Barranco de la Regidora, floración del árbol del amor (Bullas)

Primero antes de comenzar la ruta visitamos el venerado Cristo del Carrascalejo, llamado así por el paraje en el que se encuentra, es un conocido lugar de peregrinación y señal de devoción de los habitantes de la comarca.
Su colocación se atribuye, a finales del siglo XIX, a Cristina Chico de Guzmán, esposa de Luis Pidal y Mon, II Marqués de Pidal. Ambos eran los padres de la monja carmelita Santa Maravillas de Jesús (1891 – 1974), quien pasaba largas temporada en la finca durante su infancia y juventud.
Este Cristo Crucificado se encuentra elevado sobre una peana y rodeado por una pequeña verja que se puede traspasar. El recinto invita al recogimiento y a la oración en plena naturaleza. La devoción del lugar queda patente en la gran cantidad de exvotos puestos a los pies de la imagen por muchos de los visitantes.
Al lado muy cerca del Cristo de Carrascalejo discurre esta rambla o barranco de una gran belleza donde destacan especies protegidas como la encina o el quejigo y que se encuentra acondicionada para la práctica del senderismo es un recorrido por un tramo de bosque de ribera, partiendo desde el Carrascalejo por un precioso itinerario para realizar en familia cualquier época del año, pero mejor en primavera si queremos ver la floración de árbol del amor, sobre todo el tramo comprendido entre el paraje de El Carrascalejo y la Vía Verde del Noroeste. Con la entrada del mes de abril, llega la floración del Árbol del amor (Cercis siliquastrum) Se le denomina así por el color rosa y violeta de sus flores y por la hoja en forma de corazón. También se le conoce por árbol de Judas ya que según cuenta la leyenda Judas Iscariote se suicidó en uno de estos árboles. Otra de las muchas denominaciones por la que se suele identificar es por algarrobo loco por la asimetría con la que crecen sus ramas. Lo más bonito de este árbol es, sin duda, su floración, que tan sólo dura unos días, las ramas y troncos se cubren de pequeñas flores entre tonos rosas y violetas que llenan de color cualquier rincón donde se encuentre. Es un árbol cada vez más común, pero uno de los lugares más emblemáticos donde poder observarlo, en plena naturaleza, es en el tramo de la Vía Verde del Noroeste que une Bullas y Cehegín a la altura del Cristo del Carrascalejo, en pleno Barranco de la Regidora.
El Barranco de la Regidora o de la Asomadila, que forma parte de la cuenca del río Quipar, cuenta con un exuberante bosque de ribera que es atravesado por una interesante senda interpretativa.
Esta rambla posee una vegetación de ribera o sotos son bosques caducifolios que crecen a ambos lados de los cursos fluviales sobre suelos que a partir de una cierta profundidad suelen estar empapados de agua. representada por pequeños bosques de sauces, fresnos y álamos, junto a una maraña de zarzales, rosales, majuelos, juncales y baladrales, son los más productivos entre los bosques de área mediterránea porque nunca escasa el agua principal factor para su crecimiento y por la riqueza de su suelo, formada de sedimentos traídos por aguas fluviales. Presenta las características típicas mediterráneas, como los pinares de pino carrasco, cuyo sotobosque está formado por arbustos como la coscoja, el lentisco, el enebro y diversas plantas aromáticas (tomillo, romero...) En este paraje la fauna encuentra albergue, refugio y alimentos durante todas las estaciones del año. Entre el sotobosque de pinar y los matorrales de ribera es fácil encontrar aves que se alimentan de plantas silvestres e insectos como petirrojos, ruiseñores, currucas...También habitan otros vertebrados como las ardillas, tejones, jabalíes, reptiles como lagarto acelado, culebra de collar y anfibios como el sapo corredor.