Bosque Valdehaya y roblón del Monasterio
near Velilla del Río Carrión, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Depende en función del estado de la pista minera. Recomendable en el lavadero de carbón.
Espacio protegido:
Época recomendada: Otoño o primavera.
Elementos de interés: Sabinar de peña Lampa, bosque de Valdehaya, roblón del Monasterio, restos de la actividad minera y las vistas panorámicas en la parte más alta de recorrido.
Tipo de camino: Senda y pista minera que se corresponde con el PR-P 12.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Velilla del Río Carrión. Guardo completa una mayor oferta.
Descripción del itinerario.
Muy cerca de Velilla del río Carrión existe un valle en el que se fusionan dos bosques de climas muy distintos. Mientras que en la solana vive un vistoso y extenso sabinar, en la umbría prospera un oscuro y denso hayedo. Varios edificios abandonados nos recordarán la intensa actividad minera que vivió Valdehaya en el siglo pasado.
El inicio del recorrido variará en función del estado de una pista minera que parte desde el cruce con la P-215 hasta internarse en pleno bosque de Valdehaya; si tenemos ocasión lo ideal es dejar el coche en el lavadero de carbón, hay espacio suficiente para cuatro o cinco coches (figuras 1, 2, 3 y 4).
Desde aquí saldremos inmediatamente de la pista para ascender por una malla regeneradora para que vuelva a salir de nuevo una vegetación atrapada antaño por una de las muchas escombreras y montañas de carbón que anegaron este bosque el siglo pasado (figuras 5 y 6).
Pronto abandonaremos esta nueva senda para internarnos en la parte más baja del hayedo titulado como "Bosque Mágico" en su entrada. En el primer tramo es casi imprescindible el track ya que la senda no es nada intuitiva además de estar recubierta por hojarasca (figuras 7, 8 y 9).
Antes de salir a la pista, encontramos la hayona del Monasterio, la de mayor porte de todo el bosque. Estamos en el paraje de "La Cincha" y tras unos cuantos zig-zag más salimos al primer cruce con la pista que "corta" el hayedo. De todos los desvíos, éste es el menos claro; giraremos hacia la izquierda y unos metros después tomaremos un pequeño sendero que vuelve a ascender por el hayedo (figuras 10, 11, 12 y 13).
Una senda que parece desaparecer en algunos tramos continúa su suave ascenso gracias a un zig-zag constante abriéndose entre un bosque que en este tramo apenas contaba ya con hojas en sus ramas (figuras 14, 15, 16 y 17).
En el kilómetro 2,2 aproximadamente, saldremos de nuevo a la pista. En esta ocasión el giro será a la derecha y continuaremos por ella hasta llegar al final de ella, momento en el que se abre un claro en el bosque, que coincide con la situación de una escombrera, que nos facilitará una panorámica hacia el hayedo de Valdehaya y el sabinar de peña Lampa (figuras 18, 19, 20, 21, 22 y 23).
Repetimos la operación, entramos de nuevo en el hayedo por una pequeña senda para abandonarla unos metros después. Antes de salir a otra nueva pista, veremos una haya también de gran porte (figura 24). En el tercer cruce con la pista giraremos hacia la izquierda para desviarnos posteriormente hacia la derecha en ligero ascenso (figuras 25 y 26). Estamos en el extremo más sureño del bosque por lo que tocará volver hacia el norte. En el tramo más alto del bosque, aparecen las hayas más jóvenes (figura 27).
A mitad de camino de esta senda veremos hasta cinco roblones que posiblemente pasen ya el centenar de edad. También disfrutaremos de algún claro que nos permite observar las dimensiones de ambos bosques, donde aparece nuevamente el sabinar. El sabinar de peña Lampa está situado en la vertiente suroeste, en una ladera muy rocosa y con fuertes pendientes. Peña Lampa es una encumbrada montaña de caliza que se alza solitaria en la margen derecha del río Carrión. Las sabinas, de color verde oscuro, destacan fuertemente sobre el color claro de la caliza. Llegan hasta el fondo del valle, pero en la parte opuesta su progresión se vio frenada por un frondoso hayedo que ocupa toda la ladera (figuras 28, 29, 30, 31, 32 y 33).
Llegamos a la parte más elevada del recorrido, la salida a la última pista tocará realizarla hacia la derecha en dirección hacia la torre Magalana. Tras subir dos repechos, finaliza el desnivel positivo de la ruta. El esfuerzo merece la pena porque seremos recompensados por unas sensacionales vistas de la montaña de Riaño y Mampodre así como de algunas de las peñas más destacas de la montaña Palentina, además de los Picos de Europa (figuras 34, 35 y 36).
