BOLTAÑA - VALLE SIESTE **circular** GARGANTAS RIO SIESTE - CONFESIONARIO - SAN VELIÁN – MORCAT

VALLE SIESTE **circular** GARGANTAS RIO SIESTE - CONFESIONARIO - SAN VELIÁN – MORCAT
(Ruta CIRCULAR desde parking pozas rio Sieste)

Justo a la entrada de Boltaña, viniendo desde AÍnsa, tomar desvío a la izquierda hacia el pueblo de Sieste.

A un km aproximadamente, el pueblo de Sieste lo dejaremos siempre a la derecha, por carretera de circunvalación, y escogeremos siempre el desvío a la izquierda para continuar por el trazado de la estrecha pista asfaltada que remonta el rio Sieste.

Continuaremos por esta pista y siguiendo siempre el trazado principal, y que nunca se separa de la margen izquierda del rio (derecha en nuestro caso). Sobre unos 3 km aproximadamente desde la altura de Sieste se llega a un pequeño espacio habilitado como parking, y perfectamente señalizado (diciembre 2021) como Pozas San Martín. Desde este parking es de donde se asciende el cauce del rio Sieste para alcanzar las pozas San Martín del mismo rio, y que es por donde regresaremos después para finalizar.

Para iniciar esta ruta circular desandaremos, desde este mismo parking, por la pista que hemos llegado hasta encontrar un punto donde podremos cruzar el rio Sieste para alcanzar otra pista, que parte unos metros más abajo, y asciende por el margen contrario del rio para alcanzar los despoblados de San Velián y Morcat. Esta pista esta cerrada con cadena para el trafico rodado.

Ascendiendo llegaremos a la altura del despoblado de San Velián, donde aprovecharemos para abandonar la pista en un cruce de caminos y poder visitar por fuera este conjunto de antiguas casas, y especialmente sus tres accesos empedrados y delimitados por muros, y que todavía se conservan en bastante buen estado. Como demasiadas veces en Aragón, te invade un sabor agridulce al observar una magnífica muestra de arquitectura tradicional y popular, y al mismo tiempo apreciar su estado de abandono general con el inexorable deterioro que van sufriendo con el paso del tiempo.

Las vistas desde San Velián son magníficas, en especial al curso alto del rio Sieste desde donde se pueden apreciar perfectamente, y a vista de pájaro, las pozas y toboganes de San Martín, pero es complicado moverse por su interior ya que la naturaleza lo esta recuperado prácticamente en su integridad.

En San Velián tomaremos la antigua senda empedrada en muchos metros que se encaminaba hacia el pueblo de Morcat, a una cota de unos 200 mts más arriba, y que no abandonaremos hasta alcanzar nuevamente la pista que habíamos abandonado para visitar San Velián (waypoint CRUCE-2). En este punto continuaremos por la pista que indica a Morcat y unos pocos metros más arriba volveremos a abandonarla para seguir por una pequeña senda que progresa de forma directa y empinada al despoblado de Morcat.

La primera sensación que tengo al llegar a Morcat es de grandiosidad. A pesar de ser un día parcialmente nublado, especialmente en la parte Norte donde llovizna y que no permite ver, y casi tocar con las manos, el macizo del Monte Perdido, Añisclo, las Sucas, Posets,… creo que la vista podría alcanzar casi todo de ser un día de invierno completamente despejado. Por la parte Este, y a pesar de las nubes se puede apreciar perfectamente la Peña Montañesa, el pico Cotiella, el macizo Turbón... Una gozada, y un aire que a pesar de ser un día tranquilo te dejaba igual de helado que en la cima de un gran montaña. Los pobladores de Morcat tenían que ser duros, muy duros para estar prácticamente al descubierto del aire en casi cualquier dirección y a una altura de unos 1.080 mts. Con solo un poco de imaginación se puede intuir lo que sería vivir un invierno de los de antes, con las condiciones que se tenían y en esta localización.

La segunda sensación es el mismo sabor agridulce sentido en San Velián, pero mucho más acentuado. El conjunto de arquitectura y arte tradicional, de lo que queda, es admirable pero en un estado tan lamentable de abandono y casi ruina que peligra, y mucho, acercarse a las edificaciones, especialmente con condiciones meteorológicas adversas. En este día parece que las paredes de la iglesia de origen románica, de una estampa casi magnética, destechadas y resquebrajadas se vayan a caer por la fuerza del aire que no rebla en el lugar.

Es una autentica ignominia y desvergüenza que las administraciones responsables, que mantenemos con nuestros impuestos, no actúen para preservar y mantener estas joyas de la arquitectura tradicional, de nuestra cultura popular, y que una a una se van perdiendo para siempre.

La ruta continua justo por la otra vertiente desde donde se llega al despoblado de Morcat, partiendo de unas explanadas que quizás podrían haber sido las eras, se sigue por una una senda bien delimitada y perdiendo altura de forma acentuada.

En un momento se cruza una pista, probablemente de una de las bifurcaciones que hemos dejado atrás, hasta llegar al rio Sieste, justo en la parte alta del salto del Confesionario. En este punto (waypoint CRUCE-REGRESO), antes de llegar a cruzar el rio parte una senda, perfectamente delimitada e indicada, que lleva directamente a las pozas de San Martín y al parking. Punto de partida y final de esta ruta.

Pero si cruzamos el rio Sieste en este punto podremos perder cota dando un rodeo con acuciada pendiente, para sortear las paredes verticales que protegen los dos saltos del rio Sieste en este lugar. El primero, y más espectacular llamado el salto del Confesionario, y también del segundo, un poco más abajo, igual de espectacular pero que el primero parece que lo eclipse de algún modo.

En ambos casos se trata de alcanzar el rio por la parte inferior del respectivo salto (bajando lado izquierdo para el Confesionario y derecha para el segundo salto), y remontar por su mismo cauce unos pocos metros más arriba para acceder a cualquiera de ellos.

Pero hoy no era el día para disfrutarlos, y si para tener un accidente. Las lluvias de la noche y días anteriores hacia que las rocas que cauce del rio estuvieran empapadas de agua, completamente húmedas y resbaladizas en extremo, convirtiendo en un riesgo cada paso o salto por ellas. El rio tenía suficiente caudal para no dejar otras alternativas. Ese día era imprescindible equipamiento adecuado de barranquismo para realizar la aproximación, así que otro día será.

Después de realizar los intentos y evaluación de aproximación en ambos saltos, desando el camino y vuelvo a recuperar cota para encontrar el cruce que he dejado antes en la margen derecha del rio para tomar dirección a las pozas y toboganes de San Martín y regreso al parking, y siempre siguiendo las perfectas indicaciones (diciembre 2021) que nos encontramos en algunos pocos cruces de este último tramo del trayecto que apuntan a Morcat o San Velián.

ATENCIÓN: En caso de posibles lluvias, y especialmente tormentas, abstenerse de realizar la última parte del trayecto donde se tiene que cruzar el rio Sieste en varios puntos por la enorme peligrosidad que conlleva el caudal del rio en estas situaciones, y alejarse todo lo posible de el.