Barranco de Peña Escrita-del Collado de Hornilleros al de Valmayor-La Cereceda-La Batanera-Peña Escrita (Sierra Madrona)

Siempre es un placer “perderse” por los bien señalizados senderos de Sierra Madrona, pero especialmente en esta época del año, cuando sus numerosos robledos lucen sus colores otoñales (aunque los situados a mayor cota ya van perdiendo la mayor parte de sus hojas).

Viniendo desde Córdoba por la N-420, al poco de entrar en la provincia de Ciudad Real y dejar atrás el pueblo de Fuencaliente, hay que tomar la carreterita que sale a la derecha entre los pk 101 y 102, continuándola hasta un aparcamiento junto al abrigo de Peña Escrita.

Desde el aparcamiento me dirijo a la pista forestal (Camino de Navamanzano), cerrada para vehículos con una cadena, por la que
recorro entre pinos unos 700 metros antes de abandonarla por otra pista que sale a la izquierda, que lleva al Sendero del Barranco de Peña Escrita. Tras caminar aproximadamente un kilómetro y setecientos metros (con el pico de la Bañuela, cota más alta de la la provincia y de toda Sierra Morena, a 1332 msnm, a mi derecha), la pista se continúa por una estrecha senda que acompaña al arroyo de Peña Escrita (y que lo cruza en más de una ocasión). La ascensión por el barranco es prácticamente continua durante varios kilómetros, aunque la belleza del paisaje (atravesando bosquecillos de robles melojos y alguna pedriza, con la Sierra de Dornilleros a la izquierda y magníficas vistas del fondo del barranco) la hacen más llevadera; finalmente, al poco de cruzar una represilla del arroyo por su cola, se alcanza el Collado de Hornilleros (o de Dornilleros).

Desde aquí continúo en dirección NE por un camino que luego de una corta subida cambia de dirección y empieza a bajar hacia el Collado de Valmayor (o Escorias). Ya durante el descenso disfruto de una espectacular vista del Valle del Cereceda, que me anticipa el precioso recorrido que poco después realizo por el robledal. Más adelante el
camino sigue el curso del río Cereceda y abandona el robledal, llegando hasta el Collado de los Lobos. Aquí se sigue a la izquierda, hacia la Chorrera de la Batanera (por desgracia con poca agua) y, cruzando el río Cereceda por un puentecito de madera, hacia el abrigo de la Batanera, con pinturas rupestres del Calcolítico (de 5000 años de antigüedad); un corto sendero, muy apropiadamente llamado Entrepinturas, conecta este abrigo con la famosa cueva de Peña Escrita, atravesando una cancela (que puede abrirse) para seguir por una trocha entre jaras que luego se convierte en una senda que atraviesa el Barranquillo de las Piedras. Termina en el aparcamiento, al pie del abrigo de Peña Escrita, cuyas pinturas fueron las primeras descubiertas en la península (en 1783), por el naturalista (y párroco de Montoro) Fernando López de Cárdenas; junto al de la Batanera, tiene la catalogación de Monumento Histórico Artístico.