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Barranco Blanco. PR MU 52 Torre Guil. Murcia

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Trail stats

Distance
4.38 mi
Elevation gain
896 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
896 ft
Max elevation
994 ft
TrailRank 
53
Min elevation
501 ft
Trail type
Loop
Moving time
one hour 28 minutes
Time
one hour 40 minutes
Coordinates
1202
Uploaded
March 23, 2024
Recorded
March 2024
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near Los López, Murcia (España)

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Itinerary description

Mañana de calima con muchas partículas pequeñas de arena en suspensión en la atmósfera. Nos dirigimos con la intención de hacer un par de rutas cortas por una Torre Guil cercana a Murcia en la pedanía de Sangonera La Verde.
Salimos desde la Plaza de Las Moreras, junto a la Urbanización de Torre Guil, punto de comienzo de varios de los PR del Majal Blanco. Siguiendo el trazado y las indicaciones del PR-MU52 (Barranco Blanco), pasamos por la Rambla Cueva del Buitre, las ruinas de la Casa de La Perdiz y bordeamos el Barranco Blanco, primero por su lado Este y luego por el Oeste.
La finca de Torre Guil, una de las que mayor extensión e importancia tuvieron de cuantas configuraban este territorio. La necesidad hacía que hasta aquí subieran para trabajar de sol a sol muchos vecinos, o para recoger leña, o cazar alguna liebre de forma furtiva; no importaba la distancia, ni que se tratara de un entorno ciertamente cargado de dureza. Nuestra benevolencia con el lugar se acrecienta al contemplarlo pasado el tiempo, dulcificado por la memoria. Y de hacer suyo un paisaje, sin poder serlo del todo. El origen de la finca viene del linaje de los Guil aparece descrito por el Licenciado Cascales en sus “Discursos Históricos de la Ciudad de Murcia”, tratándose de caballeros de origen navarro que llegarían a estas tierras en el siglo XIII sirviendo a la corona aragonesa. En el XVI, los Guil emparentarían con los Verástegui, otra estirpe de la nobleza murciana que terminará creando el señorío de El Palmar e incluyendo en su jurisdicción las tierras donde se ubica Sangonera la Verde. En cartografías de principios del XVIII queda de manifiesto la existencia de varios lugares denominados Guil en la zona, estando probablemente ligados a latifundios controlados y explotados desde caseríos que salpicarían el territorio.
Pero no será hasta el siglo XIX cuando la gran finca conocida en su conjunto como Torre Guil empiece a adquirirla importancia que tanto ha trascendido hasta nuestros años. Lo hará de la mano de otra familia, los D’Estoup, saga de comerciantes llegados a Murcia desde el sur de Francia atraídos por el negocio de la seda. Los D’Estoup aparecen como dueños de tan inmensa propiedad a lo largo de dicha centuria y todo apunta a que fue D. Trifón Mariano D’Estoup Pericola quien, además de llegar a ser regidor municipal y diversificar sus negocios industriales, inicie la transformación de la finca tratando de aumentar al máximo su productividad. Reflejo de dicha intención es que ya realizara en ella obras que en su testamento quedaban valoradas en 500.000 reales de vellón, una cantidad realmente importante en la época. No menos empeño debió poner su hijo Manuel D’Estoup y Cayrón, quien la heredó, pasando después a manos de otra familia, la González-Conde. Como curiosidad, en 1871 y siendo aún dueña la viuda de Manuel D’Estoup, en ella se pondría en práctica el uso de unas novedosas segadoras de brazo automático y de tracción animal, pero conducidas por un solo hombre: Es una prevención mal entendida y contraria a un principio de economía política la creencia errónea que sostiene la rutina, de que las máquinas perjudican a las clases obreras. Todo lo que el hombre por su inteligencia economice en fuerza, arrancándola de la naturaleza, es grandemente provechoso para la industria y la agricultura.
Una noticia de prensa catalogaba Torre Guil en 1882 como “el mayor establecimiento agrícola que existe en la provincia”. En la descripción que se hacía de ella se destaca entre sus dependencias la almazara y los grandes depósitos para el aceite, siendo la producción principal de la finca; su excelente calidad quedó refrendada años después con la obtención de una Medalla de Oro en la Exposición Universal celebrada en Barcelona en 1888, llegando a ascender la cotización del preciado oro líquido de Torre Guil a nada menos que 14 pesetas la arroba. La misma crónica señalaba la existencia en la finca de aljibes, graneros, pajares, cuadras, secaderos de higos (otro de los productos de mayor recolección), y hasta una bodega y lagar para el prensado de uva. Y tampoco faltaban en la propiedad talleres de carpintería, herrería y carretería, donde se mantenían a punto maquinarias y carruajes.
