Barranco del Perejil desde el Pinar de Lázaro (Bedmar)

Separada del macizo montañoso de Sierra Mágina, aunque solo formalmente, ya que no está integrada dentro del Parque Natural, la Serrezuela de Bedmar y Jódar cuenta, sin embargo, con algunos alicientes dignos de atención.

Hace unos años hice esta ruta, pero la inicié entrando por el barranco como punto de inicio. Fue un error. No lo advertí en ese momento. Me he dado cuenta ahora, cuando he vuelto a visitar este maravilloso y espectacular barranco, pero tomándolo como punto final. Haciendo la ruta a la inversa, las vistas de esta imponente arquitectura que la Naturaleza ha construido con las rocas son mucho más hermosas y cautivadoras e impactantes. Las fotos que acompaño dan una ligera imagen de la magnificencia embriagadora del paraje.

Indicaciones para llegar al punto de inicio, fácil de encontrar porque se encuentra entre dos pequeños pinares. El carril que nos lleva hasta aquí parte de la Carretera JV-3032, que parte de la entrada de Bedmar, a la altura del tanatorio (si viajamos desde Jimena) y desemboca junto al Puente de Mazuecos (construido en el siglo XVI para salvar el Rio Guadalquivir), en el Km 10 de la carretera que va de Ubeda a Jimena (otra carretera enlaza con esta misma desde Baeza). A un kilómetro del punto de inicio de la carretera citada, desde Bedmar, se abre a la derecha un carril sin asfaltar, junto a un antiguo lavadero. Ese es el que tomaremos para llegar al punto de inicio. Si venimos desde Úbeda o Baeza, una vez cruzado el puente antes citado, y a unos quinientos metros, se abre un desvío a la derecha. Un cartel indica que lleva hasta el Embalse de Pedro Marín y hasta Bedmar (14 Km). Una vez en esta carretera, a unos doce kilómetros aproximadamente no encontraríamos con el lavadero antes citado y el carril a la izquierda de nuestro sentido de marcha que nos conducirá hasta el punto de inicio.

La distancia a recorrer por el carril que se inicia en el lavadero y termina en los pinares antes citados (donde dejaremos el coche sin ningún problema de espacio para ello) es de 1,5 Km. Ya solo queda iniciar la marcha. El camino es fácil de seguir, en dirección sureste. Enseguida se inicia el ascenso a la Serrezuela. Tras rebasar una finca de olivar, nos internamos en el Barranco del Herrero por su flanco derecho. Lo cruzamos a la mitad del mismo y seguimos ascendiendo una pendiente acusada hasta bordear los siguientes dos barrancos por sus cabeceras (El Barranco Pizarro y el de la Higueruela, por ese orden y siempre caminando hacia nuestra izquierda, dirección este, ignorando todos los senderos que se abren a nuestra derecha).

El camino más fatigoso, por lo de la pendiente, termina poco más allá de rematar el primer barranco. Desde ahí, desde esa cota y con ligeros desniveles, continuaremos recorriendo el sinuoso perfil de la ladera de la Serrezuela (casi a la mitad de su altura) hasta llegar a la cabeza del Barranco del Perejil (nuestra ansiada meta). Lo reconoceremos desde la lejanía por sus llamativas crestas rocosas. Casi terminado el descenso del mismo, y tras pasar junto a un abrevadero que, por desgracia, ni en la primera ocasión ni en esta última, lo he visto con agua, se abre un telón imaginario y comienza el espectáculo. No cuento más para no romper el encanto de la sorpresa. Espero que os maravilléis tanto como yo lo he hecho. Atravesar la angosta garganta es algo grandioso, sobrecogedor, hermoso.

Se me olvidaba. La ruta no llega a los 6 Km y se puede realizar fácilmente en unas 3 horas a ritmo sosegado.