Bidebarriko atxa - Hego Aramotz - Burbilla y Belatxikieta desde Gandariats.
near Gandariats, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta 92
Vídeo clicando en "ver más", o copiando enlace:
https://photos.app.goo.gl/NmGfJZciWWsve6Mf7
https://youtu.be/xHSJrP8yhU4
No recomiendo seguir esta rura, al menos en la parte que discurre más allá del tercer buzón, el Burbilla.
De ahí en adelante, el itinerario fue totalmente caótico, sin senda ni camino visible. Un continuo discurrir por un mar de piedras, sin sendero, con trepes y destrepes bastante peligrosos. De hecho, renunciamos a tres de las cotas siguientes que estaban previstas, precisamente por este motivo.
El ascenso, y sobretodo el descenso, del Gorritxueta, al que no llegamos por unos metros, nos pareció que era tentar demasiado a la suerte. Una caída en una zona así, puede causar graves lesiones, y supone un rescate dificultosísimo.
La salud bien vale una renuncia.
Por contra, cabe subrayar que encontramos parajes silenciosos de una belleza sobrecogedora; paisajes casi lunares sazonados de ollas o calderas profundas.
Al final, cansados del laberinto arbustivo y rocoso en el que nos vimos envueltos, llegamos a Belatxikieta más por todoterrenismo que por encontrar atisbo de sendero, y ascendimos entre piedras, no sin antes atravesar macizos arbustivos minados de punzantes ejemplares de espino albar, con querencia inusual a abrazar senderistas. A resultas de todo ello, nos dejaron curiosísimos grafitis en las pantorrillas. Una especie de jeroglíficos cincelados en la zona pretibial a pesar de llevar pantalón largo. Más de tres veces tuve que retroceder para recuperar la visera enganchada en estos simpáticos arbustos que invadían un terreno abrupto y dificultoso salpicado de rocas trastabilleantes.
Resumiendo.
Un peligro constante acechando la integridad de maleolos y meniscos. Un caminar azaroso y sin sendero, que tan solo se podía recorrer de una única manera: cual correoso jabalí.
Esa segunda mitad de la ruta fue lo que podríamos definir como un triscameniscos o un achantarótulas. Una prolongación innecesaria del recorrido, que salvo querencia inusual por los riesgos gratuitos, aconsejo desestimar.
Por lo demás no es ruta exigente ni larga; su dificultad pivota en dos características: la incomodidad del paso, y el riesgo de lesión y caídas.
No quiero ni pensar lo que hubiera supuesto transitar por aquellos parajes en un día con la roca mojada.
Vídeo clicando en "ver más", o copiando enlace:
https://youtu.be/xHSJrP8yhU4
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https://photos.app.goo.gl/NmGfJZciWWsve6Mf7
https://youtu.be/xHSJrP8yhU4
No recomiendo seguir esta rura, al menos en la parte que discurre más allá del tercer buzón, el Burbilla.
De ahí en adelante, el itinerario fue totalmente caótico, sin senda ni camino visible. Un continuo discurrir por un mar de piedras, sin sendero, con trepes y destrepes bastante peligrosos. De hecho, renunciamos a tres de las cotas siguientes que estaban previstas, precisamente por este motivo.
El ascenso, y sobretodo el descenso, del Gorritxueta, al que no llegamos por unos metros, nos pareció que era tentar demasiado a la suerte. Una caída en una zona así, puede causar graves lesiones, y supone un rescate dificultosísimo.
La salud bien vale una renuncia.
Por contra, cabe subrayar que encontramos parajes silenciosos de una belleza sobrecogedora; paisajes casi lunares sazonados de ollas o calderas profundas.
Al final, cansados del laberinto arbustivo y rocoso en el que nos vimos envueltos, llegamos a Belatxikieta más por todoterrenismo que por encontrar atisbo de sendero, y ascendimos entre piedras, no sin antes atravesar macizos arbustivos minados de punzantes ejemplares de espino albar, con querencia inusual a abrazar senderistas. A resultas de todo ello, nos dejaron curiosísimos grafitis en las pantorrillas. Una especie de jeroglíficos cincelados en la zona pretibial a pesar de llevar pantalón largo. Más de tres veces tuve que retroceder para recuperar la visera enganchada en estos simpáticos arbustos que invadían un terreno abrupto y dificultoso salpicado de rocas trastabilleantes.
Resumiendo.
Un peligro constante acechando la integridad de maleolos y meniscos. Un caminar azaroso y sin sendero, que tan solo se podía recorrer de una única manera: cual correoso jabalí.
Esa segunda mitad de la ruta fue lo que podríamos definir como un triscameniscos o un achantarótulas. Una prolongación innecesaria del recorrido, que salvo querencia inusual por los riesgos gratuitos, aconsejo desestimar.
Por lo demás no es ruta exigente ni larga; su dificultad pivota en dos características: la incomodidad del paso, y el riesgo de lesión y caídas.
No quiero ni pensar lo que hubiera supuesto transitar por aquellos parajes en un día con la roca mojada.
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https://youtu.be/xHSJrP8yhU4
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👌👌👌😩