Bosque de Valgrande (Payares)
near Payares, Asturias (España)
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Itinerary description
Punto de partida: Payares.
Espacio protegido: Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa.
Época recomendada: Todo el año, especialmente durante el otoño o la primavera.
Elementos de interés: El propio bosque y las vistas panorámicas que ofrece. En San Miguel del Río y Pajares, sus iglesias.
Tipo de camino: Pista forestal que en su totalidad coincide con las marcas del PR-93 "Puertos de Bachota". El último tramo hace lo propio con el Camino de San Salvador.
Servicios: En Pajares encontramos dos bares además del Ruchu, que lo normal es que se encuentre cerrado. En Arbas merece la pena una visita a su colegiata y en el propio puerto se encuentra el parador, en esta fecha cerrado.
Descripción del itinerario.
El bosque de Valgrande, aunque no goza de la protección y el cartel de otros como Muniellos, es una de las masas forestales más importantes de Asturias, famoso ya desde la Edad Media como lugar de caza preferido por los reyes y la nobleza.
A poco menos de un kilómetro del pueblo de Pajares o Payares se encuentra nuestro punto de inicio, donde junto al mesón "El Ruchu" encontramos un amplio aparcamiento. Con sentido descendente caminaremos por el arcén de una carretera que soporta un alto tráfico pero por suerte sólo serán unos metros pues pronto nace una pista que gira hacia la izquierda, adornada por el cartel del PR-AS 93 y también con las marcas tan características del Camino de San Salvador, una de las variantes para ir a Santiago de Compostela que conecta León con Oviedo en cuatro etapas (figuras 1, 2, 3, 4, 5 y 6).
La ancha pista forestal, construida para dar servicio a las obras del túnel de la AP-66, se sigue sin ningún tipo de problemas y de manera ágil. El primer tramo de recorrido, en sentido descendente ya nos ofrece unas notables vistas hacia los montes que hacen barrera entre León de Asturias además de observar el trazado de la autopista (figuras 7, 8, 9, 10, 11 y 12).
Dejamos atrás las primeras hayas y un joven robledal para llegar al primer enlace con el Camino de San Salvador. La pista va trazando curvas unas más cerradas que otras, adaptándose a un terreno que miremos a donde miremos presenta unas vertiginosas pendientes (figuras 13, 14, 15 y 16).
El nuevo cruce con el Camino de San Salvador será más de nuestro interés, concretamente el de la figura 18. En este punto nos desviaremos al realizar la vuelta. El camino continúa siempre entre el bosque dando un gran giro al Cantu de los Muertos. En un claro del bosque aparece ante nosotros la solitaria pirámide de peña Castillo, que muestra su silueta de aspecto rudo e inaccesible (figuras 17 y 18). Tras pasar dos arroyos, el reguero del Puerto y el de las Mestas, la pista serpentea por los riscos que forman las Mestas, Camareo y el valle Cimero de la peña del Castillo. Entramos en el corazón de un bosque cada vez más tupido de vegetación (figuras 19, 20, 21, 22, 23 y 24).
Valgrande es un bosque mixto en el que la especie dominante es el haya, pero también abundan robles, abedules, salgueros o serbales entre otros. Las hayas las podemos encontrar en las laderas más sombrías mientras que los abedules forman bosquetes en la parte superior del bosque. Los salgueros en cambio prefieren la proximidad del curso fluvial (figuras 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32 y 33).
La pista principal continúa su rumbo hasta alcanzar primero el reguero Encarnes y un poco más adelante el río Valgrande, que a finales de octubre bajaba muchísima agua. Este fue mi lugar elegido para dar la vuelta. La pista sigue hasta la entrada del túnel del Negrón ganando más altura (figuras 34, 35, 36, 37, 38 y 39).
Retornando por el mismo camino hasta el desvío de la figura 18, descenderemos siguiendo las marcas del Camino de San Salvador para no hacer una ruta 100% lineal, eso sí, en esta variante acumulamos algo más del desnivel que llevamos hasta ahora (figuras 40, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47 y 48).
La pista nos lleva en fuerte descenso hasta San Miguel del Río acompañados del río Pajares o Valgrande que desgraciadamente no mostraba su mejor aspecto por unas obras aguas arriba. En San Miguel más vale reponer fuerzas porque tras dejar atrás su iglesia tocará hacer frente a un pindio y duro ascenso hasta conectar con el pueblo de Pajares (figuras 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55 y 56).
Eso sí, Pajares, a pesar de encontrarse pegado a la carretera nacional, cuenta con unas vistas privilegiadas hacia el macizo de Ubiña y el bosque de Valgrande. Ya sólo nos quedará atravesar todo el pueblo realizando los últimos metros pegados a la N-630, por lo que tendremos que extremar la precaución (figuras 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63 y 64).
Impresiones.
El puerto de Pajares es uno de los pasos más importantes entre Asturias y León desde tiempos inmemorables. En una de sus laderas se despliega uno de los bosques más extensos de toda la cordillera Cantábrica a la altura de otras manchas forestales como Muniellos, Peloño o Montegrande. La pista, a pesar de ser ancha, nos permitirá recorrer el bosque de manera ágil disfrutando de unas maravillosas vistas.
A la hora de realizar la vuelta, hay que tener en cuenta que si tomamos el desvío que sigue el Camino de San Salvador y el desnivel se incrementará x2. La nota negativa de este recorrido fue que durante la ida nos topamos con dos excavadoras. Por desgracia algo habitual en este recorrido que sirve de conexión para llegar al túnel del Negrón.
