Barranco Mulión 30082020

El barranco del Mulión nace en las laderas de la Montaña de Gunapay y su aledaña Meseta de la Torre, entra en Teseguite y desde aquí, sus aguas son encauzadas por canales que transcurren por el pueblo, y en algunos tramos, bajo él. El agua que arrastraba continuaba, dejando atrás el pueblo, ladera abajo hasta Las Cañadas y Las Honduras, donde se observa vestigios abandonados de su aprovechamiento, y termina por desaguar en la Caleta del Mulión en las proximidades de la Punta del Banquete.
En la entrada y salida del agua por el pueblo se observa como los antiguos pobladores del mismo se esforzaron para que esta se canalizara en la dirección que les interesaba, evitando la rotura de los muros de piedras que bordeaban las fincas y, el arrastre de la tierra que servían de sostén a sus cultivos. Hoy, en el pueblo, todo eso ha sido sustituido por tuberías que transitan bajo las carreteras por determinadas zonas, aunque es posible ver las acequias antiguas que aún se conservan.
Igualmente construyeron acequias que acercaban el agua a determinadas zonas para que, a modo de escorrentías, poder retenerlas, junto con la tierra y sedimentos que arrastraban, dando lugar a los nateros que luego utilizaban como zona de cultivo.
Ya fuera de las inmediaciones del pueblo hay una franja declarada como Zona de Especial Protección para las Aves, por lo que se te informa de ir con cuidado pues se trata de un lugar de anidamiento. Se pueden observar Camineros, Terreras, Alcarabanes y sobre todo la Hubara Canaria.
Un poco más abajo, siguiendo el curso del barranco, hay otra zona de especial interés arqueológico pues es frecuente encontrar petroglifos en muchas de las rocas que configuran la fisonomía del barranco. Esta zona está muy cerca de Guenia y debía de tener algún tipo de significación para los Majos, antiguos pobladores de la isla.
Pasada la carretera y acercándonos a la costa próxima a los Ancones y en una zona denominada Las Honduras, se observa igualmente algunas construcciones de tiempos pretéritos: aljibes y maretas. Hay algunas que de por si son una maravilla y da pena su estado de conservación, hay viviendas abandonadas y en semiruina. De nuevo aquí se observan vestigios del paso de los antiguos pobladores de la isla y que denotan algún tipo de asentamiento en la zona.
Hoy tocaba subirme a un imaginario kayak y, sobre el, barranquear por el cauce del Mulión hasta llegar al Mar, surcando sus aguas aunque sean imaginarias como el kayak.