En 1888 ya consta como dueño D. Diego González-Conde, diputado y jefe del partido conservador de Murcia, sucediéndole su hijo Joaquín hasta el estallido de la Guerra Civil. A partir de entonces, ligado al proceso de confiscación y colectivización de las tierras, Torre Guil se convertiría en un centro de acuartelamiento del ejército republicano. Durante la contienda, se formaban largas filas de mujeres y niños del pueblo a la puerta de la finca: pedían el sobrante del rancho que diariamente se cocinaba allí para centenares de soldados. Finalizada la guerra la propiedad fue devuelta a la familia González-Conde, pero iniciándose ya un proceso de reparto entre los distintos herederos que acabó fragmentando definitivamente la finca. Después llegarían los años de las grandes inversiones de manos de otros nuevos propietarios, como los hermanos Echevarría, los Burruezo o la empresa Hortícola del Guadalentín, abriendo pozos y transformándola mayor parte del secano en parcelas de regadío. La producción se diversificó, especializándose desde entonces en el cultivo de melocotoneros, ciruelos, parrales y cítricos. De igual modo proliferó la crianza de ganados, destacando la de cherros y caballos, para los que se reservaban enormes superficies sembradas de alfalfa. En el transformado vergel de Torre Guil se llegó a filmar un documental ensalzando el resultado de aquella nueva etapa. Hoy son muy pocas las parcelas que siguen en producción, encontrando en nuestro camino la mayor parte de ellas tomadas por la maleza. En 1986 unas 636 hectáreas de la finca, correspondientes a la parte conocida como Majal Blanco, fueron cedidas al Ayuntamiento de Murcia para mantenerlas como espacio protegido integrado en el parque natural de El Valle-Carrascoy; un destino diametralmente opuesto depararía al área que hoy ocupa el residencial Torre Guil, urbanizado desde aquellos mismos años.
Si hoy el paraje nos produce cierta sensación de aislamiento, más aún debiera parecerles a quienes residían durante todo el año en los desperdigados caseríos que por aquí había: entre otros muchos, Los Arejos, Las Garitas, Los Rufos, Cañá Molina, Casa de la Balsa, Casa de la Fuente del Perro y las Casas Altas. En ellos pasaron la mayor parte de su existencia quienes tenían la importante misión de vigilar los cultivos y mantener en buenas condiciones las distintas haciendas que aglutinaba una finca tan enorme: los caseros y sus familias, oficio que se heredaba de padres a hijos y en el que todos los miembros colaboraban de alguna manera.
Los guardeses solían recorrer la finca a caballo e iban armados normalmente con un fusil. Su trabajo no era sencillo y a alguno le costaría la vida el desempeño del mismo, como aquel que cayó abatido en 1881 a manos de unos leñadores furtivos.
La primera ruta PR MU 52 Barranco Blanco
Ruta circular de poco más de 7 Km. Con un desnivel de unos 270 metros, se puede considerar de fácil, pero no de familiar. El itinerario propuesto rodea el cauce del Barranco Blanco, una impresionante formación de badlands, que debe su nombre al color de las margas, un tipo de rocas sedimentarias que dan lugar a este modelo de erosión. Durante el recorrido se observan también vestigios de las antiguas explotaciones agrarias y construcciones asociadas a ellas.
El recorrido transcurre inicialmente por una zona de umbría. El pino carrasco (Pinus halepensis) es la especie dominante del estrato arbóreo, presentando una densidad alta si se compara con otras áreas del Majal orientadas a Sur o a Oeste. La distribución espacial, bastante azarosa, de los distintos ejemplares de pino, junto con la diversidad de tamaños y por tanto de edades, que presentan los troncos hace pensar en un bosque naturalizado. El matorral está compuesto mayoritariamente de romeros pero son abundantes las albaidas, tomillos, poleo de monte y uña de gato. Tapizando el suelo aparecen extensas manchas del liquen Cladonia convolu(a, especie que se asienta sobre el suelo de manera muy laxa y que tiene una enorme fragilidad al pisoteo como se puede comprobar en este y otros tramos del recorrido. Junto al pino carrasco aparece, aunque con menor frecuencia, otra conifera, el pino piñonero (Pinus pinea). Se pueden distinguir por el tamaño de las aciculas (hojas), considerablemente más grandes en el piñonero; también por el tronco, ya que el piñonero tiene una gruesa corteza, profundamente agrietada de la que se desprenden placas dejando ver un color inlerior pardo-rojizo y sobre todo por el aspecto de las piñas, globosas y grandes en el piñonero y, cónicas, pedunculadas y más pequeñas en el carrasco.

