Bermeo-Mundaka-Sukarrieta-Busturia-Murueta-Marismas de Urdaibai-Gernika

Esta es una de las travesías de no montaña mas bonitas que he hecho en mucho tiempo. Sin duda las rutas a través de la costa vasca siempre tienen un encanto especial, pero si a eso le añadimos pasear a la par de la reserva de la biosfera de Urdaibai, ya es la guinda del pastel.

Antes de explicar el recorrido, he de decir que unos compañeros me recomendaron hacer la ruta cuando estuviera la marea baja, para que las vistas del estuario de Urdaibai fuesen mas bonitas y para que al pasar por la marisma no jugase con la posibilidad real de que el camino estuviera inundado por la marea alta. Afortunadamente, en el horario que habitualmente suelo iniciar las rutas estaba justo en el mínimo de la marea, así que tuve la oportunidad de sacar fotos muy chulas.


Comienzo la ruta en la estación de tren de Bermeo, y me dirijo hacia la parte alta del pueblo, yendo por un paso peatonal a la par de la carretera. Así seguiré durante los próximos 2,5km hasta llegar a la preciosa localidad costera de Mundaka. Pero antes, paso por un mirador situado en un desvío de la carretera. Aquí se puede contemplar el pueblo de Bermeo al completo, así como su puerto, la isla de Ízaro y al fondo la plataforma de gas de "La Gaviota".

Ahora sí, accedo al pueblo de Mundaka, pero antes me desvío un poco para ver la Iglesia de Santa Katalina. Esta iglesia está situada a escasos metros del estuario de Urdaibai, justo en la zona donde desemboca con el mar Cantábrico. Río adentro y en marea baja, se observa claramente la diferencia entre ambos puntos; el mar a la izquierda, y a la derecha de forma repentina arena y mas arena, con alguna delgada línea de agua de la ría en su curso final hacia el mar.

Entre medias se forma su famosa ola izquierda que, especialmente cuando hay viento sur, hace que tenga un tamaño de hasta 4m de alto y 400m de largo, además de tener forma de tubo, lo que le hace ser considerada como la mejor ola de Europa en su categoría. Éste es un motivo mas que suficiente para ver todos los días a surfistas cabalgando sobre las perfectas olas de Mundaka.

En el lado derecho, se ve parte del pueblo y su puerto. Hacia allí me dirijo.
A medio camino, desciendo unas escaleras para acceder a pequeño muelle que ofrece una preciosa vista del puerto y de las casas colindantes
Ahora camino hacia el interior de la localidad, hasta el ayuntamiento en primer lugar y después hasta la iglesia de Santa María. Al lado de la iglesia, hay un segundo mirador con vistas directas al estuario de Urdaibai, donde se puede ver con mas claridad el interior de la ría y al fondo un grupo de montañas, con el monte Oiz como protagonista.

Tras hacer las fotos de rigor, doy punto y final a la visita por Mundaka y me dirijo en esta ocasión hasta otro bello pueblo, Sukarrieta (en castellano llamado Pedernales). Para ello sigo la misma carretera de antes, y de nuevo pudiendo andar por camino peatonal; pocas carreteras tienen tantos km seguidos con paseo peatonal, con la posibilidad de evitar caminar al lado de los vehículos, así que hay que aprovechar la ocasión.

Al cabo de un rato, me desvío para acceder al pueblo, aunque de nuevo hago un punto y aparte para girar a la izquierda, justo al lado del cementerio, para descender a ras de la ría. Aquí hay un camino sobre tablas de madera, que pasa unos 2-3m sobre el Urdaibai. Luego asciendo unos metros para ir a la par de la vía del tren, donde enseguida tengo que cruzar el primero de los 3 pasos a nivel de la ruta.

Paso junto al frontón de la localidad y ahora pongo rumbo a la cercana isla de Txatxarramendi. Cruzo un puente que accede a dicha isla y accedo hasta el otro extremo de la isla por un camino adoquinado en el lado izquierdo. Al final del camino, llego hasta el segundo de los miradores del Urdaibai.
Antaño éste lugar fue un embarcadero romano en el siglo II, y a finales del siglo XIX se construyó un balneario. Hoy en día se encuentra el instituto oceanográfico de Azti.

Después vuelvo hasta el puente atravesando la isla por su parte central, y me dirijo ahora hasta una localidad con un entorno y vistas fabulosas, Busturia y sus numerosos barrios. Concretamente tiene 7 barrios, aunque yo visitaré solo 3; Itxasbegi, Axpe y San Kristobal, en ese orden.

