Barranco de Sieste, pozas de San Martín y Coño del Mundo, circular por senda de Campodarbe

El río Sieste es un afluente del Ara, en el que desemboca muy cerca de Boltaña por su margen derecha. Se trata de un barranco con caudal permanente de agua, verano e invierno si no es período de grandes heladas. Hace solo unos años este lugar era casi completamente desconocido, excepto para los habitantes de la comarca y para algunos barranquistas. Pero las redes sociales y la información en páginas de internet de hoteles y empresas de aventura han popularizado este bellísimo rincón hasta el punto que en verano se producen auténticos problemas para estacionar y disfrutar de este lugar.

Partiendo del Monasterio de Boltaña (hotel Barceló) tenemos unos 5,5 km. hasta el estacionamiento donde se inicia la actividad. Es una carretera muy estrecha en la que apenas se pueden cruzar dos coches, en tiempos se estacionaba en una curva cerrada antes de llegar a las Casas de San Martín, pero como digo, la afluencia masiva ha obligado a delimitar una zona de estacionamiento concreta.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Partiendo del estacionamiento, andaremos unos metros por la carretera hasta ver un sendero que enseguida cruza a la otra margen del río. Cruzaremos una segunda y tercera vez antes de llegar al inicio de las Pozas de San Martin, lugar donde existen diversas pozas y cascadas en forma de toboganes que, si el agua está limpia, hacen las delicias de los bañistas. No debe ser un lugar donde se baje la guardia puesto que es fácil darse un resbalón y terminar con un accidente de importancia. No me gustaría darme con los huesos en la roca, de manera que siempre con precaución para pasar un buen día.

Al inicio de las pozas existe una indicación en la cual elegiremos si ascendemos por sendero o por el cauce. Si se quiere ir por dentro del río mejor hacerlo de subida, ya que descenderlo siempre puede ser más dificultoso.

Cruzamos pues el barranco por cuarta vez, en adelante por el cauce no existe senda propiamente dicha o si la hay, se sitúa indistintamente en una margen u otra, según por dónde nos cierren el paso las distintas pozas que encontremos.
Será por tanto obligatorio el ir buscando la manera de superar las distintas dificultades que se nos presenten, tener paciencia y observación para intuir la traza y no meterse en pasos comprometidos que puedan provocar un inesperado chapuzón o una desafortunada caída sobre cualquier roca.

Es obvio que transitar por un barranco nunca debe hacerse durante una tormenta ya que el caudal puede variar bruscamente, a pesar que el cauce del río Sieste en general tiene espacio suficiente para refugiarse en una u otra ladera.

A medida que ascendemos, encontramos puntos como una cárcava, una zona de estrechos y finalmente una gran poza (si no me equivoco se llama Chinchirigoy) que además de la gran badina que forma, tiene un resalte por donde cae el agua en forma de cascada. Este lugar se baja rapelando, pero subirlo es casi imposible. La forma de continuar por el barranco es retroceder unos 100 m. y salir del cauce por un sendero bajo la vegetación, en la margen derecha orográfica (subiendo, a la izquierda).

Una vez pasado este resalte la senda se integra en el cauce, como si fuera un canal tallado en la roca. En poco mas de 200 m. habremos llegado al punto más hermoso y "excitante" del recorrido, una poza parecida a la anterior que se denomina "el Confesionario". Sobre la badina se precipita una cascada más alta que la de Chinchirigoy y en el rellano superior destaca una protuberancia cuyas sugestivas formas han hecho que se ganara el apodo de "Coño del Mundo".

Es el momento de darse un chapuzón, y eso que el agua tiene un color ligeramente marrón de las recientes lluvias. No perdonaré el remojón al menos en días que haga calor, es como un baño en agua bendita, en este caso coloreada de tierra. Eso sí, el agua está bién fría en esta época.

Para continuar ascendiendo el barranco existen unas cadenas en la margen derecha, que nos permiten llegar al "coño" y por otra abrupta senda seguir hasta la parte más alta.
Como este recorrido ya lo he hecho en otras ocasiones, he decidido tomar una variante menos dificultosa, para ello bajamos 100 m. por el cauce y nos salimos por la margen izquierda, no hay señales pero se ve perfectamente un sendero que sigue el curso del barranco lateral (en realidad es el de Sieste el lateral).

Tomamos el sendero que asciende fuertemente por un hermoso robledal, traza unas lazadas y se sitúa en el alto de una gran cárcava con su pequeña cascada. En ese punto observaremos la senda que por la derecha se sale del barranco en dirección a Campodarbe, en vez de hacer dicho recorrido atravesaremos el pequeño caudal y continuando sobre la cárcava, bordearemos la cabecera hasta situarnos por encima del Confesionario. Cruzamos el segundo barranco y encontramos la senda que utilizaremos para descender. En este cruce existe la posibilidad de ir a Morcat o bajar directamente a las Pozas de San Martín, que es la ruta aquí publicada.

Por una muy buena senda bajo el pinar, descendemos rápidamente hasta el punto donde iniciamos la actividad, dando por finalizada esta corta pero atrevida actividad de senderismo.

NOTA: La dificultad moderada es por el tramo de cauce, en que no se debe uno confiar ni siquiera aunque lo conozcas. Si se va despacio y se conoce el barranco, puede pasar a ser fácil, aunque nunca me gusta esta indicación para un barranco, ni que sea de andar.