Bco del Horcajo-Puente de Martinete-Salto del Molino-Portillo del Trabuco. Circular desde Collado de Cañada Espinosa.

NOTA IMPORTANTE: LA DIFICULTAD CON LA QUE CATALOGO MIS RUTAS ESTÁ REFERIDA PARA MONTAÑEROS HABITUADOS A CAMINAR, QUE SE DESENVUELVEN CON SOLTURA POR TODOS LOS TERRENOS, NO PARA SENDERISTAS OCASIONALES. SI TIENES POCA EXPERIENCIA, AÑÁDELE UN GRADO MÁS A LA DIFICULTAD DE MIS RUTAS PARA NO LLEVARTE SORPRESAS.

Interesantísima ruta circular por el entorno del Parque Natural del Alto Tajo, en esta ocasión en la provincia de Cuenca, aunque haciendo frontera (el río Tajo actúa de divisoria aquí) con la provincia de Guadalajara, concretamente el municipio de Peralejos de las Truchas.
Para realizar la excursión dejo el coche en las cercanías del Collado de Cañada Espinosa. Es una atractiva caminata por estos parajes solitarios, entrelazando bonitos rincones, entre los que destacarán, como puntos fuertes, el Barranco del Horcajo y el entorno del impresionante valle del Tajo, con la sorprendente y ancha Cascada del Salto del Molino.
Para realizarla partimos de dicho Collado de Cañada Espinosa, para enlazar pronto con el GR 66, el cual seguiremos hasta el Puente del Martinete. Nos acercaremos primero al Alto de Rabadán, a partir del cual caminaremos un corto tramo por la Cañada Real de Rodrigo Ardoz, hasta llegar al collado homónimo, en donde nos desviaremos (siguiendo ahora el marcaje como PR circular) a izquierda y a derecha más tarde para bajar por el impresionante Barranco del Horcajo. Las altas paredes y la frondosa vegetación parecen querer cerrarnos el paso, antes de llegar al valle del Tajo. Ahora toca acompañar a este bonito e importante río, aunque realmente cuesta verlo por lo cerrado de la arboleda que nos rodea. Hay que ir atentos para entrever las paredes que nos cierran por doquier. Acabamos saliendo al asfalto, para acercarnos por éste hasta el Puente del Martinete. Tras asomarnos a él, seguimos, tras atravesar una valla (hay paso para peatones), por una pista que nos introduce en la Finca del Belvalle. Caminaremos un buen rato acompañando al escondido río por el cómodo camino que llanea, hasta que nos desviamos a izquierda para acercarnos al precioso Salto del Molino, un paraje escondido, que nos sorprende por su belleza. Es cierto que la cascada no es natural del todo y que el salto lo produce un represamiento que se hace del río para desviar el agua, pero es un rincón que no hay que dejar de visitar si se pasa tan cerca como hicimos nosotros. Después seguimos caminando por un camino precioso semioculto entre la hojarasca (sobre todo de los quejigos). Acompañamos un buen tramo más al Tajo hasta llegar a un barranco en donde desaparece el cómodo camino por donde íbamos. En lo alto se ven unas buenas paredes que nos van a cerrar el paso si subimos por la vía directa, así que, tras cruzar el frondoso barranco, toca ir buscando perdidas trazas de ganado por las que vamos subiendo sin tregua durante un buen rato hasta llegar a un cómodo paso por el que accedemos sin problema alguno al Quinto de Hoyo Redondo, una semillanura preciosa con arboleda adehesada por la que acabamos enlazando con el cómodo camino por el que retornaremos al punto de inicio, tras subir al Portillo del Trabuco y caminar después por el amplio y verde valle del Quinto de los Prados. Un último desvío haremos para desviarnos por un interesante camino que faldea al pie del Cerro Gamonal, y que nos evita tener que salir al asfalto y tener que caminar por él unos cientos de metros.
La ruta para mí es de las más bonitas, solitarias y atractivas que podemos realizar por estos solitarios parajes serranos.