Berzocana, cuevas y Cabeza del Moro (Los Gastasuelas)

Ruta familiar muy cómoda y bonita con el grupo senderista Los Gastasuelas.
Salimos desde el C.R.A. Montellano guiados por el maestro cacereño actualmente docente de este centro, Francisco Javier Pérez, que nos llevará hasta la plaza del pueblo, de las más pintorescas de la zona por su forma de anfiteatro. Llegamos unos pocos metros más adelante a la iglesia de San Juan Bautista, declarada monumento histórico artístico nacional y lugar donde se guardan las reliquias de San Fulgencio y Santa Florentina. Es de admirar el magnífico crucero.
En las traseras nos encontramos con la ermita del niño Jesús llamada Casa de la Beata, conocida por el milagro de la multiplicación de alimentos y en cuya fachada podemos observar el escudo de armas de los Meneses Orellana.
Salimos del pueblo con un suave desnivel ascendente que nos lleva a la Cruz de los Santos, lugar donde se descubrieron dichas reliquias.
La subida nos lleva por un sendero donde nos topamos con una finca con una rehala de perros para monterías donde justo enfrente encontramos una pareja de avestruces y un emú.
El ascenso continúa después de cruzar una carretera y seguir el sendero rodeados de jaras, olivos, cantueso, flores de cardo (usadas en la zona para fabricar el cuajo de los quesos), así como gran cantidad de roble y alcornoque hasta llegar, una vez pasada la balsa de agua de donde se abastece el pueblo, a la casa rural Finca de la Sierra, actualmente en desuso pero con unas fantásticas vistas y rodeada de un bosque de madroños.
Dejamos la finca y continuamos ascendiendo por la pista de la izquierda para visitar, tras una corta pero dura subida, las cuevas de Morales (la más atractiva para mi gusto pero cerrada en esta ocasión) y la de Cabritos (las mejores pinturas rupestres de la zona para mi gusto).
Volviendo sobre nuestros pasos, a unos 300 metros nos salimos de la pista a la izquierda para llegar, 400 metros más adelante, a la cueva de la Sábana donde pudimos disfrutar buscando las pinturas y, por supuesto, de las vistas.
Tras volver de nuevo sobre nuestros pasos hasta la casa rural, continuamos la ruta hasta el paraje llamado Cabeza del Moro, una piedra caballera en difícil equilibrio que será testigo de nuestro descanso y avituallamiento antes de regresar al pueblo por el mismo camino.