Bejar-Cedro Centenario-Los Navarejos-Fuente Lobo-Castañar-Puente Nueva-La Manga-Candelario-Monte Mario-Bejar
near Béjar, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Los Tesoros de Béjar. Así puede definirse esta ruta, que recorre parte de lo que, sin duda, puede calificarse de verdaderos tesoros. Desde el Cedro Centenario (Cedro del Atlas de 150 años de antigüedad), hasta el magnífico bosque de castaños de el Castañar, pasando por Puente Nueva, punto de unión de los ríos Angostura (donde se ubica la presa de Navamuño, presa de materiales sueltos, de 70 metros de altitud) y Cuerpo de Hombre, la zona de la Manga, con su preciosa cascada, ya en término de Candelario, y vuelta a Béjar por el camino de la Canaleja y Monte Mario.
Béjar se encuentra rodeada de frondosos bosques de Castaño, Roble y Pino. Todos llegan hasta la misma ciudad. De hecho, la mancha de Castaños que se extiende hasta el Jerte es una de las más extensas de Europa. Sus pinares se extienden hasta altas cotas de la Sierra. La oferta de rutas montañeras y/o senderismo, es infinita. La de hoy, en concreto, que no alcanza una gran altitud, es ideal para los días fríos o cuando la Sierra se encuentra cubierta de nubes que hacen más complejo su acceso.
El paseo de hoy muestra una extensa variedad de los mencionados frondosos bosques y de lugares unidos a la historia de Béjar. Espacio inigualable, donde encontramos preciosos miradores, el Cedro de la Francesa y la Virgen y Santuario de El Castañar, la patrona de Béjar.
Es un paseo fácil, que recorre los casi 22 kilómetros por sendas y pistas accesibles sin mayores esfuerzos. La califico de moderada por su longitud, no porque tenga dificultad técnica alguna.
El recorrido se inicia desde la misma ciudad de Béjar, tomando el camino que nos lleva a Santa Ana y, desde allí, la pista que nos conduce hacia la Centena. Este lugar, como indica un cartel informativo, es señalado por la leyenda como punto de partida de Los Hombres de Musgo, cuando en el S. XII las fuerzas cristianas, para conquistar la ciudad de Béjar, en manos musulmanas, decidieron vestirse de musgo, de modo que parecían animales extraños o seres fantásticos. Así ataviados se acercaron a la muralla que rodea Béjar, consiguiendo entrar en la misma ante el terror que afectó a sus defensores. Desde el S. XIV se conmemoran estos pretendidos hechos, en la fiesta del Corpus Christi, declarada de interés regional, cuando varias personas se visten enteramente de musgo, simulando el aspecto de los monstruos que conquistaron la ciudad. La historia, sin embargo, no acredita tales hechos, pues carecemos de fuentes fiables sobre la conquista y reconquista de estas zonas en el mencionado siglo.
Pasamos la Centena (hoy convertidos sus edificios en casas rurales), continuando por un sendero ya más estrecho, que atraviesa un par de arroyos y llegamos a una puerta que traspasamos, tomando la buena pista (Camino de la francesa), hacia la derecha, para llegar, en pocos metros, hasta donde se ubica la impresionante estampa del Cedro Centenario. Se puede acceder hasta el mismo y la fuente que lo acompaña. Esta especie, Cedro del Atlas, fue introducido en Europa, en concreto en Francia, en 1842 y, uno de sus retoños, probablemente, es este Cedro de 30 metros de altura, 9 de perímetro y 150 años de antigüedad, plantado por la esposa del ingeniero de ferrocarriles francés Monsieur Papau, al cargo de las obras de ferrocarril Palazuelo-Astorga, a su paso por Béjar.
Volvemos sobre nuestros pasos unos metros y seguimos por el camino de la francesa hasta un pequeño puente sobre el Arroyo de los Horquitos. Antes pasaremos por dos fuentes, la del León (no la he marcado) y luego la de la Francesa (seca, desgraciadamente). En el Arroyo de los Horquitos, a la izquierda según la marcha que llevamos, se alza, internándonos un poco por el arroyo, una bonita cascada que, en época de lluvias es digna de contemplar. A la derecha del puente, atravesando una pequeña cancela, tomamos un pequeño sendero que nos conduce hasta el Mirador de los Galindo, con buenas vistas hacia Béjar. En este punto hay que tener cuidado, pues el track lleva primero por un pequeño camino junto a un muro que no es el adecuado y tuve que dar la vuelta.