El camino nos conduce a la rambla Cueva del Buitre en su tramo medio-bajo. Esta rambla surca gran parte del Majal Blanco en dirección Sur-Norte, atravesando los diversos tipos de materiales geológicos presentes en la zona. El lecho del cauce tiene una apariencia de mosaico debido a los diversos colores que los fragmentos de rocas le dan: pardos y ocres de las cuarcitas, rojos violáceos de las argilitas y grises de las dolomías.
La pista forestal continúa por una zona de cultivo de cítricos abandonada, donde varias especies silvestres empiezan a colonizar estos suelos muy nitrificados y alterados, siendo frecuente la presencia de la bufalaga, el marrubio y la olivarda. Cruzaremos la carretera denominada Cañada Escondida para tomar la pista forestal que nos aproxima a las ruinas de la Casa de la Perdiz.
Merece la pena hacer una parada junto a estas ruinas, desde aquí se descubre una de las mejores vistas del Barranco Blanco. Contemplar esta zona abarrancada puede producir diferentes sensaciones, pero seguro que no nos dejará indiferentes.
El nombre de “Barranco Blanco" se debe al color gris claro de la roca que lo constituye: las margas. Estas son rocas de permeabilidad muy baja, de poca consistencia y fácilmente disgregables. La baja permeabilidad de estas rocas favorece la generación de escorrentía tras la lluvia y el arrastre de sedimentos a lo largo del barranco. La pérdida de suelo se desarrolla con gran dinamismo ya que se trata de un terreno abrupto de laderas con fuertes pendientes, por lo que el agua discurre con la energía suficiente para arrastrar las margas que son disgregadas dada su baja consistencia y alta fragilidad. La falta de nutrientes en el suelo hace que la vegetación sea escasa y, como consecuencia, el papel protector que ejercen éstas sobre el suelo es muy reducido. Además las características climáticas de la región con escasas, pero torrenciales lluvias, revierten en el desarrollo de los procesos erosivos en estas formaciones.
El camino continua bajando suavemente por una loma que permite, en días claros, una amplia panorámica paisajística tanto del Majal Blanco como de las sierras y vegas regionales.
Desde esta misma loma se consigue una visión más cercana de un cauce secundario del barranco, que transcurre paralelo al principal y en el que se hace evidente el vigoroso contraste entre la cobertura vegetal en las vertientes de umbría frente a las de solana. La cobertura vegetal es escasa pero más densa en las zonas de umbría, aquellas orientadas a Norte y Este, que las orientadas a solana. Una de la especie más frecuente es el lastón que tapiza los taludes margosos dando un aspecto grisáceo en invierno y verdoso en primavera.
Acompañan al anterior el albardín muy parecido al esparto, la avénula y la esparceta.
Nos encontramos por tanto con un paisaje formado por un mosaico de distintos ambientes: el denso pinar, con sotobosque bien desarrollado; las terrazas de olivos con tierras roturadas para el cultivo de cereales, los cultivos abandonados, que dejan espacios abiertos con matorrales de escaso porte; y los pinares, formando masas de escasa densidad que van colonizando espacios antes dedicados al cultivo agrícola, generándose una transición desde áreas más naturalizadas a otras más humanizadas. Este mosaico de ambientes genera una variedad de hábitats y fuentes alimenticias, favoreciendo el desarrollo de numerosas especies animales. En este tramo del camino se puede observar un paleocauce. Se trata de un lugar que ocupó un curso de agua hace millones de años. Lo que se aprecia es un depósito de cantos rodados. La forma redondeada que presentan las rocas que constituyen el depósito se debe a la acción ejercida por el agua durante el transporte.
El camino se adentra en la Cañada de las Oliveras que es el lecho del barranco y la zona de menor altitud del recorrido. Este cultivo de secano, estratégicamente situado, colecta el agua de las zonas topográficamente más elevadas ya que es la vía de avenamiento del Barranco Blanco. Este es un tramo de especial interés de fauna ya que el olivar es utilizado como refugio o escondrijo y como fuente alimenticia ya que las olivas tienen un alto valor energético.
