Barrios de Olabarri, Indusi y Baltzola (Dima)-Ezkumin-Txumulutxueta-Saibigain-Urkiolamendi-Mirador de las Tres Cruces-Urkiola

Preciosa aunque exigente ruta que transcurre íntegramente por el parque natural de Urkiola. He calificado el recorrido como MODERADO por el tramo rocoso que va por la cima y las inmediaciones del Txumulutxueta, ya que apenas existe un sendero ni marcas que poder seguir, y el terreno es sumamente incómodo y complejo por las numerosas y escarpadas rocas (ojo aquí si hubiera niebla o lloviendo, mejor no arriesgarse).
Por lo demás, a pesar de alto desnivel acumulado (1300m+) y la distancia (20km), es una ruta muy fácil de seguir y de realizar.


Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 181:

Comenzamos en la parada de bus de Indusi. Realmente el punto de partida se trata del barrio de Olabarri, el de Indusi se encuentra a unos pocos cientos de metros de distancia.
Nos acercamos a una ermita, y ahora si, avanzamos hacia el barrio de Indusi. Aquí giramos a la izquierda para dirigirnos hacia un popular lugar, la cueva de Baltzola.

Al principio, caminamos por una pista de cemento, pero pronto ésta pasa a ser un estrecho sendero de tierra y sobre todo, de incómoda piedra. En pocos minutos, pasamos por debajo de la gigantesca mole rocosa llamada Jentilzubi o puente de los gentiles.
Según la mitología vasca, fueron los jentilak, unos gigantes forzudos, quienes crearon y dieron forma a ese puente de piedra.
Para nosotros, lo único seguro es que Jentilzubi es un arco natural, testigo de las formaciones calizas que los factores de la erosión barrieron, formando el barranco de Kobalde. En realidad, se trata de la boca o entrada original de una enorme cavidad, probablemente unida con las actuales cuevas de Baltzola y Axlor.

Hacia dichas cuevas queremos dirigirnos, al menos para intentar ver las diversas entradas que hay, puesto que lo que se refiere a entrar en ellas, a día de hoy está prohibido. La razón, un brote de fiebre Q que hubo el año pasado y que afectó a unas 100 personas que estuvieron por la zona. La causa aparentemente tiene que ver con las heces del ganado que había en el interior de la cueva, y que por desgracia estaban infectadas por un tipo de bacteria que provocó esta enfermedad.
Hasta nuevo aviso (desconozco si este año 2022 abrirán o no), todas las cuevas que hay en este sector del parque natural de Urkiola estarán cerradas al público.

Sin embargo, ello no me iba a impedir acercarme al menos hasta alguna de las bocas o entradas de dichas cuevas, entre ellas las 2 primeras de Baltzola y una de Axlor. Hay una tercera cueva, la de Abaro, pero a esa no llegamos a acceder.

Avanzamos cuesta arriba en suave pendiente, por un sendero natural, guiados en todo momento por marcas PR amarilla y blanca, y varios carteles que indican nuestro siguiente objetivo, el barrio de Baltzola (tanto éste como los 2 iniciales pertenecen al municipio de Dima).
Pasamos al lado de un "pequeño" monte rocoso llamado Badaio, el cual podíamos haber ascendido, pero preferimos ir primero a lo fácil, y dejar la roca y las complicaciones para más adelante. La próxima vez que venga a esta zona para ver las distintas cuevas, cuando las reabran, entonces si que es probable que intente ascender al monte Garaio.

Rápidamente, llegamos al barrio de Baltzola, y acto seguido, a la ermita de San Lorenzo. Aquí cerca debería de haber una fuente, pero no logramos verla.

Continuamos la marcha, esta vez por un cómodo y ancho sendero natural, que se adentra en un pequeño pinar. De frente, tenemos a la vista el imponente macizo rocoso del Eskuagatx, cada vez más y más cerca. Por la derecha, disfrutamos también de una vista de las sierras de Gorbea e Itxina.

