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Barranco de los Cañones. PR MU 53. Torre Guil. Murcia

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Trail stats

Distance
3.33 mi
Elevation gain
515 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
515 ft
Max elevation
1,141 ft
TrailRank 
71 5
Min elevation
711 ft
Trail type
Loop
Moving time
one hour 8 minutes
Time
one hour 18 minutes
Coordinates
929
Uploaded
March 23, 2024
Recorded
March 2024
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near Los López, Murcia (España)

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Itinerary description

Hoy tocaban dos rutas y esta en la segunda, con el mismo punto de salida. Salimos desde la Plaza de Las Moreras, junto a la Urbanización de Torre Guil, punto de comienzo de varios de los PR del Majal Blanco. Siguiendo el trazado y las indicaciones del PR-MU53 Barranco de los Cañones. Ruta circular de unos 5,35 Km. Con poco desnivel unos 150 metros., fácil, pero no familiar.
El itinerario combina su trazado con el cauce medio-bajo de la rambla de las Cuevas del Buitre y terrazas abandonadas de antiguas explotaciones agrícolas. En muchas zonas es visible la acción de la erosión sobre los materiales margosos desnudos de vegetación. El último tramo del recorrido es urbano, ya que su trazado recorre algunas calles de la urbanización de Torreguil. Transcurre inicialmente por una zona de umbría. El pino carrasco es el árbol más abundante y su densidad es alta si se compara con otras áreas orientadas a solana. El matorral está compuesto mayoritariamente por romeros, pero son abundantes las albaidas, tomillos, poleo de monte, uña de gato. Junio al pino carrasco aparece, aunque con menor frecuencia, otra conífera: el pino piñonero. Los distinguiremos por el tamaño de las aciculas (hojas), considerablemente más grandes en el piñonero, o por el aspecto de las piñas: globosas y grandes en el piñonero y en el carrasco más pequeñas pero cónicas y pedunculadas; también por la corteza del tronco que en el piñonero es gruesa, profundamente agrietada y con un color pardo-rojizo que dejan las placas al desprenderse.
Llegamos a la Rambla de las Cuevas del Buitre en su tramo medio-bajo. La rambla surca gran parte del Majal en dirección Sur-Norte atravesando diversos tipos de rocas. El lecho del cauce tiene apariencia de mosaico debido a los diferentes colores que los fragmentos de rocas le dan: pardos y ocres de las cuarcitas, rojos violáceos de la argilita y grises de las dolomías. Junto al lecho de la rambla aparecen especies propias de zonas húmedas como baladre y espantalobos.
Bordeando nuestro camino, en la margen derecha, destaca una inclinada ladera formada por margas. Este material, tan poco compactado y tan frágil ante los procesos de erosión, va a ser el predominante en nuestro recorrido. Tapizando la ladera hay numerosos pies de albardín, también llamado falso esparto. Aunque no es una planta de gran porte, ejercen un papel muy importante como protectores del suelo, ya que amortiguan el impacto de las gotas de lluvia sobre el suelo. Además retienen el agua ralentizando así su circulación hacia las zonas de máxima pendiente. Aparecen las primeras terrazas abandonadas de antiguas explotaciones agrícolas. La vegetación es escasa aunque aparecen manchas de matorral.
A lo largo del camino se aprecia el efecto de la erosión del agua sobre las zonas desprovistas de vegetación. Los taludes formados para emplazar el camino, con una fuerte inclinación y con escasa vegetación, muestran la erosión en surcos típica de las margas. Donde la vegetación natural no fue alterada, este efecto no se produce.

