Bolos del Río Dúrcal

Divertida y sencilla ruta anfibia que realizamos en familia. El desnivel marcado en Wikiloc es erróneo debido a los típicos errores de los GPS en zonas encañonadas, y me extraña que supere los 300 metros acumulados. También parece algo larga la distancia, aunque ahí Wikiloc ha afinado más.

Preferimos no bajar al río en la ida y empezar por el camino de la Acequia Mahina ya que no tiene sombras (aunque sí agua en la acequia), para volver por camino del río, aprovechando la sombra de su bosque de ribera. Al llegar al Barranco de la Rambla, cogimos a la derecha para encaramarnos a la acequia. A la vuelta, en este mismo punto, bajaremos el barranco hasta el Dúrcal, para coger el camino al que hago referencia. Ojo, porque la acequia es aérea en muchos tramos y expuesta en algunos, por lo que es mejor no arriesgar y seguir por el agua cuando haya la más mínima duda.

La parte de la Acequia Mahina es muy entretenida, pues hay un túnel que hizo las delicias de los niños. Hay escape a este punto si alguien no se siente cómodo en él, aunque no dejan de ser menos de cien metros de túnel de una altura que no obliga a agacharse casi ni a los más altos. A los pocos metros de salir del túnel, estamos ya a la altura del río y muy cerca de la preciosa Cascada del Canal de Fuga, que aunque sea artificial es una auténtica preciosidad. Por lo visto, en ocasiones cortan arriba y desaparece. Nosotros tuvimos suerte.

A partir de aquí transitamos por dentro del Dúrcal, que se encañona llamativamente. El paso se complica un poco, por los bolos (que dan nombre a la ruta) que hay en el cauce; no obstante, el piso es seguro porque no encontramos musgo resbaladizo y el agua es muy clara. Raro fue que el agua nos superara los tobillos, por lo que no es este un río para bañarse, salvo un par de pozas hechas por los caminantes en las que remojarse si te empeñas. Durante todo este trayecto, hay escape a ambos lados, pero nosotros solo cogimos los necesarios pues íbamos al cachondeo. Finalmente, llegamos a la inexpugnable Cascada de los Bolos, de la que disfrutamos antes de volvernos sobre nuestros pasos.

Como decía antes, al llegar al Barranco de la Rambla bajamos por él hasta el río y así evitar la solana del camino de la acequia. En el camino de la ribera hay algunas mesas para tomar tranquilamente un piscolabis. Solo nos quedaba andar por él un par de km y subir por la cuesta final hasta el punto de inicio y final de esta divertida ruta anfibiofamiliar.

Posteriormente, completamos el día con laRuta de los Baños de Urquízar y Salto del Alcázar, que pueden hacerse por separado como hicimos nosotros, o uniéndolas a pie, quedando una muy completa de unos 20 km.