Besians - La Vila - Casa Sesa - Perarrúa

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Estacionamos en un ensanche en las inmediaciones del puente románico de Besians, como hacía buen día aproveché a tomar algunas bonitas fotos.

Comenzamos a andar atravesando el conjunto urbano, primero pasamos la plaza y al salir de ella tiramos a la derecha encontrando una indicación "Camino peatonal a La Vila"

Al principio es como una calle, pero enseguida se convierte en sendero que sube hacia la ermita de San Juan de una manera bastante indecente, pues carece de mantenimiento este caminito y se les ha llenado de hierbas.

Haciendo alguna peripecia finalmente llegamos al núcleo de La Vila donde hay un par de casas arregladas y la ermita de San Juan.

El edificio está en buen estado relativo, pues padece un importante fallo estructural que la agrietó en dos mitades hace unos años, la restauración no ha sido completada y permanece el edificio sin la adecuada seguridad. El interior es amplio aunque carece de ornamentación pues le falta una parte de la techumbre.

Salimos de La Vila por el camino de acceso en coche al barrio, enlazando casi de inmediato con el camino asfaltado que conecta Besians con el núcleo de Caballera.

Avanzamos en esa dirección ascendiendo suavemente unos 200 m. y desviamos por otro camino a la izquierda, una vía que no parece tener tráfico alguno y que baja al barranco.

Poco antes de cruzar el barranco de Besians, encontraremos un cartel de prohibido el paso, la verdad que decidí seguir el track que llevaba y no tuve ningún problema, el camino cubierto de hierbas y flanqueado por un bonito pinar conduce en poco tiempo al despoblado de Casa Sesa que no había visto nunca antes.

Este lugar debió ser muy hermoso cuando estuvo habitado, ahora es una pena pero la maleza lo invade todo, los techos de las casas están hundidos y si nadie lo remedia permanecerá en el olvido.

Desde Casa Sesa y sin dejar el camino viejo, descenderemos hasta un depósito de agua y de éste al camino que une Besians y Perarrúa.

Para caminar un poco más me acerqué hasta ésta última localidad donde recorrí alguna de sus bonitas calles y regresé a Besians donde había dejado el coche.

Justo antes de llegar al pueblo donde comencé la ruta hay que visitar el lavadero porque merece la pena, esá junto al camino.

Y una vez en el coche, siendo agosto qué menos que un bañito en la gorga bajo el puente medieval.