Superamos una serie de cruces, todas ellas bien señalizadas con carteles y marcas PR. Hasta ahora el ascenso había sido muy sencillo, pero ahora nos tocaría sufrir durante un buen rato, ya que las rampas se inclinan considerablemente, llegando a alcanzar al menos el 30%. Eso nos permitió ganar altitud con rapidez, y también disfrutar de nuevas y amplias vistas hacia el Oeste y Norte, por ejemplo, Sierra Salvada, Ordunte, algún pico de Cantabria, Untzueta, Ganekogorta, Leungane, Mugarra, Punta Lucero, Serantes e incluso, la comarca del Gran Bilbao y el mar Cantábrico al fondo.

Más adelante, llegamos a un collado herboso, en el cual podemos girar a la izquierda para encarar una larga y dura subida a las cimas de Errialtabaso y Eskuagatx (no nos interesaba, era complicarnos mucho la vida), seguir recto por el sendero y descender hacia... (no se donde se dirige la verdad) o girar a la derecha para ascender un pequeño repecho a la cima del monte Ezkumin. Hacia allí nos dirigimos.

Pasamos por una nevera llamada Neberazar, y luego, ascendemos rápida y cómodamente un repecho entre hierba y roca, hasta llegar a la cima del Ezkumin, también llamado Izoztegi (915m). Vistas similares a las mencionadas anteriormente, aunque con una panorámica más amplia y completa.

Aquí ya se hacía notar el fuerte viento Sur, siempre molesto. Bajamos cagando leches hacia nuestro próximo objetivo, la cima del monte Txumulutxueta.
Para ello, seguimos cuesta abajo por el anterior sendero, hasta dar con un desvío a la izquierda, indicada de nuevo con marcas PR.

El camino es sumamente estrecho, a ratos imperceptible a pesar de la presencia de las marcas. Nos adentramos poco a poco por un denso bosque, donde el protagonista va siendo cada vez más la roca.

Llegamos a un punto donde el PR nos indica que giramos a la izquierda, pero eso nos llevaría em dirección a la cima del Errialtabaso, y allí no queremos ir. Para dirigirnos al Txumulutxueta, debemos girar a la derecha.
Lo malo es que a partir de aquí ya no veremos más marcas, así que vamos a ciegas, con la única ayuda de la trazada de nuestro track. No obstante, la cima se distingue claramente desde abajo, así que solo hay que avanzar por donde se pueda, buscar el mejor paso.

El terreno es sumamente escarpado, incómodo y resbaladizo. Subir no es un problema, al menos agarrándose en las propias rocas solo por seguridad, la verdadera dificultad vendría luego, al bajar. Como dije al inicio, no recomiendo andar por aquí ni por todo el cresterío de este macizo rocoso de Eskuagatx mientras haya niebla, lluvia o el firme se encuentre muy mojado y extremadamente resbaladizo.

Finalmente, alcanzamos el doble buzón del monte Txumulutxueta (918m). Vistas parciales por culpa de la arboleda, aunque se distingue perfectamente los macizos de Gorbea, Itxina, Leungane y varios montes situados hacia el Sur.

Paramos un rato para comer y beber algo, y proseguimos la marcha. Bajar no iba a ser fácil, no solo por culpa del terreno, sino por lo complicado que es orientarse, incluso mirando constantemente el track. Se intuye el rastro de un par de caminos, uno de ellos guiado con hitos de piedra, pero de nuevo volvería a conducirnos hacia el Errialtabaso. Debemos ir hacia el Sur, luego por la parte derecha hasta encontrar y superar una alambrada, y por último alcanzar un collado herboso.

Llegamos a la alambrada. Existe una puerta de acceso, pero estaba cerrada con candado. Solo hay 2 maneras posibles de ir al otro lado, o por arriba (estaba bastante alto, nos la pegaríamos seguro), o en este caso, por abajo, ya que había hueco suficiente como para poder pasar, aunque poniendo el culo en el suelo.

