Bosque de Moal

Punto de partida: Moal.
Espacio protegido: Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.
Época recomendada: Otoño y primavera.
Elementos de interés: Hayedos, castaños y vistas del valle de Muniellos.
Tipo de camino: Pista de tierra y senda correspondiente al PR-AS 132.
Servicios: Moal cuenta con unos cuantos bares y establecimientos hoteleros.

Descripción del itinerario.

Esta ruta, la PR-AS 132, comienza como dice su propio nombre en el pueblo de Moal, en el mismo lugar que el paseo de Moal a Tablizas. Antes de nada, decir que para realizar este itinerario no hay que pedir ningún permiso al Principado de Asturias, siendo una buena alternativa si no cuentas con el permiso para entrar en Muniellos.

La ruta empieza en el cruce de la carretera donde encontraremos un panel con todo lo relevante a la ruta (figuras 1 y 2). Se trata de un itinerario circular, de menos de 10 kilómetros que salva un desnivel de más de 500 metros.

Recorreremos la calle principal de Moal alineado en el fondo del valle del río Muniellos. Pasearemos entre sus casas, hórreos y fuentes hasta llegar a la capilla desde donde deberemos girar hacia la izquierda (figura 3). Seguidamente cruzaremos el río Muniellos (figura 4) hacia la plaza del pueblo.

Continuaremos todo recto por la pista que arranca a mano derecha, en ambos casos en las figuras 5 y 8. En un ligero vaivén de subidas y bajas observaremos el fondo de vega de Moal (figura 6), encaminándonos pronto (figura 7) hacia el desvío de la figura 8 donde tomaremos el camino de la derecha (figura 9). El camino de la figura 10 lo utilizaremos para volver.

La senda nos llevará, entre robles y castaños hacia un reguero, en dirección hacia Tablizas (figuras 6, 11, 12, 13 y 14). Desde el camino también se pueden observar los cortines, las construcciones para proteger la miel de las abejas del oso (figura 17).

En el kilómetro 1,6 encontraremos una nueva intersección (figura 15). En esta ocasión tomaremos el camino de frente hacia Tablizas entre las fincas de la vega del río Muniellos (figuras 16 y 18).

En el kilómetro 2,5 en otro nuevo desvío, nos decantaremos por seguir ascendiendo y no haciéndolo por Tablizas. Es importante fijarse bien en este desvío ya que si vamos a Tablizas nos saldremos de ruta (figuras 19 y 20).

Continuaremos siempre en la misma dirección y por el camino más marcado, siguiendo el reguero de Fondesa. El ascenso será progresivo hasta llegar al mirador del Montecín, ubicado a 1000 metros de altitud. El camino ganará belleza ya que ascenderá entre robles y castaños, primero, para más tarde atravesar un bello hayedo (figuras de la 21 a la 27).

Tras cruzar el bosque de hayas, la senda se aventura en ascenso hacia el mirador del Montecín. La vegetación arbórea desaparecerá para apoderarse el brezo y las genistas que nos permitirán comprobar lo que hemos ascendido.

En el kilómetro 5,3 acabaremos la ascensión coronando en el mirador del Montecín, ubicado a 1016 metros de altura. Una vez aquí, es imprescindible contemplar el valle de Moal, el puerto del Connio y la parte baja de la Reserva Natural Integral de Muniellos (figuras 29, 30, 31 y 32).

De regreso al camino principal continúa la ruta por la senda de la izquierda (figuras 33 y 34) ya en descenso y que de nuevo se interna en un nuevo hayedo (figuras 35, 36 y 37) para desembocar en el collado Moncó en que tendremos un cruce de caminos (figuras 38 y 39).

Aquí, tendremos que coger el desvío a mano izquierda (figura 40) que en fuerte pendiente donde deberemos extremar la precaución (figuras 41, 42 y 43), desciende rápidamente entre robles y castaños (figuras 44 y 45) hasta encontrarse con una pista, la misma utilizada en el ascenso (figuras 8 y 10). Solo nos queda retornar a Moal por el mismo camino.

Impresiones.

El bosque de Moal es una excelente opción si no contamos con la correspondiente licencia para entrar a Muniellos. El estado de conservación de sus hayedos, castaños y robles es muy elevado y pasear por ellos será toda una delicia. La he considerado como moderada porque la subida al mirador del Montecín tiene algún tramo bastante pindio.