Retrocedemos unos metros, y, a la derecha, sale un pequeño sendero que el Ayuntamiento de Béjar ha marcado como Ruta de los pasos jóvenes, en el Camino de Santa Ana. Es una senda muy estrecha, pero preciosa y fácil de transitar, hasta el magnífico Mirador de Navarejos, con una escalerita de subida, muros que lo rodean y una barandilla que nos proporciona una increíble vista sobre Béjar, Valle de Sangusín, Picos de Valdesangil, etc. Continuamos hasta la Finca de los Navarejos, ya por una pista más ancha, de aquí a la Fuente del Lobo, donde hay un mirador, un área recreativa, mesas, barbacoa y una preciosa fuente, muy querida de los bejaranos, la Fuente del Lobo.
Continuamos por la carretera del Castañar, por su Acerón, hasta el Santuario de la Virgen del Castañar, de aquí a Llano Alto y luego he tomado el camino que nos lleva a la Presa de Navamuño, para, un kilómetro más adelante, tomar a la izquierda y bajar a conectar con el Camino de Llano Alto ( que se puede tomar directamente en Llano Alto, el primero a la izquierda pasado el Albergue) hasta Puente Nueva, atravesando antes el Arroyo de las Palomas y el Río de la Angostura. Una vez en el puente, con su preciosa y tranquila poza, seguimos por el Camino hacia Candelario, pero unos metros más allá nos desviamos a la derecha por un estrecho y empinado sendero hasta conectar con la carretera asfaltada que va de Candelario a la Garganta. Seguimos unos metros por ella y, en seguida, giramos de nuevo a la derecha para tomar el Camino de la Manga, evitando el asfalto de la carretera y contemplando, de paso, la preciosa cascada de La Manga, de casi 10 metros de altura que, cuando trae agua, que es lo normal, resulta un auténtico espectáculo. En esta ocasión traía poca y, aún así, merece la pena una visita a la misma. Continuamos por el camino hasta el Camping 5 Castaños, de aquí a Candelario y después por la ruta de la Canaleja (recientemente mejorada, aunque su resultado deja que desear), hasta el precioso Pinar de Monte Mario, entrando poco después en el casco urbano de Béjar para finalizar esta preciosa ruta.
Béjar se encuentra rodeada de frondosos bosques de Castaño, Roble y Pino. Todos llegan hasta la misma ciudad. De hecho, la mancha de Castaños que se extiende hasta el Jerte es una de las más extensas de Europa. Sus pinares se extienden hasta altas cotas de la Sierra. La oferta de rutas montañeras y/o senderismo, es infinita. La de hoy, en concreto, que no alcanza una gran altitud, es ideal para los días fríos o cuando la Sierra se encuentra cubierta de nubes que hacen más complejo su acceso.
El paseo de hoy muestra una extensa variedad de los mencionados frondosos bosques y de lugares unidos a la historia de Béjar. Espacio inigualable, donde encontramos preciosos miradores, el Cedro de la Francesa y la Virgen y Santuario de El Castañar, la patrona de Béjar.
Es un paseo fácil, que recorre los casi 22 kilómetros por sendas y pistas accesibles sin mayores esfuerzos. La califico de moderada por su longitud, no porque tenga dificultad técnica alguna.
El recorrido se inicia desde la misma ciudad de Béjar, tomando el camino que nos lleva a Santa Ana y, desde allí, la pista que nos conduce hacia la Centena. Este lugar, como indica un cartel informativo, es señalado por la leyenda como punto de partida de Los Hombres de Musgo, cuando en el S. XII las fuerzas cristianas, para conquistar la ciudad de Béjar, en manos musulmanas, decidieron vestirse de musgo, de modo que parecían animales extraños o seres fantásticos. Así ataviados se acercaron a la muralla que rodea Béjar, consiguiendo entrar en la misma ante el terror que afectó a sus defensores. Desde el S. XIV se conmemoran estos pretendidos hechos, en la fiesta del Corpus Christi, declarada de interés regional, cuando varias personas se visten enteramente de musgo, simulando el aspecto de los monstruos que conquistaron la ciudad. La historia, sin embargo, no acredita tales hechos, pues carecemos de fuentes fiables sobre la conquista y reconquista de estas zonas en el mencionado siglo.
