Barranca - Puerto Pilancon-Pino Serrato -Prao Medina- Cuevas del Becerro

Comienza al final de la Calle Real, tomamos por Calle San Gregorio y bajamos por la Barranca. A unos 150 m del comienzo, a nuestra izquierda, encontramos los “Silos Calcolíticos de la Barranca”, que se usaban para guardar/conservar grano bajo tierra.
Continuamos por el carril principal mientras vamos saliendo del pueblo, transitamos por el camino principal (Cañada Real de Cuevas del Becerro a Serrato) durante casi 3 km , así que podemos caminar tranquilos disfrutando de las vistas que nos regala el entorno. En primer plano las tierras de labor, cereales y olivos. En un segundo plano, a nuestra izquierda nos acompaña la Sierra del Viján, con su Torre en el punto mas elevado, y a la derecha la Sierra de Carrasco con los Cerros de Juan Durán o los Tres Frailes (Tres formaciones calizas que se asemejan a frailes)….
Cuando llegamos al Puerto Pilancón, giramos a la izquierda, para descender hasta el Pino( Hablamos de un gran y solitario pino que se encuentra en las inmediaciones del pueblo vecino, Serrato), donde podemos hacer un breve descanso, y luego continuar hasta el camino principal (Cañada Real de Cuevas a Serrato), ahí tomamos dirección a Cuevas. Llaneando pasamos por el Prao Medina, desde donde empieza una pendiente que nos lleva hasta el Puerto Pilancón de nuevo.
Desde este punto, continuamos dirección La Cueva por la Cañada Real, sin desviarnos en ningún momento, hasta que volvemos a subir por la Barranca hasta la Calle San Gregorio, donde damos por finalizado éste grato paseo.
Esta ruta es muy cómoda porque transcurre íntegramente por caminos, y muy disfrutona, ya que se puede observar muy bien el paisaje y la vegetación.
La flora que encontramos son aulagas, manzanilla amarga, espinos, mejorana, retamas, jaras..aunque una planta que cabe resaltar es el Equisetum o cola de caballo, que es una planta que se mantiene intacta en su simpleza, sin evolución desde hace más de 3 millones de años. Tiene propiedades terapéuticas para problemas de riñón, vejiga, artritis, entre otras. Los chinos la usan para aplacar la fiebre. En esta ruta, lo podemos observar muy bien al pasar por el puente del Arroyo de la Mejilla.