Espacio protegido: Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa.
Época recomendada: Todo el año, especialmente durante el otoño o la primavera.
Elementos de interés: El propio bosque y las vistas panorámicas que ofrece. En San Miguel del Río y Pajares, sus iglesias.
Tipo de camino: Pista forestal que en su totalidad coincide con las marcas del PR-93 "Puertos de Bachota". El último tramo hace lo propio con el Camino de San Salvador.
Servicios: En Pajares encontramos dos bares además del Ruchu, que lo normal es que se encuentre cerrado. En Arbas merece la pena una visita a su colegiata y en el propio puerto se encuentra el parador, en esta fecha cerrado.
Descripción del itinerario.
El bosque de Valgrande, aunque no goza de la protección y el cartel de otros como Muniellos, es una de las masas forestales más importantes de Asturias, famoso ya desde la Edad Media como lugar de caza preferido por los reyes y la nobleza.
A poco menos de un kilómetro del pueblo de Pajares o Payares se encuentra nuestro punto de inicio, donde junto al mesón "El Ruchu" encontramos un amplio aparcamiento. Con sentido descendente caminaremos por el arcén de una carretera que soporta un alto tráfico pero por suerte sólo serán unos metros pues pronto nace una pista que gira hacia la izquierda, adornada por el cartel del PR-AS 93 y también con las marcas tan características del Camino de San Salvador, una de las variantes para ir a Santiago de Compostela que conecta León con Oviedo en cuatro etapas (figuras 1, 2, 3, 4, 5 y 6).
La ancha pista forestal, construida para dar servicio a las obras del túnel de la AP-66, se sigue sin ningún tipo de problemas y de manera ágil. El primer tramo de recorrido, en sentido descendente ya nos ofrece unas notables vistas hacia los montes que hacen barrera entre León de Asturias además de observar el trazado de la autopista (figuras 7, 8, 9, 10, 11 y 12).
Dejamos atrás las primeras hayas y un joven robledal para llegar al primer enlace con el Camino de San Salvador. La pista va trazando curvas unas más cerradas que otras, adaptándose a un terreno que miremos a donde miremos presenta unas vertiginosas pendientes (figuras 13, 14, 15 y 16).
El nuevo cruce con el Camino de San Salvador será más de nuestro interés, concretamente el de la figura 18. En este punto nos desviaremos al realizar la vuelta. El camino continúa siempre entre el bosque dando un gran giro al Cantu de los Muertos. En un claro del bosque aparece ante nosotros la solitaria pirámide de peña Castillo, que muestra su silueta de aspecto rudo e inaccesible (figuras 17 y 18). Tras pasar dos arroyos, el reguero del Puerto y el de las Mestas, la pista serpentea por los riscos que forman las Mestas, Camareo y el valle Cimero de la peña del Castillo. Entramos en el corazón de un bosque cada vez más tupido de vegetación (figuras 19, 20, 21, 22, 23 y 24).
Valgrande es un bosque mixto en el que la especie dominante es el haya, pero también abundan robles, abedules, salgueros o serbales entre otros. Las hayas las podemos encontrar en las laderas más sombrías mientras que los abedules forman bosquetes en la parte superior del bosque. Los salgueros en cambio prefieren la proximidad del curso fluvial (figuras 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32 y 33).
La pista principal continúa su rumbo hasta alcanzar primero el reguero Encarnes y un poco más adelante el río Valgrande, que a finales de octubre bajaba muchísima agua. Este fue mi lugar elegido para dar la vuelta. La pista sigue hasta la entrada del túnel del Negrón ganando más altura (figuras 34, 35, 36, 37, 38 y 39).
Retornando por el mismo camino hasta el desvío de la figura 18, descenderemos siguiendo las marcas del Camino de San Salvador para no hacer una ruta 100% lineal, eso sí, en esta variante acumulamos algo más del desnivel que llevamos hasta ahora (figuras 40, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47 y 48).
La pista nos lleva en fuerte descenso hasta San Miguel del Río acompañados del río Pajares o Valgrande que desgraciadamente no mostraba su mejor aspecto por unas obras aguas arriba. En San Miguel más vale reponer fuerzas porque tras dejar atrás su iglesia tocará hacer frente a un pindio y duro ascenso hasta conectar con el pueblo de Pajares (figuras 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55 y 56).
Eso sí, Pajares, a pesar de encontrarse pegado a la carretera nacional, cuenta con unas vistas privilegiadas hacia el macizo de Ubiña y el bosque de Valgrande. Ya sólo nos quedará atravesar todo el pueblo realizando los últimos metros pegados a la N-630, por lo que tendremos que extremar la precaución (figuras 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63 y 64).
Impresiones.
El puerto de Pajares es uno de los pasos más importantes entre Asturias y León desde tiempos inmemorables. En una de sus laderas se despliega uno de los bosques más extensos de toda la cordillera Cantábrica a la altura de otras manchas forestales como Muniellos, Peloño o Montegrande. La pista, a pesar de ser ancha, nos permitirá recorrer el bosque de manera ágil disfrutando de unas maravillosas vistas.
A la hora de realizar la vuelta, hay que tener en cuenta que si tomamos el desvío que sigue el Camino de San Salvador y el desnivel se incrementará x2. La nota negativa de este recorrido fue que durante la ida nos topamos con dos excavadoras. Por desgracia algo habitual en este recorrido que sirve de conexión para llegar al túnel del Negrón.
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