Belmonte-Ondes
near Belmonte, Asturias (España)
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Trail photos
Itinerary description
Realizamos el paseo después de visitar la Casa del Lobo y el aula del Oro, por lo que no pudimos completar la ruta de la Castañal ya que era un día muy caluroso e iniciamos el recorrido después del mediodía.
Nos encantó la visita a los museos, por lo que lo recomendamos a los que pasen por Belmonte.
Iniciamos la marcha cruzando el puente del Pigüeña y ascendimos por un camino sombreado entre castaños, laureles y salgueras.
Hay una bonita vista de Belmonte desde el margen derecho del río, destacando el edificio del Ayuntamiento. Es del año 1869 y tiene un escudo con los símbolos de las tres casas solariegas que dominaban el territorio: Los Miranda (de ahí el nombre de Belmonte de Miranda), Los Cienfuegos y el Coto Albacial de Belmonte.
Continuamos a la sombra y a un kilómetro encontramos un recinto donde hay lobos en semilibertad, donde se puede entrar con una visita guiada desde la Casa del Lobo. A través de las verjas pudimos apreciar un ejemplar en la pradera y a la sombra.
A poca distancia hay una zona de descanso con mesas y asientos para poder hacer una parada y comer.
Seguimos por el camino, que se convierte en senda estrecha, y cruzamos el arroyo de Covasil que va por el lado sur del Picu Cervera. A la izquierda parte una senda muy estrecha y con maleza que lleva a la fuente del oso, pero que como está difícil el acceso y no recomiendan ir, seguimos nuestro camino.
Al poco tiempo llegamos a la fuente de Santa Icia, de mampostería y con líquenes recubriéndola. Fue muy transitada hace años por los vaqueros que ascendían con el ganado por estas abruptas sendas.
Hay una verja en el camino, que abrimos para pasar y descubrimos que está puesta para que no se escapen unas cabritillas que están por esa zona.
Más adelante, en Valdeniseiros se bifurca la senda y nos manda a la izquierda para subir a Ondes. A la derecha se va a Agüerina.
Desde este punto iniciamos un ascenso prolongado por un camino que está muy sombreado. Discurre al margen del arroyo Algairona. Entre castaños ascendemos en un zig-zag que nos hace aminorar el paso.
En varios recodos hay vistas de los montes que encañonan al Pigüeña. Hay lugares con una frondosa vegetación que impide que pase la claridad.
El camino se hace muy pendiente en ocasiones. Una vez despejado de la umbría vemos agua que discurre por el camino, hasta que llegamos a la fuente de Sifontes de donde procede.
Continuamos hasta el poblado de Ondes, donde vemos unas casas y hórreos de madera.
Dado el calor que hacía, después de preguntar a unas amables personas que comentaron que hasta san Martín se iba caminando por carretera y al sol, decidimos volver por el mismo camino a la sombra.
Descendimos hasta la fuente de Sifontes, donde comimos unos bocadillos y bebimos su fresca agua y descendimos de nuevo, a la vera del arroyo de La Algarona, entre castaños.
Más adelante pasamos por un bosque de encinas y llegamos a un castaño enorme, muy deteriorado, pero magnífico ejemplar.
Al llegar al merendero vimos a las cabritas debajo de las mesas, no sabemos si a la sombra por el calor, o por el instinto que les lleva a comer los restos de las viandas de los senderistas.
Pasamos de nuevo por la fuente de Santa Icia y más tarde vimos de nuevo al lobo descansando a la sombra de los árboles.
Ya con bastante calor por la senda ancha al lado del Pigüeña llegamos a las casas de Belmonte.
Cruzamos de nuevo el puente y finalizamos la ruta cerca del Ayuntamiento.
Nos encantó la visita a los museos, por lo que lo recomendamos a los que pasen por Belmonte.
Iniciamos la marcha cruzando el puente del Pigüeña y ascendimos por un camino sombreado entre castaños, laureles y salgueras.
Hay una bonita vista de Belmonte desde el margen derecho del río, destacando el edificio del Ayuntamiento. Es del año 1869 y tiene un escudo con los símbolos de las tres casas solariegas que dominaban el territorio: Los Miranda (de ahí el nombre de Belmonte de Miranda), Los Cienfuegos y el Coto Albacial de Belmonte.
Continuamos a la sombra y a un kilómetro encontramos un recinto donde hay lobos en semilibertad, donde se puede entrar con una visita guiada desde la Casa del Lobo. A través de las verjas pudimos apreciar un ejemplar en la pradera y a la sombra.
A poca distancia hay una zona de descanso con mesas y asientos para poder hacer una parada y comer.
Seguimos por el camino, que se convierte en senda estrecha, y cruzamos el arroyo de Covasil que va por el lado sur del Picu Cervera. A la izquierda parte una senda muy estrecha y con maleza que lleva a la fuente del oso, pero que como está difícil el acceso y no recomiendan ir, seguimos nuestro camino.
Al poco tiempo llegamos a la fuente de Santa Icia, de mampostería y con líquenes recubriéndola. Fue muy transitada hace años por los vaqueros que ascendían con el ganado por estas abruptas sendas.
Hay una verja en el camino, que abrimos para pasar y descubrimos que está puesta para que no se escapen unas cabritillas que están por esa zona.
Más adelante, en Valdeniseiros se bifurca la senda y nos manda a la izquierda para subir a Ondes. A la derecha se va a Agüerina.
Desde este punto iniciamos un ascenso prolongado por un camino que está muy sombreado. Discurre al margen del arroyo Algairona. Entre castaños ascendemos en un zig-zag que nos hace aminorar el paso.
En varios recodos hay vistas de los montes que encañonan al Pigüeña. Hay lugares con una frondosa vegetación que impide que pase la claridad.
El camino se hace muy pendiente en ocasiones. Una vez despejado de la umbría vemos agua que discurre por el camino, hasta que llegamos a la fuente de Sifontes de donde procede.
Continuamos hasta el poblado de Ondes, donde vemos unas casas y hórreos de madera.
Dado el calor que hacía, después de preguntar a unas amables personas que comentaron que hasta san Martín se iba caminando por carretera y al sol, decidimos volver por el mismo camino a la sombra.
Descendimos hasta la fuente de Sifontes, donde comimos unos bocadillos y bebimos su fresca agua y descendimos de nuevo, a la vera del arroyo de La Algarona, entre castaños.
Más adelante pasamos por un bosque de encinas y llegamos a un castaño enorme, muy deteriorado, pero magnífico ejemplar.
Al llegar al merendero vimos a las cabritas debajo de las mesas, no sabemos si a la sombra por el calor, o por el instinto que les lleva a comer los restos de las viandas de los senderistas.
Pasamos de nuevo por la fuente de Santa Icia y más tarde vimos de nuevo al lobo descansando a la sombra de los árboles.
Ya con bastante calor por la senda ancha al lado del Pigüeña llegamos a las casas de Belmonte.
Cruzamos de nuevo el puente y finalizamos la ruta cerca del Ayuntamiento.
Waypoints
Fauna
887 ft
Recinto de lobos en libertad
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