Bérchules-Junta de los Ríos-Tajos del Reyecillo

Ruta programada por nuestro Club al Borde de lo Inconcebible, realizada junto a otros 45 compañeros/as, muy bien dirigida por los monitores Rafa, Juan Carlos, Enrique y Francisco.
Salimos de Granada a las 6:30, el viaje en bus es largo y pesado, entramos por la carretera de Torvizcón/Cadiar y a las 9:00 estamos dispuestos para la marcha.
Salimos de Bérchules y enfilamos la calle Real para subir por la vertiente oeste del río Guadalfeo. Al principio es un carril, bien definido y rodeado de plantaciones de tomates "cherry", por lo que circulan los dueños de las fincas circundantes, pasamos la Era de García, un antiguo molino y varios cortijos abandonados.
Durante todo el recorrido, postes de madera y marcas en piedra recuerdan con rayas amarillas y blancas que estamos siguiendo un sendero de pequeño recorrido (PR).
Dejamos el carril para coger una vereda, y es cuando empieza lo verdaderamente interesante. La acequia "Nueva" fluye por debajo de nuestro recorrido, aunque sólo podremos verla en algunos puntos, y hay recodos en los que los castaños, nogales y álamos están empezando a brotar. Estas zonas suelen coincidir con los barrancos que cuando traen agua, contribuyen a la belleza de estos rincones, nosotros tuvimos suerte ya que apenas si nos mojamos los pies, la falta de agua se nota por doquier.
A medida que avanzamos nos encontramos con varios cortijos en ruinas que conservan la estructura básica en pie, la cual se sostiene sobre piedras y lajas sin argamasa a la vista.
También se ven varias eras, en las que se volteaban los cereales para separar el grano de la paja. Son plataformas elevadas sobre piedras y en zonas en las que corre el aire.
En un momento determinado, la vereda baja a la acequia Nueva y llanea para llegar a la Junta de los Ríos, lugar en el que el río Chico confluye en el Grande en un paraje de singular belleza, presidido por la imponente peña de los Tajos del Reyecillo (1.709m) en cuyas paredes hay horadadas cuevas usadas como último refugio de los moriscos en la segunda guerra de las Alpujarras (siglo XVI).
Aquí se supone que fue muerto Abén Aboo, el caudillo que sustituyó al famoso Abén Humeya en la rebelión morisca.
Hay en esta Junta un edificio denominado "fábrica mora" , según cuentan era una sedería, que presenta un arco de herradura, parcialmente destruido, muy característico de la arquitectura árabe, donde paramos unos minutos para comer algo, ponerse protección solar, quitarse ropa, etc. Hasta aquí la ruta ha sido muy llevadera

Continuamos nuestra ruta subiendo desde la fábrica mora por un tramo de fuerte pendiente en zig-zag entre piedras y lascas que es lo más duro del recorrido. Son unos dos kilómetros que nos van subiendo hacia el Ctjo. de las Umbrías.
Pasamos por cortijos en ruinas, zonas de bancales, aparentemente con la finalidad de permitir el cultivo, zonas de derrumbes de lajas. Todo ello sin apartar la mirada de la pared este del valle por la que sabemos hay que ascender, pero de la que no se aprecia ni rastro de senda o vereda.
Al divisar el cortijo de las Umbrías, la vereda hace una Y nosotros cogemos el ramal de la derecha, marcada con un hito del PR, y comienza a bajar al río Grande en estrechas "zetas". El río se cruza por un paso hecho con piedras.

Al cruzar a la vertiente este del valle, la ruta cambia por completo. Pasamos de una zona de árboles de hoja caduca y piedras vivas a pinares muy húmedos con firmes más terrosos y llenos de pinocha, es una zona de sombra, que se agradece, y aunque tiene un buen desnivel se anda cómodamente. El sendero está bien señalizado y no tiene pérdida.

La subida se prolonga durante poco más de una hora, con vistas al característico Tajo del Reyecillo desde una perspectiva espectacular en el que se aprecia la gran caída del mismo. Dice la leyenda que desde aquí se arrojó el caudillo morisco con su caballo dejando en la roca marcadas sus huellas, en lo que se conoce como la "Patá".

Cuando ya tenemos superado prácticamente todo el desnivel de subida y en unas rocas hacemos una parada para comernos el bocata, la temperatura es esplendida y las vistas fabulosas, pues tenemos a la vista los tajos, el barranco, parte de Sierra Nevada con la cota 2000 perfectamente visible.

Una vez alcanzados casi los 1.800m de altitud, la vereda se convierte en un carril entre pinos, estamos en la zona del "Gandul", al poco el PR se desvía a la derecha, pasamos una cerca y enfilamos la bajada al río. Este tramo, pese a ser el más pesado al discurrir por una zona sin árboles, compensa con las espectaculares vistas de Bérchules, una constante en toda la bajada, hay un tramo que hay que tener especial cuidado por su gran desnivel y la arcilla y grava que hace que el piso sea resbaladizo.

Llegado un punto, el sendero empalma con la señalización del GR7 (marcas blancas y rojas) que viene de Mecina Bombarón. Desde aquí la senda se marca con pintura roja, amarilla y blanca.

Al alcanzar un pequeño muro de piedra, la pendiente de bajada aprieta, hasta el punto que parece imposible superar el desnivel que nos separa del río Grande. Otra vez, la sabiduría de los antiguos pobladores nos sorprende al ofrecernos una bajada perfectamente viable, aunque dura y algo peligrosa, es una de las famosas Escarihuelas de la Alpujarra.

Una vez en el río, contentos por dejar de bajar, cruzamos por un puente que nos vuelve a meter en una zona de arboleda y humedad exuberantes que nos acompaña hasta el fin del sendero en el casco urbano de Bérchules.

Ruta espectacular con tres tramos muy bien diferenciados: Bérchules-Cortijo de las Umbrías, Cortijo-El Gandul. El Gandul-Bérchules.

Una vez en Bérchules los compañeros Rafa y Lucas sacan unas neveras que habían llevado, llenas de birras y refrescos, en previsión de que los dos únicos bares de la localidad estuvieran cerrados o no pudieran atendernos, la verdad es que fue todo un detalle, por mi parte me tome dos birras muy fresquitas con lo que me quedaba de bocadillo, sentado en la parada del autobús, otros compañeros/as hicieron lo mismo, otros se dieron un paseo a los bares de la localidad y tomaron lo que quisieron.

A las 16:00 iniciamos la vuelta a Granada. Ruta muy bonita en el corazón de la Alpujarra, aunque el desplazamiento es largo desde Granada, merece la pena por conocer esta parte de Granada. Destacar que no tuvimos ningún incidente y que todo fue de maravilla gracias al buen hacer de los compañeros monitores y la actitud de todos los participantes.