11ª ETAPA: Belorado-Atapuerca

“Cuando viajas eres lo que eres en ese momento. Las personas no conocen tu pasado como para reclamarte algo. No hay “ayer” cuando estás en la ruta”. William Least Heat Moon
Descripción:
Salimos del pueblo por la avenida Camino de Santiago y Camino Matadero. A continuación cruzamos la nacional N-120 y luego el Río Tirón, por un puente peatonal de madera. Paralelo a este puente se encuentra el Puente de Piedra conocido como El Canto. Cruzado el puente seguimos por una cómoda pista de tierra, que discurre paralela al Río Retorto, afluente del Tirón, y a la nacional N-120. Más adelante vemos a nuestra izquierda la pequeña Fuente del Cozarro, protegida por una barandilla de madera. Y poco después llegamos a Tosantos.
Tosantos es una localidad y un municipio, situado a 815 m de altitud. Sobre un pequeño promontorio al otro lado del pueblo y de la carretera, destaca la ermita rupestre de la Virgen de la Peña (S. XVII), excavada en el interior del cerro de los Arancones. Sus orígenes se remontan a los años 970 y 972 cuando aparece como iuxta rivum de Tolsanctos. Un documento del año 1084 pone en relación directa el enclave con el Camino de Santiago: “(…) in Torsantos (…) iuxta caminum de francos“. Cuenta con bares y restaurante. Lugare interesante, además de la ermita rupestre es la Iglesia parroquial de San Esteban.
Salimos del pueblo por la calle Real y giramos a nuestra izquierda, para tomar una pista que avanza entre campos de cereales y que en un corto tramo nos acerca hasta la siguiente población, Villambistia.
Villambistia es una pequeña aldea, situada a 864 m de altitud. Este pueblo, que se distribuye en una ligera pendiente, en el pasado perteneció a la jurisdicción del Hospital de Villafranca. Destaca la iglesia de San Esteban Protomártir, del siglo XVII y la ermita de San Roque. En la Plaza de la Fuente, al lado de una ermita, hay una fuente de cuatro caños, que la leyenda atribuye poderes al agua. Una leyenda asegura que para recuperar la vitalidad y acabar con el cansancio no hay nada mejor que remojar la cabeza en ella. También el recuerdo del desaparecido hospital de la Caridad vinculan al núcleo con la Ruta Jacobea.
Salimos del pueblo y proseguimos nuestra marcha por una amplia pista que en breve nos dejará en Espinosa del Camino. Antes de llegar a este pueblo cruzamos nuevamente la nacional N-120.
Espinosa del Camino es un pequeño municipio, situado a 891 m de altitud. Aquí el Camino Francés comienza su lento ascenso hacia los Montes de Oca. El trazado actual atraviesa su larga calle mientras que en el pasado coincidía con el Camino Real a las afueras del caserío. La población perteneció también al señorío del Hospital de Villafranca. Destaca su iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción. A la salida del pueblo, en el Parque de la Fuente hay una fuente con un largo pilón.
Continuamos la marcha por la pista de tierra, que ahora se recrudece un poco y a unos dos kilómetros aproximadamente, vemos a nuestra derecha las ruinas del antiguo Monasterio de San Felices o San Félix de Oca. Apenas quedan un par de muros arruinados y una portada de claro sabor musulmán (mozárabe) de este cenobio medieval que, según la tradición, descansa el ilustre Diego Rodríguez de Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos
Pasamos las ruinas y nuestro camino hace un giro a la izquierda para dirigirse a la nacional N-120. Pero antes cruzamos el Río Oca por un pequeño puente. Este río nace en la Sierra de la Demanda y desemboca en el río Ebro. A continuación alcanzamos la carretera, pero no la cruzamos, sino que seguimos paralelos a ella por una senda, que enseguida nos deja en Villafranca Montes de Oca.
