Bosque de secuoyas Cabezón

Bosque de secuoyas Cabezón.
La Secuoia Sempervivens es un árbol robusto con copa piramidal que mide unos 50 m, frecuentemente llega a medir hasta 100m. , es originaria del Pacífico de los Estados Unidos . Los conquistadores españoles llamaron 'palo alto' y 'palo colorado' (los ejemplares que vieron superaban los 115 metros y más de altura).
Florecen al final del invierno para madurar las piñas, verdes primero y rojizas finalmente, en el otoño siguiente. Las flores masculinas son amarillas y las femeninas ovales y verdosas, de mayor tamaño.
Además de su tamaño, lo que caracteriza a la sequoia es por una parte, su longevidad, (pueden llegar a superar el millar de años ) y por otra su rapidez de crecimiento (1,80 metros/año entre los cuatro y los diez años de edad ). Su madera es de buena calidad, ligera , rojiza, no resinosa y fácil de trabajar.
El bosque tiene una historia curiosa. En el año 1926 el gobierno español recomendó la experimentación con especies madereras para nutrir la industria nacional del papel. Luego llegaron la guerra y la autarquía con el cierre de fronteras. SNIACE de Torrelavega fue fundada en el año 1939. Necesitaba celulosa y en la segunda mitad de 1940 los técnicos decidieron plantar secuoyas y pinos en Cabezón por su rapidez de crecimiento.

Años después, cuando ya se podían talar, la madera no interesaba y de aquella plantación de 2,47 hectáreas, un oasis en un monte colonizado por los eucaliptos, perviven 848 secuoyas (sequoia velintonia) y 20 pinos (pinus radiata) que conforman un tupido bosque de troncos estilizados, alguno de 36 metros de altura, en una vaguada húmeda donde se fijan las nieblas. Una senda facilita el paseo en cualquier época del año.
Junto a la entrada hay un parking muy pequeño, solo para unos 4 o 5 coches, pero unos 300 0 400 m más adelante y a la izquierda de la carretera hay un aparcamiento más amplio. El recorrido es muy corto y han habilitado un tramo con pasarelas de madera para sillas de ruedas que termina en un mirador. Desde este punto tenemos una bajada por escaleras talladas en el suelo que nos llevan hasta el final del bosque. Podemos ascender de vuelta al inicio por otro camino situado a la derecha.
Las secuoyas fueron plantadas a intervalos regulares y luego clareadas. Pero crecieron y se han juntado. El bosque es tan tupido que no veremos sotobosque y la luz penetra con dificultad.