Comienza pues un descenso bastante pindio en los primeros metros, en el que deberemos primero girar a la derecha en dirección hacia el roblón. Muy cerca del desvío tendremos otra bonita panorámica hacia el valle de Valdehaya (figuras 37 y 38).
Durante el descenso también pasamos por la bautizada como "Casa de Gollum", una haya torcida que corta la senda en dos. La senda continúa su descenso en mitad de un hayedo que en esta ladera si que contaba con más hojas. Ya cercanos al roblón comienzan a aparecer robles de gran porte; hasta 25 documentados en esta zona (figuras 39, 40, 41, 42, 43 y 44).
Aunque si hay uno que destaque por encima del resto ese es el de Monasterio. Se encuentra en el paraje conocido como "Monasterio", nombre que proviene de una abadía benedictina de la que no queda ningún resto. Sus casi 17 metros de alto y sus más de 5 de perímetro de tronco convierten a este ejemplar de roble albar en el abuelo del bosque por mérito propio (figuras 45, 46, 47, 48 y 49).
Desde el roblón el sendero sigue hacia el oeste hacia una pista de tierra que más tarde está asfaltada. La pista nos llevará de vuelta al punto de inicio si seguimos bien las indicaciones del PR-P 12 y no tomamos ninguno de los desvíos que iremos viendo durante el descenso (figura 50).
A lo largo de estos dos kilómetros de vuelta iremos viendo restos de instalaciones mineras abandonadas, escombreras y hasta tres bocaminas. Entretenidos por el pasado minero de este valle, llegaremos, casi sin darnos cuenta, al lavadero de carbón, punto de inicio de nuestro recorrido, no sin antes realizar un último giro hacia la derecha (figuras 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58 y 59).
Impresiones.
La ruta transita casi en su totalidad por senderos creados, recuperados y mantenidos por la asociación "Amig@s de Tamaria, los Caminos del Monte Vindio". Un recorrido de contrastes, entre el hayedo y el sabinar, todo ello bajo las huellas mineras de un valle que busca resurgir de las escombreras entre hayas y sabinas.
Espacio protegido:
Época recomendada: Otoño o primavera.
Elementos de interés: Sabinar de peña Lampa, bosque de Valdehaya, roblón del Monasterio, restos de la actividad minera y las vistas panorámicas en la parte más alta de recorrido.
Tipo de camino: Senda y pista minera que se corresponde con el PR-P 12.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Velilla del Río Carrión. Guardo completa una mayor oferta.
Descripción del itinerario.
Muy cerca de Velilla del río Carrión existe un valle en el que se fusionan dos bosques de climas muy distintos. Mientras que en la solana vive un vistoso y extenso sabinar, en la umbría prospera un oscuro y denso hayedo. Varios edificios abandonados nos recordarán la intensa actividad minera que vivió Valdehaya en el siglo pasado.
El inicio del recorrido variará en función del estado de una pista minera que parte desde el cruce con la P-215 hasta internarse en pleno bosque de Valdehaya; si tenemos ocasión lo ideal es dejar el coche en el lavadero de carbón, hay espacio suficiente para cuatro o cinco coches (figuras 1, 2, 3 y 4).
Desde aquí saldremos inmediatamente de la pista para ascender por una malla regeneradora para que vuelva a salir de nuevo una vegetación atrapada antaño por una de las muchas escombreras y montañas de carbón que anegaron este bosque el siglo pasado (figuras 5 y 6).
Pronto abandonaremos esta nueva senda para internarnos en la parte más baja del hayedo titulado como "Bosque Mágico" en su entrada. En el primer tramo es casi imprescindible el track ya que la senda no es nada intuitiva además de estar recubierta por hojarasca (figuras 7, 8 y 9).
Antes de salir a la pista, encontramos la hayona del Monasterio, la de mayor porte de todo el bosque. Estamos en el paraje de "La Cincha" y tras unos cuantos zig-zag más salimos al primer cruce con la pista que "corta" el hayedo. De todos los desvíos, éste es el menos claro; giraremos hacia la izquierda y unos metros después tomaremos un pequeño sendero que vuelve a ascender por el hayedo (figuras 10, 11, 12 y 13).