Villafranca Montes de Oca es una localidad y un municipio, situado a 933 m de altitud. El nombre de esta villa trae ecos de su pasado esplendor cuando fue Sede Episcopal hasta 1075. Sus antiguos pobladores fueron de origen franco, de ahí su nombre. Heredera de la romana Auca Austrigona. Fue parada importante en el pasado y así consta en crónicas medievales. En la iglesia neoclásica de Santiago Apóstol (s. XVIII) se encuentra una pila de agua bendita realizada con la concha más grande del Camino traída desde el archipiélago de Filipinas. El hospital de peregrinos San Antonio Abad, hoy restaurado, fue fundado en 1377 por Doña Juana, esposa de Enrique II deTrastámara. Domenico Laffi en su Viaje a Poniente relata las bondades de este lugar. Destacan la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, del siglo XVIII, guarda una talla barroca del Apóstol y el Hospital de Peregrinos de San Antonio Abad u hospital de la Reina, del siglo XIV, y la Ermita de la Virgen de la Oca.
Desde esta población hasta San Juan de Ortega median 12 kilómetros, por lo que se recomienda tomar las medidas oportunas para afrontar esta travesía por los Montes de Oca. Antaño constituyeron un lugar arriesgado donde los peligros aguardaban tras cada matorral, plagados de bandidos y salteadores. En cambio, hoy, a pesar de tratarse de un tramo muy solitario, ofrecen naturaleza y paz. En los tres primeros kilómetros pasamos de los 933 metros de altitud de Villafranca Montes de Oca a los 1.150 metros; Salimos de Villafranca, por la derecha de la iglesia, y tomamos un camino con una subida muy fuerte, pero que se va moderando progresivamente. Al cabo de un rato llegamos a un mirador, donde la subida comienza a suavizarse donde vemos una mesa de orientación a nuestra izquierda y que nos indica los picos más altos de la Sierra de San Millán y la Sierra de la Demanda.
Un poco más adelante alcanzamos un área de descanso donde se halla la Fuente Mojapan, de agua no tratada, pero buena según la gente del lugar. Seguimos por la misma pista, ganando altitud y ahora podemos apreciar claramente la espesura del bosque (robles, enebros, brezos, etc). Poco después cruzamos el arroyo Mojapan, que nace en la antigua fuente del mismo nombre, y aproximadamente un kilómetro y medio más adelante alcanzamos los 1.142 m de altitud.
A partir de aquí llaneamos hasta llegar al Monumento homenaje a los fusilados durante la Guerra Civil, en 1936 trescientos republicanos fueron asesinados aquí, en el Monte de la Pedraja. Acto seguido el camino inicia un rápido descenso, hasta llegar al cauce del arroyo de la Pedraja, y tras cruzarlo comenzamos un corto pero duro repecho. Después prolongamos el ascenso hasta el Alto de la Pedraja (1.157 m), el punto más elevado. Llaneamos luego por una ancha pista a través de un bosque de robles y pinos. En la zona de la Magdalena encontramos un punto de avituallamiento donde un grupo de personas te ofrece fruta, café… pidiendo a cambio la voluntad y finalmente, después de una larga y suave bajada por una cómoda pista forestal, llegamos a San Juan de Ortega.
San Juan de Ortega es una pequeña aldea, situada a 1.014 m de altitud. Fue fundada por Juan de Ortega, nacido en el año 1080, discípulo de Domingo de la Calzada, con quien colaboró en la construcción de hospitales, iglesias, puentes, etc. antes de viajar a Tierra Santa. A su vuelta edificó en este lugar una iglesia bajo la advocación de San Nicolás de Bari, que hoy lleva su nombre y es uno de los grandes monumentos del Camino Francés. Según relata José María Lacarra en el segundo tomo de Las peregrinaciones a Santiago de Compostela: «en su testamento, redactado en 1152 y que se conserva en Ortega como preciosa reliquia, recuerda la edificación de la iglesia de San Nicolás, cómo allí habitaban ladrones y cómo instituyó una comunidad de canónigos regulares de San Agustín». En el interior de la iglesia acontece el llamado "Milagro de la Luz": dos días al año, en los solsticios de primavera y otoño (en torno al 21 de marzo y al 23 de septiembre), la luz del sol se cuela por una ventana ojival únicamente esos días e ilumina durante diez minutos el capitel románico que representa la escena de la Anunciación. El sepulcro del Santo es de estilo gótico, del taller de Gil de Siloé, con la caja decorada con escenas explícitas de su vida caritativa y milagros. A la tumba del santo se acudía para tener descendencia, y eso es lo que hizo la reina Isabel la Católica en 1477. La capilla de San Nicolás de Bari (S. XII) es un bello ejemplo románico y tiene planta de cruz griega. El conjunto de edificios son Bien de Interés Cultural desde 1931 y pertenecen al municipio de Barrios de Colina. En este pequeño pueblo hay bar, albergue parroquial y centro de turismo rural.