Tras pasar en un visto y no visto por el barrio de Itxasbegi, sigo un camino asfaltado que pasa primero por el precioso edificio y paraje de la Colonia de Pedernales y después por la pequeña ermita de San Antonio, situado al lado del estuario del Urdaibai.

Mas adelante, también por camino asfaltado, accedo al segundo de los barrios de Busturia, Axpe, éste de mayor extensión, población y viviendas que el anterior. Al principio solo veo viviendas aisladas, que se sitúan en una zona algo elevada en un entorno espléndido, con sus verdes praderas y con una privilegiada vista de la Marisma de Urdaibai.
Sin embargo, al otro extremo del barrio, se encuentra la zona mas densa en cuanto a viviendas y población. Una vez allí, paso por la preciosa plaza donde esta el ayuntamiento de la localidad y al lado, la iglesia de Santa María de Axpe.

Continuo ahora por la carretera durante unos pocos minutos para luego desviarme a la izquierda y pasarme por Madariaga Dorretxea o también indicado con el nombre de Ekoetxea Urdaibai. Éste es un edificio que tiene la finalidad de fomentar la difusión de la naturaleza y la biodiversidad en el País Vasco.

A continuación, me dirijo al último de los barrios de Busturia, San Kristobal. Salgo de nuevo a la carretera para entrar rápidamente a territorio de la localidad de Murueta, pasando primero por el ayuntamiento de dicho pueblo. Éste se sitúa a las afueras, es bastante llamativo.

Antes de llegar de forma oficial al pueblo de Murueta, me desvío a la izquierda con la finalidad de ir hasta el astillero de Murueta y luego hasta la Tejera. Pero una vez llegué al astillero tuve una inesperada sorpresa; no había sendero o camino a seguir. El track me indicaba continuar recto, justo a la par de las vías del tren. Una persona que hacía guardia en la entrada un pabellón, me explicó que la única forma de continuar era o ir sobre las vías durante al menos 1km (cosa que por lo que me comentó, mas de uno había decidido realizar) o bien volver atrás, atravesar el pueblo de Murueta y seguir por un sendero directo hasta la tejera (camino mas largo pero mas seguro).

A mi no me hacía ni pizca de gracia ir sobre las vías, mas aun sabiendo que el tren pasaba cada media hora (aunque no sabía cuando volvería a pasar por allí) y no quería que pasase a mi lado a escasos centímetros. Opté por la segunda alternativa y volví hasta el cruce para ir recto y acceder a Murueta.

Dicho y hecho, era tal cual me dijo el señor, pasar el pueblo y tomar un sendero que, pasando por un bosque, me lleva directo hasta la Tejera de Murueta. Ésta se sitúa al lado de la mencionada vía de tren y también sobre uno de los afluentes del Urdaibai, en plena marisma. La marea poco a poco empezaba a subir, pero aun se encontraba lejos de su máximo nivel. Y menos mal, porque de ser así quizás, y repito QUIZÁS, el caudal del río podría llegar hasta el propio sendero y taponarlo.

Y... ahora que? Me encontraba en la misma situación que en el astillero. Aparentemente no había mas camino que el de las vías del tren, pero por suerte en este lugar si que había posibilidad de continuar. Había un estrecho sendero que iba al lado de la vía, pero al menos se podía caminar con total seguridad.
Ahora solo me quedaba atravesar la marisma de lado a lado hasta llegar a mi destino, la localidad de Gernika.

Hasta el momento la ruta había sido coser y cantar, pero aquí se iba a torcer un pelín la cosa. El sendero estaba embarrado, no se si de las recientes lluvias o de haberse inundado por el caudal. Tan solo era 1km de camino pero que me causó un par de amagos de resbalón.

Al final del sendero llegué hasta una señal que indicaba la distancia que me quedaba hasta Gernika. Además, al lado había un panel informativo sobre las diferentes funciones naturales que realiza ésta marisma, entre otras la de la migración de multitud de especies de aves. Desconozco en que época del año pasan por aquí la mayoría de éstas aves, aunque hoy había muy pocas, aunque las suficientes como para sacar alguna que otra foto.

Ya solo me queda realizar la última parte de la ruta, atravesar los últimos 4km de marisma hasta llegar a Gernika. Esta parte se me hizo eterna, la verdad. No hay vistas, el camino es una larguísima recta que parece no acabar nunca... y ya con casi 20km en mis piernas, física y mentalmente me resultó algo jodido.

Tras superar el último tramo, llego al fin a Gernika y decido turistear un poco en el pueblo, viendo los monumentos y lugares de mayor interés, para luego ir hasta la estación de tren y concluir esta fantástica ruta digna de 5 estrellas, de 10 sobre 10 puntos (bueno, 9.5, únicamente por el tramo final de la marisma).