El camino desciende suavemente delimitado por hileras de cipreses que en la antigua explotación agrícola hacían la función de cortavientos. Además de reducir la velocidad del viento, modifican su dirección, evitando la acción mecánica y desecante sobre las plantas, así como el efecto erosivo que ejerce sobre el suelo. En estas terrazas de cultivos abandonadas se han desarrollado una serie de experiencias para la reforestación de lo que se denomina tierras marginales. Anteriormente fueron tierras forestales, con una vegetación constituida por pinares y matorrales característicos de estos montes, que fueron despojadas de su cubierta vegetal y roturada cultivos de cítricos principalmente. Su abandono, provocado por motivos como una mala ubicación, la presión urbanística, una insuficiente rentabilidad y la escasez de agua en la zona, ha dejado el suelo desprovisto de vegetación. La intención de la actual reforestación es evitar que estas tierras desnudas y limítrofes con el monte, sufran los efectos de la erosión del agua y del viento. La implantación de especies autóctonas (pino, acebuche, esparto, albaida, espino, romero, albardín, ele.) ayudará a minimizar la perdida de suelo de estas zonas contribuyendo, aunque en un proceso muy lento, a recuperar el paisaje propio del lugar. El camino desciende hasta llegar a la rambla. Al ser una zona más deprimida, en donde el sol no incide tan intensamente como en la zona alta, la sensación de fresco y humedad es mayor.
Merece la pena hacer una parada para contemplar los potentes taludes que delimitan la rambla, formados por margas y areniscas principalmente y donde también se pueden observar potentes paredes constituidas por la acumulación de cantos rodados.
La vegetación es una combinación de especies que viven en ambientes húmedos, como taray, baladre y espantalobos, y otras en las que se aprecia la intervención humana, como falsos pimenteros, eucaliptos y algarrobos. El cañar en el lecho de la rambla nos indica la presencia de agua. Es una zona encharcada durante gran parte del año, a la que acuden pequeñas aves como el mosquitero, la curruca y el ruiseñor.
Saldremos de esta vaguada por la urbanización hasta alcanzar la carretera asfaltada que nos conduce al CEMACAM. Frente a él parte la senda por la que continúa nuestro recorrido.
Al principio de este tramo, en la margen derecha del camino asoman potentes paredes que al tacto son rasposas. Son rocas areniscas muy erosionadas, formadas por granos de arena fuertemente cementados. Sobre estas areniscas se observan numerosos líquenes: el más abundante es Lecanora de color blanquecino aunque aparecen otras especies con fuertes tonos amarillos y naranjas. El pino es el árbol más abundante, pero podemos ver algunas carrascas junto a una gran diversidad de arbustos (enebros, lentiscos, jaras, jaguarzos, efedras) y plantas aromáticas (romero y tomillo).
Avanzamos hasta alcanzar el camino de tierra. Se trata de un enclave con amplia panorámica paisajística ya que nos encontramos en la divisoria de aguas: al Este hemos dejado el Barranco de Los Cañones, que forma parte de la Cuenca de Los Arejos; hacia el Oeste se inicia la Cuenca de la Rambla de las Cuevas del Buitre. En este barranco se distingue el fuerte contraste entre las laderas que lo forman. La orientada al Norte genera una umbría con un denso pinar. En la orientada al Sur, fuertemente soleada, escasean los árboles, siendo los arbustos los que dominan la ladera. El fondo del barranco está ocupado por algarrobos, ubicados estratégicamente para aprovechar el agua de escorrentía que baja por ambas laderas. Desde este punto se consiguen una excelente visión de la zona alta del Majal y en la zona más cercana destaca, por el colorido rojo, la cantera de argilitas. El recorrido continúa hasta la carretera asfaltada que nos conducirá a la Plaza de las Moreras, punto de partida.