SAN JUAN DE ORTEGA
Monasterio de San Juan de Ortega. Sin duda, este monasterio medieval es uno de los puntos más emblemáticos del Camino de Santiago. Desde hace más de 800 años atiende a los peregrinos que por allí pasan en busca de la catedral compostelana. Se trata de una fundación del propio San Juan de Ortega, cuya vida estuvo ligada a favorecer el tránsito de peregrinos por los difíciles y peligrosos Montes de Oca. Inicialmente, construye un hospital, una botica y una iglesia regida por canónigos regulares. Es posible que en el tramo final de su vida se iniciase la reconstrucción del templo tal y como hoy lo conocemos (al menos la cabecera). Por tanto, la iglesia del Monasterio de San Juan de Ortega es obra originaria de la segunda mitad del siglo XII.
Dejamos el conjunto monástico y llegamos a una carretera autonómica donde se alza una cruz de madera. Hay una variante histórica pero apenas transitada que continúa hacia la izquierda por Santovenia de Oca, Zalduendo e Ibeas de Juarros. Seguimos de frente y cogemos el camino que se interna por un pinar silvestre, algún paso “canadiense” da cuenta de que nos encontramos en una zona eminentemente ganadera. Se hace patente la antigua trinchera del ferrocarril que comunicaba Burgos con la Sierra de la Demanda. Una hermosa pradera salpicada por algunos notables ejemplares de roble nos lleva, sin pérdida, a la localidad de Agés.
Agés es una pequeña localidad, situada a 960 m de altitud. Este enclave fue donado en el año 1052 a Santa María la Real de Nájera por el rey García de Navarra. A lo largo de su historia ha tenido diferentes denominaciones, como Fagege y Hageges. La procedencia del término Agés es confusa. Puede derivar del propio término de origen prerromano que alude a los bienes comunales; del latín Fagege (hayedo o monte de hayas); del vocablo árabe Fageg (el que peregrina) o de la palabra en euskera Agista (frontera). Situado en el valle del Vena, su origen poblacional se remonta al año 900, fecha en que pudo repoblarse. Estuvo vinculado durante la Edad Media al monasterio de Nájera, el cual se beneficiaba de un tercio de los diezmos.Es una localidad eminentemente agrícola y dispone de albergues, tiendas y bar. Lugares de interés que podemos vistar son la Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Mérida, la Ermita de Nuestra Señora del Rebollar o Robledal y el Puente Canto.
A la salida de Agés, cruzamos el río Vera y vemos, a nuestra izquierda, un pequeño puente de piedra obra de Juan de Ortega. Allí está también la llamada Fuente del Puente.
Poco antes de llegar a Atapuerca (una isla en el océano del tiempo, como la definen los investigadores que trabajan en los cercanos yacimientos arqueológicos), vemos un cartel que anuncia Atapuerca como yacimiento paleontológico patrimonio de la humanidad. Luego pasamos junto a un dolmen que recuerda la muerte en batalla, en el año 1054, del rey navarro Don García I de Nájera. Doña Urraca donó la villa de Atapuerca a la Orden militar del Hospital de San Juan de Jerusalén, cuyos miembros atendían con esmero a los peregrinos enfermos. Alfonso VII confirmaría esta donación en el año 1138.
Este pueblo ha saltado a la fama mundial por ser el escenario de los yacimientos paleolíticos importantes del mundo. Se pueden visitar de forma guiada para contemplar el lugar donde vivió el Homo antecesor hace ya más de un millón de años. En las inmediaciones de Atapuerca tuvo lugar en 1054 la batalla entre el rey de León y Castilla, Fernando I, y el de Navarra, Don García, que se saldó con la muerte de este último. De esta manera Fernando I recuperó los territorios de la Bureba y Oca que él mismo había entregado a su hermano. Un monolito conmemora el hecho.
Entramos en el pueblo por la carretera, que hace las veces de calle principal. Lugares interesantes para vistar son los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, la Iglesia parroquial de San Martín (S. XV-XVI), el menhir y túmulos dolménicos. Cuenta con bares, restaurantes y tiendas.
Y recuerda: “A veces nos perdemos, pero siempre llegamos”