Bosque del Gerdar.-Cascada de Gerbe. Alt Pirineu.. Pirineo Catalán.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:

ACCESO:
Desde Esterri d’Àneu, por la carretera del puerto de la Bonaigua (C-28) hasta el núcleo de los Avets y el refugio del Gerdar.

La excursión es circular y se puede empezar desde dos puntos; desde el refugio del Gerdar o bien desde el parking ubicado dos kilómetros más adelante a la carretera C-28. La diferencia entre un punto y otro es de tan solo 2 km, por lo cual vale la pena empezar desde el refugio y hacer la ruta entera, de 7,6 km en total.

Junto al concurrido REFUGIO DEL GERDAR (1550 m) hay un letrero que indica la dirección hacia la cascada. El Refugio está situado en antigua carretera de la Bonaigua, en el Pallars Sobirà, a 10 km. de Esterri d'Àneu y se podrá llegar en coche. El refugio vuelve a estar abierto desde junio de 2011. Es necesario llamar para reservar. El refugio del Gerdar es un punto de partida y de paso ideal para emprender muchísimas rutas de todo tipo. Concretamente el refugio está situado en el Pallars Sobirá, en la cabecera de los valles de Àneu y no sólo os permitirá aprovechar sus instalaciones como si estuvierais en casa sino que también podréis valeros de los conocimientos de sus responsables, que conocen el terreno como nadie y ¡os podrán orientar y aconsejar de maravilla!

El refugio dispone de 5 habitaciones de tamaños diferentes (4, 6 y 8 plazas) equipadas con camas, cojines, mantas y/o edredones. Por tanto sólo hay que llevar un saco de dormir o saco-sábana. Hay 2 habitaciones con literas y 3 habitaciones con mansarda a nivel del suelo. Los lavabos y las duchas están fuera de las habitaciones.

Otro punto fuerte del refugio del Gerdar son las comidas... que cuidan como poquísimos refugios en el Pirineo. El servicio de bar y restaurante está disponible para todos -tanto si te alojas en el refugio como si solo estás de paso- y es una pequeña joya.

Yendo despacio y disfrutando del paisaje podemos tardar unas 4 horas en hacer la ruta, entre ida y vuelta. Los primeros tramos son muy sencillos, rodeados por el precioso bosque del Gerdar. Si vamos en verano, agradeceremos la sombra de los árboles y el ambiente fresco del entorno.

El Bosque de Gerdar es francamente un espacio dónde te gustaría “perderte” durante horas para atrapar el hechizo de su presencia. Si logras aislarte de todo conseguirás mimetizarte en su entorno, y notar como te observan muchos de los pobladores de este boscaje como si de un cuento de hadas se tratara.

El Bosque de la Mata de Valencia d´Áneu y el Gerdar de Sorpe , componen uno de los bosques de abetos más importante de Europa, la protección de la zona y la no explotación de sus recursos naturales como la madera hacen de este emplazamiento un área para distraer los sentidos, sin duda.

Si se va en silencio y con mucha cautela, con mucha suerte, se podrá ver a la fauna de estos bosques como: el urogallo, pájaro carpintero, corzo, lechuza de los Pirineos, perdiz blanca o algún que otra ave cruzando el cielo como el quebrantahuesos o el águila dorada.

Por ser una zona con un ecosistema frágil es preferible ir de excursión en pequeños grupos, mantener el silencio y nunca hagas nada que pueda alterar el paisaje, no te salgas de los caminos marcados (evitaremos la erosión) y goza del instante.

Es recomendable visitar el Bosque de Gerdar (gerd significa frambuesa en catalán) en cualquier época del año, en verano y en ciclos más calurosos podrás disfrutar de la sombra y el micro clima que te ofrece esta zona, en invierno la protección natural contra los aludes te permite caminar con raquetas disfrutando de un portentoso panorama con mayor seguridad.

Entre la espesura del bosque encontramos el tocón de un gran abeto y dejando volar la imaginación nos parece el espectacular trono de la conocida serie Juego de Tronos.

De los caminos frondosos entre árboles pasaremos a los prados de hierba donde siempre es un buen momento para admirar las numerosas especies de mariposas que revolotean buscando el dulce néctar de la infinidad de flores que salpican estos verdes prados.

Cruzamos la carretera que nos condujo en nuestro coche hasta el punto de inicio. Pasaremos al lado de un letrero que nos indica la dirección de la cascada y de nuevo nos sumergiremos en la espesura del bosque. El sendero sigue en paralelo el RÍO DE LA BONAIGUA que discurre caudaloso y ruidos a nuestra derecha. Recomendamos hacer un breve receso en su orilla para disfrutar del frescor que proporciona en los calurosos días de verano. El río de la Bonaigua, hacia el este, es tributario del Noguera Pallaresa y por tanto, pertenece a la cuenca del Ebro.

Pasaremos al lado de una caseta de pastores y subiremos por una zona un poco más rocosa. Este tramo es de dificultad moderada y es mejor hacerlo despacio. Tras este pequeño tramo pedregoso de unos 500m, el paisaje se hace todavía más increíble con la multitud de tonalidades de verde que nos rodea.

Cuando el tramo pedregoso queda detrás, veremos que seguimos el curso de un pequeño río que nos da la pista de donde está la cascada. Podremos sortearlo gracias a pequeños puentes y pasarelas que evitan que nos mojemos o resbalemos por el barro. Además, si hace calor, ¡no hay nada mejor que un pequeño baño en el río!

Ya en el mirador de la cascada, ¡las vistas son magníficas! Encontraremos unas escaleras de madera por donde podremos subir a admirar la cascada en su máximo esplendor. Y lo mejor de todo, es que, al ser un lugar poco conocido, si no hay más gente en el mirador, nos podremos quedar todo el rato que queramos. Si aguantamos la pequeña lluvia de la cascada, ¡claro!

CASCADA DEL GERBER O SALT DE COMIALS (1.730M)

Durante la última glaciación hace unos 50.000 años, grandes glaciares ocupaban los valles pirenaicos. Algunos como el de la Noguera Pallaresa llegaron a alcanzar donde hoy se encuentra Esterri d’Aneu, los 1.000 metros de espesor.

El glaciar del valle de la Bonaigua fue también muy importante y excavó el lecho rocoso mucho más profundamente que el del valle de Gerber. Esta diferente intensidad de erosión, provocó un escalón de más de 100 metros de desnivel entre los dos valles que da lugar a este salto de agua tan espectacular.

La cascada del Gerber es un rincón escondido y poco conocido de la comarca del Pallars Sobirà. Ya solo nos resta desandar la senda de ida para retornar al punto de inicio de esta magnífica y recomendable ruta.