Una senda que parece desaparecer en algunos tramos continúa su suave ascenso gracias a un zig-zag constante abriéndose entre un bosque que en este tramo apenas contaba ya con hojas en sus ramas (figuras 14, 15, 16 y 17).
En el kilómetro 2,2 aproximadamente, saldremos de nuevo a la pista. En esta ocasión el giro será a la derecha y continuaremos por ella hasta llegar al final de ella, momento en el que se abre un claro en el bosque, que coincide con la situación de una escombrera, que nos facilitará una panorámica hacia el hayedo de Valdehaya y el sabinar de peña Lampa (figuras 18, 19, 20, 21, 22 y 23).
Repetimos la operación, entramos de nuevo en el hayedo por una pequeña senda para abandonarla unos metros después. Antes de salir a otra nueva pista, veremos una haya también de gran porte (figura 24). En el tercer cruce con la pista giraremos hacia la izquierda para desviarnos posteriormente hacia la derecha en ligero ascenso (figuras 25 y 26). Estamos en el extremo más sureño del bosque por lo que tocará volver hacia el norte. En el tramo más alto del bosque, aparecen las hayas más jóvenes (figura 27).
A mitad de camino de esta senda veremos hasta cinco roblones que posiblemente pasen ya el centenar de edad. También disfrutaremos de algún claro que nos permite observar las dimensiones de ambos bosques, donde aparece nuevamente el sabinar. El sabinar de peña Lampa está situado en la vertiente suroeste, en una ladera muy rocosa y con fuertes pendientes. Peña Lampa es una encumbrada montaña de caliza que se alza solitaria en la margen derecha del río Carrión. Las sabinas, de color verde oscuro, destacan fuertemente sobre el color claro de la caliza. Llegan hasta el fondo del valle, pero en la parte opuesta su progresión se vio frenada por un frondoso hayedo que ocupa toda la ladera (figuras 28, 29, 30, 31, 32 y 33).
Llegamos a la parte más elevada del recorrido, la salida a la última pista tocará realizarla hacia la derecha en dirección hacia la torre Magalana. Tras subir dos repechos, finaliza el desnivel positivo de la ruta. El esfuerzo merece la pena porque seremos recompensados por unas sensacionales vistas de la montaña de Riaño y Mampodre así como de algunas de las peñas más destacas de la montaña Palentina, además de los Picos de Europa (figuras 34, 35 y 36).
Comienza pues un descenso bastante pindio en los primeros metros, en el que deberemos primero girar a la derecha en dirección hacia el roblón. Muy cerca del desvío tendremos otra bonita panorámica hacia el valle de Valdehaya (figuras 37 y 38).
Durante el descenso también pasamos por la bautizada como "Casa de Gollum", una haya torcida que corta la senda en dos. La senda continúa su descenso en mitad de un hayedo que en esta ladera si que contaba con más hojas. Ya cercanos al roblón comienzan a aparecer robles de gran porte; hasta 25 documentados en esta zona (figuras 39, 40, 41, 42, 43 y 44).
Aunque si hay uno que destaque por encima del resto ese es el de Monasterio. Se encuentra en el paraje conocido como "Monasterio", nombre que proviene de una abadía benedictina de la que no queda ningún resto. Sus casi 17 metros de alto y sus más de 5 de perímetro de tronco convierten a este ejemplar de roble albar en el abuelo del bosque por mérito propio (figuras 45, 46, 47, 48 y 49).
Desde el roblón el sendero sigue hacia el oeste hacia una pista de tierra que más tarde está asfaltada. La pista nos llevará de vuelta al punto de inicio si seguimos bien las indicaciones del PR-P 12 y no tomamos ninguno de los desvíos que iremos viendo durante el descenso (figura 50).
A lo largo de estos dos kilómetros de vuelta iremos viendo restos de instalaciones mineras abandonadas, escombreras y hasta tres bocaminas. Entretenidos por el pasado minero de este valle, llegaremos, casi sin darnos cuenta, al lavadero de carbón, punto de inicio de nuestro recorrido, no sin antes realizar un último giro hacia la derecha (figuras 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58 y 59).
Impresiones.
La ruta transita casi en su totalidad por senderos creados, recuperados y mantenidos por la asociación "Amig@s de Tamaria, los Caminos del Monte Vindio". Un recorrido de contrastes, entre el hayedo y el sabinar, todo ello bajo las huellas mineras de un valle que busca resurgir de las escombreras entre hayas y sabinas.
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