Seguimos bajando por el lado derecho, hasta dejar atrás el bosque. Ahora, avanzamos por la izquierda, y ahora si, ya tenemos a la vista la campa herbosa, en el cual más adelante, se encuentra un cómodo sendero.

En este lugar, tenemos una preciosa vista por el lado izquierdo de los montes Saibigain (próximo objetivo) y al fondo el Alluitz y Anboto.
Continuamos cuesta abajo, esta vez por senda cómoda y sencilla.

En otro cruce, hacemos un giro cerrado a la izquierda, y avanzamos hacia el Norte, siempre con el punto de mira a la punta del Saibigain.
Al cavo de un rato, llegamos a la base de dicho monte. Aquí resoplamos viendo lo que se nos avecina: unas pedazo de rampas de más del 35%, a ratos del 40%.

No es una subida excesivamente prolongada (600m), pero si que nos hace sudar la gota gorda.
Nos metemos de lleno en una arboleda, y caminamos siempre a la par de una alambrada situada en el lateral izquierdo.
Salimos de la arboleda y al fondo ya empezamos a ver la gran cruz cimera.

Al fin, hacemos cumbre al monte Saibigain o Saibi (954m). Magníficas vistas de 360°, observando en su totalidad las sierra de Anboto, Leungane, Eskuagatx, Gorbea, Aizkorri, Ipizte, Orixol... a lo lejos, hacia el Sur, se sitúa el embalse de Ullibarri-Ganboa y el municipio de Otxandio, hacia el Oeste, la localidad de Mañaria, y hacia el Norte, el santuario y puerto de Urkiola, nuestro destino. Hacia allí nos dirigimos.

Lo que resta es coser y cantar. Descendemos primero por un ancho y cómodo sendero natural, y después por una horrible pista de cemento que deben de haber puesto no hace mucho tiempo, porque la última vez que vine por aquí (hace 2 años aprox) no había semejante basura (para qué han puesto esto? Desde luego por el bien de los montañeros o senderistas no).
En la base del Saibigain, por el otro costado, también hay un trozo de este tipo de pista.

Después de 6h y media de larga pero bien llevada caminata, llegamos al puerto de Urkiola. Aquí tendríamos que haber ido al santuario y al mirador de las tres cruces, y finalizar la ruta, pero como aún nos quedaban 2h hasta poder coger el bus de vuelta hacia Durango, decidimos alargar el recorrido y darle así mayor interés. Decidimos ascender al cercano monte Urkiolamendi.

Previo paso por el santuario, emprendemos el ascenso por la vía directa al Urkiolamendi. Tan sólo son 1,6km de subida (+1,6 de bajada, 3,2km y 300m de desnivel extras en total, así que si no queréis hacer esto, la ruta se os quedaría en unos 17km y 1000m+ acumulados), yendo en todo momento por una cómoda campa herbosa, aunque bastante empinada (rampas de entre el 15 y el 30%).

Tras 45min de lento ascenso (ya el cansancio y el esfuerzo acumulado nos empezaba a hacer mella), llegamos a la cima del monte Urkiolamendi o Urkiolagirre (1008m). Vistas similares al Saibigain, pero desde otra perspectiva. Aquí la sierra de Anboto lo tenemos mucho mas cerca, casi al alcance de la mano.

El viento cada vez era más intenso y gélido, y el tiempo corría en nuestra contra, así que cagando leches descendemos por el mismo lugar vuelta a Urkiola.
Ya solo nos quedaba visitar la ermita del Santo Cristo y después el precioso mirador de las tres cruces.

Por último, retrocedemos hasta la carretera del puerto de Urkiola, donde se sitúa la parada de bus, y finalizamos así esta preciosa aunque exigente ruta. Muy recomendable.