Pasamos la Centena (hoy convertidos sus edificios en casas rurales), continuando por un sendero ya más estrecho, que atraviesa un par de arroyos y llegamos a una puerta que traspasamos, tomando la buena pista (Camino de la francesa), hacia la derecha, para llegar, en pocos metros, hasta donde se ubica la impresionante estampa del Cedro Centenario. Se puede acceder hasta el mismo y la fuente que lo acompaña. Esta especie, Cedro del Atlas, fue introducido en Europa, en concreto en Francia, en 1842 y, uno de sus retoños, probablemente, es este Cedro de 30 metros de altura, 9 de perímetro y 150 años de antigüedad, plantado por la esposa del ingeniero de ferrocarriles francés Monsieur Papau, al cargo de las obras de ferrocarril Palazuelo-Astorga, a su paso por Béjar.
Volvemos sobre nuestros pasos unos metros y seguimos por el camino de la francesa hasta un pequeño puente sobre el Arroyo de los Horquitos. Antes pasaremos por dos fuentes, la del León (no la he marcado) y luego la de la Francesa (seca, desgraciadamente). En el Arroyo de los Horquitos, a la izquierda según la marcha que llevamos, se alza, internándonos un poco por el arroyo, una bonita cascada que, en época de lluvias es digna de contemplar. A la derecha del puente, atravesando una pequeña cancela, tomamos un pequeño sendero que nos conduce hasta el Mirador de los Galindo, con buenas vistas hacia Béjar. En este punto hay que tener cuidado, pues el track lleva primero por un pequeño camino junto a un muro que no es el adecuado y tuve que dar la vuelta.
Retrocedemos unos metros, y, a la derecha, sale un pequeño sendero que el Ayuntamiento de Béjar ha marcado como Ruta de los pasos jóvenes, en el Camino de Santa Ana. Es una senda muy estrecha, pero preciosa y fácil de transitar, hasta el magnífico Mirador de Navarejos, con una escalerita de subida, muros que lo rodean y una barandilla que nos proporciona una increíble vista sobre Béjar, Valle de Sangusín, Picos de Valdesangil, etc. Continuamos hasta la Finca de los Navarejos, ya por una pista más ancha, de aquí a la Fuente del Lobo, donde hay un mirador, un área recreativa, mesas, barbacoa y una preciosa fuente, muy querida de los bejaranos, la Fuente del Lobo.
Continuamos por la carretera del Castañar, por su Acerón, hasta el Santuario de la Virgen del Castañar, de aquí a Llano Alto y luego he tomado el camino que nos lleva a la Presa de Navamuño, para, un kilómetro más adelante, tomar a la izquierda y bajar a conectar con el Camino de Llano Alto ( que se puede tomar directamente en Llano Alto, el primero a la izquierda pasado el Albergue) hasta Puente Nueva, atravesando antes el Arroyo de las Palomas y el Río de la Angostura. Una vez en el puente, con su preciosa y tranquila poza, seguimos por el Camino hacia Candelario, pero unos metros más allá nos desviamos a la derecha por un estrecho y empinado sendero hasta conectar con la carretera asfaltada que va de Candelario a la Garganta. Seguimos unos metros por ella y, en seguida, giramos de nuevo a la derecha para tomar el Camino de la Manga, evitando el asfalto de la carretera y contemplando, de paso, la preciosa cascada de La Manga, de casi 10 metros de altura que, cuando trae agua, que es lo normal, resulta un auténtico espectáculo. En esta ocasión traía poca y, aún así, merece la pena una visita a la misma. Continuamos por el camino hasta el Camping 5 Castaños, de aquí a Candelario y después por la ruta de la Canaleja (recientemente mejorada, aunque su resultado deja que desear), hasta el precioso Pinar de Monte Mario, entrando poco después en el casco urbano de Béjar para finalizar esta preciosa ruta.
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