La finca de Torre Guil, una de las que mayor extensión e importancia tuvieron de cuantas configuraban este territorio. La necesidad hacía que hasta aquí subieran para trabajar de sol a sol muchos vecinos, o para recoger leña, o cazar alguna liebre de forma furtiva; no importaba la distancia, ni que se tratara de un entorno ciertamente cargado de dureza. Nuestra benevolencia con el lugar se acrecienta al contemplarlo pasado el tiempo, dulcificado por la memoria. Y de hacer suyo un paisaje, sin poder serlo del todo. El origen de la finca viene del linaje de los Guil aparece descrito por el Licenciado Cascales en sus “Discursos Históricos de la Ciudad de Murcia”, tratándose de caballeros de origen navarro que llegarían a estas tierras en el siglo XIII sirviendo a la corona aragonesa. En el XVI, los Guil emparentarían con los Verástegui, otra estirpe de la nobleza murciana que terminará creando el señorío de El Palmar e incluyendo en su jurisdicción las tierras donde se ubica Sangonera la Verde. En cartografías de principios del XVIII queda de manifiesto la existencia de varios lugares denominados Guil en la zona, estando probablemente ligados a latifundios controlados y explotados desde caseríos que salpicarían el territorio.
Pero no será hasta el siglo XIX cuando la gran finca conocida en su conjunto como Torre Guil empiece a adquirirla importancia que tanto ha trascendido hasta nuestros años. Lo hará de la mano de otra familia, los D’Estoup, saga de comerciantes llegados a Murcia desde el sur de Francia atraídos por el negocio de la seda. Los D’Estoup aparecen como dueños de tan inmensa propiedad a lo largo de dicha centuria y todo apunta a que fue D. Trifón Mariano D’Estoup Pericola quien, además de llegar a ser regidor municipal y diversificar sus negocios industriales, inicie la transformación de la finca tratando de aumentar al máximo su productividad. Reflejo de dicha intención es que ya realizara en ella obras que en su testamento quedaban valoradas en 500.000 reales de vellón, una cantidad realmente importante en la época. No menos empeño debió poner su hijo Manuel D’Estoup y Cayrón, quien la heredó, pasando después a manos de otra familia, la González-Conde. Como curiosidad, en 1871 y siendo aún dueña la viuda de Manuel D’Estoup, en ella se pondría en práctica el uso de unas novedosas segadoras de brazo automático y de tracción animal, pero conducidas por un solo hombre: Es una prevención mal entendida y contraria a un principio de economía política la creencia errónea que sostiene la rutina, de que las máquinas perjudican a las clases obreras. Todo lo que el hombre por su inteligencia economice en fuerza, arrancándola de la naturaleza, es grandemente provechoso para la industria y la agricultura.
Una noticia de prensa catalogaba Torre Guil en 1882 como “el mayor establecimiento agrícola que existe en la provincia”. En la descripción que se hacía de ella se destaca entre sus dependencias la almazara y los grandes depósitos para el aceite, siendo la producción principal de la finca; su excelente calidad quedó refrendada años después con la obtención de una Medalla de Oro en la Exposición Universal celebrada en Barcelona en 1888, llegando a ascender la cotización del preciado oro líquido de Torre Guil a nada menos que 14 pesetas la arroba. La misma crónica señalaba la existencia en la finca de aljibes, graneros, pajares, cuadras, secaderos de higos (otro de los productos de mayor recolección), y hasta una bodega y lagar para el prensado de uva. Y tampoco faltaban en la propiedad talleres de carpintería, herrería y carretería, donde se mantenían a punto maquinarias y carruajes.
En 1888 ya consta como dueño D. Diego González-Conde, diputado y jefe del partido conservador de Murcia, sucediéndole su hijo Joaquín hasta el estallido de la Guerra Civil. A partir de entonces, ligado al proceso de confiscación y colectivización de las tierras, Torre Guil se convertiría en un centro de acuartelamiento del ejército republicano. Durante la contienda, se formaban largas filas de mujeres y niños del pueblo a la puerta de la finca: pedían el sobrante del rancho que diariamente se cocinaba allí para centenares de soldados. Finalizada la guerra la propiedad fue devuelta a la familia González-Conde, pero iniciándose ya un proceso de reparto entre los distintos herederos que acabó fragmentando definitivamente la finca. Después llegarían los años de las grandes inversiones de manos de otros nuevos propietarios, como los hermanos Echevarría, los Burruezo o la empresa Hortícola del Guadalentín, abriendo pozos y transformándola mayor parte del secano en parcelas de regadío. La producción se diversificó, especializándose desde entonces en el cultivo de melocotoneros, ciruelos, parrales y cítricos. De igual modo proliferó la crianza de ganados, destacando la de cherros y caballos, para los que se reservaban enormes superficies sembradas de alfalfa. En el transformado vergel de Torre Guil se llegó a filmar un documental ensalzando el resultado de aquella nueva etapa. Hoy son muy pocas las parcelas que siguen en producción, encontrando en nuestro camino la mayor parte de ellas tomadas por la maleza. En 1986 unas 636 hectáreas de la finca, correspondientes a la parte conocida como Majal Blanco, fueron cedidas al Ayuntamiento de Murcia para mantenerlas como espacio protegido integrado en el parque natural de El Valle-Carrascoy; un destino diametralmente opuesto depararía al área que hoy ocupa el residencial Torre Guil, urbanizado desde aquellos mismos años.
Si hoy el paraje nos produce cierta sensación de aislamiento, más aún debiera parecerles a quienes residían durante todo el año en los desperdigados caseríos que por aquí había: entre otros muchos, Los Arejos, Las Garitas, Los Rufos, Cañá Molina, Casa de la Balsa, Casa de la Fuente del Perro y las Casas Altas. En ellos pasaron la mayor parte de su existencia quienes tenían la importante misión de vigilar los cultivos y mantener en buenas condiciones las distintas haciendas que aglutinaba una finca tan enorme: los caseros y sus familias, oficio que se heredaba de padres a hijos y en el que todos los miembros colaboraban de alguna manera.
Los guardeses solían recorrer la finca a caballo e iban armados normalmente con un fusil. Su trabajo no era sencillo y a alguno le costaría la vida el desempeño del mismo, como aquel que cayó abatido en 1881 a manos de unos leñadores furtivos.

Waypoints

PictographCar park Altitude 1,001 ft
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Plaza de las Moreras

PictographIntersection Altitude 735 ft
Photo ofDerecha Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 843 ft
Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 876 ft
Photo ofIzquierda Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 751 ft
Photo ofDerecha Photo ofDerecha

Derecha

PictographRiver Altitude 715 ft
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Barranco de los Cañones

PictographIntersection Altitude 817 ft
Photo ofIntersección

Intersección

PictographIntersection Altitude 807 ft
Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 896 ft

Derecha para arriba

PictographIntersection Altitude 932 ft
Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 988 ft
Photo ofIzquierda Photo ofIzquierda Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 1,129 ft
Photo ofIzquierda

Izquierda

PictographIntersection Altitude 1,135 ft
Photo ofDerecha Photo ofDerecha

Derecha

PictographIntersection Altitude 1,106 ft
Photo ofDerecha carretera

Derecha carretera

PictographIntersection Altitude 1,050 ft
Photo ofDerecha Photo ofDerecha

Derecha

PictographWaypoint Altitude 984 ft
Photo ofWaypoint Photo ofWaypoint Photo ofWaypoint

Waypoint

Comments  (1)

  • Senda55 Mar 27, 2024

    Bonita ruta por Torre Guill. Buena información.

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