Bezas, Paseo por Los Callejones

Bezas, Los Callejones, Bezas
FICHA TÉNCICA (resumen)
Dificultad: Baja (para relajarse)
Distancia total: 3,48 Km
Desn. De subida acumulada: 163m
Tiempo total: 1h40m

Lugares que se visita:
Peña de los Leones Pelaos y Pozo de agua con escaleras
Fuente La Corellana
Abrigo Los Callejones de Bezas
El Escorial
Los Callejones
Nidos de Ametralladora

Sinopsis
En este paseo podemos conocer uno de los parajes más extraordinarios en belleza y singularidad de Bezas. Unidos a los pinares protegidos de Rodeno, junto a las tajadas, es un “parque natural” a las mismas puertas del pueblo. La contemplación de sus grandes peñascos de rodeno, profusión de piedras rodadas, paredes de huertos-caso todos yermos-, huellas de antiguas fundiciones de hierro, bosque, sotobosques, fauna y flora en las frescas mañanas de verano, los brumosas tardes de otoño y las verdes primaveras, cautivan los sentidos.
Recorrido corto para mayores y niños, os remarco algunos puntos para ver, pero lo mejor es salirse del camino y explorar el lugar, tumbarse al lado de los grandes pinos que han vivido una guerra y han servido de trabajo para los más mayores del pueblo “resinados”, descubrir las maravillosas rocas de rodenos con sus formas curiosas y contemplar el cielo y el sonido del pinar y el olor del monte, acostados en ellas.

RECORRIDO

Tramo 1: Bezas, Los Callejones
Partimos de Hortal, ascendemos hacia la iglesia y ultimas casas del pueblo, donde estas se entrelazan con las primeras eras.
Sin dejar el camino y con el cementerio viejo en el horizonte, iremos ascendiendo cruzando el carril por El Morrón nos lleva hacia Albarracín y Gea.
Pasamos la Balsa del Caloncho, alcanzamos el cementerio viejo, contemplamos una de las visiones más hermosas del Rodeno; formas caprichosas labradas por edades pasadas que han dejado en las rocas improntas de miles de años, mezcladas con el pino de Rodeno resinado que parece querer adueñarse de cada uno de sus rincones.
Aquí y allá podemos ver formas rocosas, grande peñas con inmensos pinos en sus cimas, campos de cultivo abandonados casi vueltos a su estado primigenio y un sinfín de rutas para descubrir rincones insospechados. El olor a monte y el sonido cadencioso del viento junto con el de algún animal que rompa el silencio, es el mejor de los compañeros.
Al llegar a la esquina más al norte del cementerio la ruta va por la izquierda, aunque las señales del GR 10.1 amarillas y blancas señalen por la derecha, que será por donde regresemos
Es aconsejable usar el GPS para guiarse por los caminos, ya que hay tramos que van cruzando cerraos que ya no se cultivan y paredes de piedra ya caída y algo de monte.