Barruelo de Santullán - Peña Cildá - Brañosera - Barruelo (Montaña Palentina)

La ruta comienza en Barruelo de Santullán, saliendo por el desvío señalizado a Barrio Helechar.

La primera parte, algo más de 5km, transcurre por una pista forestal que asciende suavemente por un terreno boscoso. Después de recorrer esta distancia encontramos unas líneas de alta tensión que cruzan perpendicularmente el camino, momento en el que nos desviamos por la pista que asciende paralela a la línea eléctrica. Antes de llegar a una edificación ganadera, en la parte más alta de este camino, nos desviamos hacia la izquierda por otro camino que nos llevará hasta una valla de alambre de espino que limita con el GR1. Entramos por la zona abierta del vallado (que un poco más adelante nos tocará volver a franquear) paralelos al GR1 en dirección al Cueto Morales. Esta es una zona más alta, con muchas escobas, siguiendo los senderos que vamos encontrando se hace con bastante comodidad.

En Peña Cildá encontramos un vértice geodésico desde el que tenemos buena panorámica de los picos de la Montaña Palentina, Barruelo, el embalse de Aguilar...

Volvemos de la cima más o menos por el mismo camino (en algún momento, al principio, nos desviamos un poco por zonas con bastante más maleza; mejor haber seguido fielmente nuestros pasos de la ida) hasta la valla y la línea de alta tensión. Bajamos paralelos al tendido eléctrico y cuando llegamos hasta el cruce por el que nos habíamos desviado a 5km de Barruelo, seguimos por la pista forestal hacia la izquierda para completar un recorrido circular.

Pasaremos por Brañosera y seguiremos los carteles que señalizan la Senda de la Pedrera en dirección Barruelo, paralelos al río Rubagón.

A lo largo del recorrido que se hace por pista forestal encontramos en varias ocasiones zonas acondicionadas con bancos, mesas y barbacoas. Esta parte al ir por zona boscosa cuenta con abundante sombra y está bastante protegida del viento. Las pendientes nunca son muy fuertes y, al ser por pista, el avance es a buen paso. La parte de desvío hacia Peña Cildá también es por terreno bastante cómodo excepto en los puntos en los que los matorrales se cierran un poco. No encontramos casi hitos, pero al ser terreno fácil y despejado, podemos guiarnos a simple vista.

Buen paseo que no se hace largo a pesar de alcanzar los 20km y que ofrece muy buenos paisajes, en este caso, otoñales.