Barranco de Badajoz

Los valores de "altitud" y "desnivel" no son fiables porque el GPS introduce lecturas erróneas en el interior del barranco.

El Barranco de Badajoz, conocido tradicionalmente como el Barranco de Chamoco, está situado dentro del Paisaje Protegido de Siete Lomas, en el municipio de Güimar. Este barranco tiene una longitud de 12 Km desde la cumbre al mar, pero nosotros recorreremos aproximadamente 2,5 Km para la ida y otros tantos para el regreso. La altura media de las paredes del barranco oscila entre los 600 y los 1000 metros. El camino comienza en una pista asfaltada, a cuyos lados se extienden multitud de huertas, gran parte de ellas cultivadas con vid, papas y frutales. Más allá de los cultivos observaremos las altas paredes del barranco que a medida que avancemos se irán estrechando a nuestro paso. Nos encontraremos con unos suelos muy antropizados, es decir, por todas partes veremos restos de materiales que se han ido extrayendo durante decenios de las paredes rocosas con el objeto de conseguir agua. Encontraremos a nuestro paso la Cueva Negra, que así denominaban a la Galería Acaymo y seguidamente la Cascada del Cabuco, impresionante oquedad tallada en la roca por el efecto erosivo del agua durante miles de años. Junto a ella se encuentra la Galería de Aceviño. La Cascada del Cabuco está considerada por expertos como un sitio de energía, donde algunos sienten una fuerza misteriosa. Seguidamente subiremos por una cuesta empedrada que nos llevará a la Puerta del Barranco. Aquí podremos observar como el agua ha convertido a las rocas basálticas, predominantes en el lugar, en figuras caprichosas que llaman la atención al paso por las mismas. Después llegaremos a la altura de la Cueva del Cañizo, la cual está a 100 m de altura, que fue usada en su tiempo por los aborígenes. En esta zona reinó el mencey Añaterve hasta que en 1496 llegó Alonso de Lugo y se apoderó de la misma. Las tierras de Güimar las cedió a don Juan de Badajoz, que vino a dar nombre al barranco. Más adelante encontraremos la sala de máquinas de la galería de Izaña, que data de 1912. Estas se usaban para extraer los gases de la galería inyectándole aire y para los aparatos de perforación. Cada vez nos impresionará más el paisaje con las altas paredes con mucha vegetación, entre ella pinos, colgados de las mismas. Precisamente, a principios del siglo XX unos trabajadores de esta galería dijeron haber encontrado unos seres luminosos y huyeron. Al regresar, no volvieron a verlos pero tapiaron la zona en que supuestamente aparecieron. Al finalizar el camino, nos encontraremos con una nueva cascada, cuyas paredes no permiten continuar por lo que iniciamos el camino de vuelta. Encontraremos entre la flora, vegetación termófila con plantas como granadillos, taginastes y dragos entre otros. A medida que nos adentremos más encontraremos algunas variedades de laurisilva, destacando la bencomia, que también encontramos en otros barrancos del valle.