El camino avanza en dirección Sur por la margen izquierda del Barranco Blanco. En este tramo se pueden percibir de cerca las distintas manifestaciones de la erosión hídrica y cómo esta va actuando sobre el paisaje de forma gradual. La escasa cobertura vegetal deja el suelo expuesto al impacto de las gotas de lluvia favoreciendo la erosión por salpicadura con la consiguiente disgregación del suelo. Estas partículas disgregadas son arrastradas por el agua superficial que se concentra progresivamente en pequeños surcos o canalillos, alcanzando zonas de pendientes acusadas y transformándose en canales de mayor envergadura. El flujo del agua va aumentando y se forman las cárcavas. El desprendimiento y posterior hundimiento de las paredes de las cárcavas, desde zonas deprimidas hacia zonas más altas del barranco, provoca el ensanchamiento y ampliación de la zona abarrancada, llegando incluso a socavar los caminos.
Nos adentramos en una zona de umbría en la que se detectan restos de antiguas explotaciones agrícolas: pequeñas terrazas de mampostería con pies dispersos de algarrobos. Aparecen ejemplares de pino piñonero aunque la masa dominante es de pino carrasco. Encontraremos algunos pinos afectados por los barrenillos de las cortezas. Se trata de pequeños escarabajos horadadores que realizan túneles y galerías en las cortezas de troncos y ramas gruesas de los pinos. El daño se produce porque interrumpen la circulación de la savia provocando la muerte de los ejemplares infectados.
La vegetación presenta el mayor desarrollo tanto en densidad y porte como en cobertura. El suelo está tapizado por lastón. En primavera se disfruta de la corta pero grata presencia de orquídeas y gladiolos. El pinar es denso y son muy abundantes los enebros, espinos y lentiscos.
Aparecen pies dispersos de palmito. La panorámica hacia el barranco es magnífica y merece la pena hacer una parada.
La senda nos conduce al nacimiento del Barranco Blanco, lugar donde el agua emerge durante todo el año, acumulándose en una pequeña charca en cuyo entamo aparece un carrizal. Tanto aves como mamíferos aprovechan este pequeño humedal como bebedero y refugio, incluso se detecta la presencia del jabalí si se observan los troncos de los árboles de los alrededores, ya que presentan manchas de barro de los restregones que se dan estos mamíferos para quitarse los parásitos después de un revolcón en la charca. La senda encaminada hacia la pista forestal nos lleva al final del recorrido.

Waypoints

PictographCar park Altitude 994 ft
Photo ofPlaza de las Moreras

Plaza de las Moreras

PictographCar park Altitude 997 ft
Photo ofBarranco Blanco Photo ofBarranco Blanco

Barranco Blanco

PictographIntersection Altitude 735 ft
Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 791 ft
Photo ofDerecha Photo ofDerecha Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 853 ft
Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 846 ft
Photo ofIzquierda salir carretera Photo ofIzquierda salir carretera

Izquierda salir carretera

PictographWaypoint Altitude 853 ft
Photo ofRecto

Recto

PictographIntersection Altitude 945 ft
Photo ofDerecha Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 722 ft
Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 528 ft
Photo ofIzquierda Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 505 ft
Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 545 ft
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Izquierda

PictographIntersection Altitude 646 ft
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Izquierda

PictographIntersection Altitude 679 ft
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Izquierda

PictographIntersection Altitude 715 ft
Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 863 ft
Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 827 ft
Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 928 ft
Photo ofIzquierda Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 866 ft
Photo ofDerecha carretera

Derecha carretera

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