franciscano. No consta claramente quién fue el fundador de este convento, ni en qué fecha se creó, pero ya hay escritos de 1228 en los que se le cita. D. Celestino Quintana en su Historia de Frías, dice que D. F. Guilarte mayorazgo del que existía en una propiedad frente al lavadero, le trasladó a otra heredad suya, a la salida de la Ciudad para ir al puente del Ebro y Cillaperlata, que es donde existe hoy.
9. Convento de Vadillo. Fundado en el siglo XIII, permaneció hasta la desamortización del siglo XIX. Hoy quedan parte del claustro, varias capillas y una gran iglesia de época gótica, aceptablemente conservada, en espera de mejor destino que el actual. El monasterio de Santa María de Vadillo, fue fundado en el año 1219 por Don Diego Faro canónigo de Burgos, arcipreste de Frías, para Canónigos Regulares de San Agustín, con un máximo de 13 miembros con su prior.
10. Iglesia de San Vicente. Situada junto al cortado rocoso, y al otro extremo de la ciudad y de la torre del homenaje. De pórtico románico, hoy trasladado al Museo de Claustros de Nueva York, y con tres retablos: el del Cristo de las Tentaciones (barroco), el de la Soledad y el Mayor (neoclásicos). Admirable es la capilla de la Visitación, resguardada por exquisita reja de forja y con un retablo del siglo XVI del pintor Juan de Borgoña y dos sepulcros de ornamentación plateresca.

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