Blanca - Azud de Ojós - PR MU-24 - Navela - La Solana

Blanca es un municipio del Valle de Ricote bañado por el río Segura. La historia de Blanca es antigua, restos de su Castillo, siglo XII y el nombre de Negra como identificación de la población que se abrigaba bajo el enorme macizo pétreo calcinado por el sol, de la Sierra del Solán, a la que más tarde los cristianos pasarían a llamar Blanca. Acontecimiento importante (1613) el edicto de Felipe III para expulsar a los moriscos españoles deja casi arruinada la agricultura blanqueña por el forzado éxodo de sus habitantes.
Llegamos por la autovía A30 Murcia-Madrid hasta la salida de Blanca (la 110), pasamos una rotonda, tomamos en dirección Blanca. En cuanto de dónde empezar tenemos varias posibilidades, nosotros nos hemos decidido por el nuevo Mirador Alto de Bayna en el Barrio del Café, antes de llegar a él hay una explanada donde se puede aparcar con facilidad.
No vamos por una carretera local por el GR-127 entre huertos de limones y naranjas, nos encontramos con dos casas huertanas emblemáticas La primera la Casa de la Molineta, de color azul y después y más bonita es la Casa de la Favorita, de precioso color granate. Continuaremos en dirección La Navela hasta iniciar la subida hacia este paraje recreativo, aquí ya conectaremos con la pista del PR-MU24, a unos 200 metros en la parte derecha podremos desviarnos un momento hacia el mirador bajo de La Navela desde donde poder observar el Azud de Ojós. Es un pequeño balcón sobre el embalse y con una buena visión al Estrecho del Solvente. Desde allí podremos disfrutar de las maravillosas vistas de este importante humedal. En una pared del desfiladero vemos arriba, la tubería de elevación del canal de derivación del Trasvase.
Seguimos por el PR-MU 24, aquí es una pista forestal con poco desnivel que recorre de oeste a este la umbría de la Sierra de la Navela. Tenemos bonitas vistas de este rincón del Valle de Ricote, con el Azud de Ojós en el centro, vemos Los Almeces (1.122 m.) con su nido de antenas es la máxima altura del valle, La Sierra del ORO (La Sierra del Oro o del Lloro, está situada entre los pueblos de Abarán, Cieza y Ricote. El topónimo “Oro”, lo encontramos ya a finales del siglo XVI y el del “Lloro” aparece en muchos documentos del siglo XIX. Estos nombres vienen, uno por la leyenda que existe sobre el metal precioso en la sierra y el otro por el llanto de los moros al abandonar estas tierras tras la Reconquista, cual Granada se tratase).
Llegamos a la Ermita de San Roque, destino de romerías, que fue construida en honor al patrón local, de estilo barroco de primera mitad del siglo XVIII, se trata de una construcción con tres naves, las laterales de menor altura, cubiertas con bóveda de cañón, separado por pilares con arcos de medio punto, formando capillas. El crucero está cubierto con cúpula semiesférica. Carece de mobiliario litúrgico a excepción del retablo neoclásico realizado en estuco policromado, imitando calidades y tonalidades del jaspe. Lo más significativo es la decoración mural del interior del camarín destinado a cobijar la escultura de San Roque. El camarín tiene planta cuadrada cubierta con bóveda de arista sobre lunetos. Su edificación parece que se debió a una epidemia en el Valle de Ricote, donde Blanca no sufrió daño y por ello se edificó la ermita en su territorio.
Después de aproximadamente un kilómetro de asfalto llegamos a la Subestación Eléctrica, hacia la carretera MU-553 y la cruzamos y tomamos una senda ascendente nos conduce a media ladera por toda la alargada Sierra del Solán (584 m.), El paisaje de la sierra es agreste y desolado, con erosionados farallones y enormes rocas desprendidas de lo alto de la montaña, tapizados por el esparto y pequeños pinos de repoblación. Proseguimos el sendero que transcurre entre diques de contención para las escorrentías y una tubería de fibrocemento para conducción de agua, hasta llegar a un depósito de agua. Poco después llegamos a una encrucijada, aquí se puede bajar por el cementerio que tenemos enfrente y llegar al barrio donde tenemos el coche y dar por finalizado la ruta (opción más lógica) o por girar 180 grado y continuar por el PR que termina en el pueblo (la que elegimos nosotros entonces la ruta termina más aventurera y complicada en la llegada al pueblo). El PR está bastante bien hasta una valla de contención (de desprendimientos) que dificulta el paso a Blanca, nosotros primero hemos llegado al final donde vemos el Castillo enfrente pero ya no se puede seguir, distinguimos la imagen de la Virgen Blanca y vuelto hacia atrás buscando una salida hacia el pueblo que está ahí al lado, hay una terminación anterior de la valla con dos tramos en paralelo pero la bajada estaba fatal, más atrás un agujero grande y un poco más atrás un agujero pequeño (por el cual he pasado bien yo, y ya te digo que soy grandote, por lo cual no es tan pequeño a partir de aquí la bajada estaba casi bien, nos lleva por encima de los Corrales, viejas casas y azoteas pegadas a la ladera de la sierra, la mayoría de ellas abandonadas o en ruinas, dañadas por las lluvias y desprendimientos de la montaña. A esta altura tenemos una visión completa del Castillo que también ha sido restaurado, vamos por las estrechas y solitarias callejuelas medievales hasta la plaza de la iglesia y del ayuntamiento, desde aquí bajamos al rio pasando por delante de la Fundación Pedro Cano (aquí hay un parking que puede ser también el inicio de la ruta, el museo vale una visita al pueblo), siguiendo el margen izquierdo desembocamos en el Parque de las Cuevas y de allí por una senda hormigonada al Barrio del Café, terminamos en Mirador del Alto Bayna, con espectaculares vistas al Azud de Ojós, se trata de una pasarela flotante de metal construida sobre la roca del paraje de Bayna. Donde en la entrada hemos dejado el coche. Por supuesto, como de costumbre, fiesta gastronómica en el Mochuelo de Guadalupe. Para terminar hasta el próximo domingo, deseo, que ese día, la crónica "lúdicodeportiva", la haga nuestro habitual Pepe Marcos, que yo no estoy para hacer hoyos y él es un maestro en estos menesteres. Hasta entonces, feliz semana tengáis.