BOCÍGANO-CDO. ORTIGOSA POR LA LOMA DEL PICAÑO (CIRCULAR)

Marcha realizada el sábado 15 de mayo de 2010 (San Isidro Labrador)
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
La marcha se ha considerado difícil, por las condiciones climáticas y sobre todo por el estado de un suelo, que en buena parte de la cuerda realizada, tenía más de una cuarta de nieve dura. Después de un largo viaje hasta aquí, y es que por algo este pueblo está considerado como el más distante a la capital, se nos pone a nevar, no de manera copiosa, aunque sí con cierta insistencia. Uno de los abuelillos del pueblo, cuando nos ve ponernos las botas, nos pregunta que hasta donde queremos ir. Cuando le contamos nuestros planes, nos pone la cara un poco rara y nos da a entender que el día no está para muchas alegrías y que lo mismo nos tenemos que volver. A lo que le contestamos que por eso no hay problema, y que siempre estamos dispuestos a volvernos cuando las cosas nos las vemos claras. Aunque el recorrido que pretendemos hacer, en condiciones normales no tendría una categoría superior a "moderado", sin embargo y a pesar de encontrarnos en plena primavera, el cielo estuvo amenazando todo el día con algarazos de nieve, que caían de vez en cuando. El cordal a partir de los mil setecientos metros aún tenía bastante nieve, que se endurecía según te acercabas a los mil novecientos. Esto nos exigía mucha atención y el tener que andar con mucho cuidado, sobre todo en las zonas de sólo roca. Al llegar a la zona de las Zorreras descubrimos unas huellas recientes, que nos indican que delante van un par de montañeros de los que no se asustan por un cuarto de nieve. Como la evolución del tiempo no va a peor, no sopla viento y parece que el día nos acabará dejando que cumplamos con nuestros planes, nos decidimos a continuar, pero eso sí con mucho cuidado, puesto que la cuerda a la altura de la loma del Picaño va ganando cota, hasta acercarse a los dos mil cincuenta metros. Aquí, el espesor de la nieve pasa de una cuarta y está algo más dura, por lo que a falta de crampones hay que extremar las precauciones para evitar una caída tonta. Cuando coronamos esta cuerda, vemos los que iban delante. Están en el Cerrón, se ve que tenían ganas de pisar nieve y se encuentran encima de un manto blanco, con un espesor inhabitual para la época en la que nos encontramos. Nosotros bajamos la cuerda, dejando el collado del Agua Fría a nuestra derecha y plantándonos en un cuarto de hora en el collado de la Calahorra. Aquí, hacemos la segunda parada, en esta ocasión para comer, reponer fuerzas y emprender una bajada por la pista que debería llamarse de las Canalejas, dado que una buena parte del camino transcurre paralela al arroyo de dicho nombre. Esta pista nunca suele estar solitaria, y casi siempre nos hemos encontrado grupos de vacas rumiando por el camino. En esta ocasión nos las encontramos poco antes de llegar a los corrales de las Canalejas, formando una aglomeración tal, y en un tramo en el que el camino se estrecha tanto, que casi tuvimos que pasar dándolas empujones para que se apartaran. Desde aquí hasta los coches, poco más de veinte minutos de continua bajada por un terreno en el que en vez de nieve nos encontramos mucho barro.