Brieves - Luarca. Valdés

Recorrido: Brieves – San Feliz – Lago – Ambasvías – San Antón de Concieiro – Almuña - Luarca.
Dificultad: Baja, pero de largo recorrido.
Distancia: 17,5 km.
Duración: 5 h. y 30 m. (aprox.)
Continuando con nuestro interés en recorrer el Primitivo Camino de Santiago a su paso por el concejo de Valdés, concluimos con esta ruta el objetivo del Grupo. El pasado año recorrimos el tramo Biescas-Brieves y el de hoy lo iniciaremos en Brieves y finalizará en Luarca. Es una buena manera de dar a conocer esta primitiva ruta jacobea que fue poco a poco abandonada por el actual Camino del Norte o Camino de la Costa. Es necesario indicar que el Camino de Santiago, al llegar a Salas, se bifurcaba en dos alternativas: la
primera, por la vereda izquierda del río Nonaya, que continúa el Camino Primitivo o de Alfonso II el Casto, es el que ahora se recorre y aparece en todas las guías informativas; la segunda, por la vía derecha, denominada “La Carrilona” ofrecía a los peregrinos otra alternativa menos conocida, pero con restos y documentos que avalan su importancia. El pasado año recorrimos una parte de este Primitivo Camino de Santiago: Ardesaldo, Venta de Las Gallinas, La Venta de Carlones, Hospital de Faedo, Venta de Las Cruces, Ferrera de los Gavitos, Carcedo y Brieves; ahora nos corresponde caminar por la segunda.
Ya en el pueblo de Brieves, nos encontramos con el edificio de La Torre de los Abella, construido a comienzos del s. XVI, que ha sido utilizado como vivienda, pero que en su origen tuvo carácter defensivo.
Probablemente fuera la heredad de una familia que carecería de recursos económicos para levantar un castillo. Pero Brieves destaca sobre todo por sus arcos, que sirven de paso desde la entrada de la casa hasta el hórreo.
“Todos los grandes quereres / como pájaros anidan / baixo los arcos de Brieves /” dice en su Cantar Nené Losada.
En el centro del pueblo permanece la humilde capilla de San Juliano, que pertenece a La Torre. En el altar mayor, la virgen de la Soledad, a su derecha San Julián, con una paloma en su mano derecha y una espada en la izquierda.
No lejos, pero fuera del pueblo, pasado el puente sobre el río Llorín, está la capilla de Santa Tecla, remodelada y pintada de blanco. En su interior, un retablo barroco y la imagen de la santa, otra de la virgen de Fátima y una copia del cuadro de Murillo, “Los niños de la concha”.
Salimos de Brieves y dejamos a nuestra derecha los edificios de la antigua fábrica Nestlé, que en marzo de 1993, tras 28 años de actividad, cerró sus puertas y dio fin al trabajo de 65 empleados fijos y 25 eventuales.
La Nestlé, posteriormente adquirida por Bel Industrias Lácteas constituyó un emporio de florecimiento económico para la zona, pero ahora es un almacén de maderas cerrado, solitario, triste. Nada más pasar el río Esva por el puente de La Chanona, giramos a la derecha y nos encaminamos a San Feliz. Mientras ascendemos suavemente, podemos contemplar en toda su extensión la casería formidable de Brieves y su entorno. Desde la entrada de San Feliz se pueden ver con claridad los pueblos más cercanos que aparecen en el horizonte: Trevías, Gamones, Cortina, Balsera, Brañaverniza. Se puede tomar también un café en el bar del pueblo y después detenernos frente a la capilla de Santa Isabel. A través del cristal de la puerta vemos en el altar mayor la Visitación de Santa Isabel a la Virgen. En la hornacina de la izquierda, la Virgen de las Nieves y a la derecha está San Félix, con tiara y báculo, el santo que da nombre al pueblo. Frente a esta
capilla, limpia, ordenada, reluciente hay casas solariegas muy bien cuidadas, hórreos y paneras. En una de ellas pasó su infancia y juventud la escritora Nené Losada.
A la salida del pueblo hay un taller de soldadura y forja donde trabaja Rubén. Es una de las personas que mejor conoce este Camino Primitivo. Nos dice que por este ramal tan olvidado del Camino de Santiago, siempre han pasado muchos alemanes. Se debe probablemente a que un grupo de peregrinos germanos lo recorrieron en el siglo XIX anotando los pueblos, ventas, fuentes, ermitas y hospitales que encontraban a su
paso. El cuaderno de esta ruta se popularizó por toda Alemania y fue pronto incorporada a las guías jacobeas de aquel país.
Desde San Feliz a Lago el ascenso es continuo pero suave. Cuando llegamos a la AS 220, pretil de la carretera, en el horizonte, los pueblos se acercan al mar. En la cercana Ambasvías existió un hospital de Peregrinos del que el profesor de la universidad de Oviedo, Jesús Menéndez Peláez ha dado cuenta recientemente en la prensa. Pasamos por la capilla de San Antón de Concieiro y a pocos metros permanecen las ruinas de lo que fue una venta, situada al borde de una camino de trajinería, por donde no sólo pasaban los peregrinos sino las recuas que transportaban la harina de Castilla o el aceite de las
almazaras andaluzas. Por el origen de su topónimo, Concieiro de concilium, reunión, podemos saber que fue lugar de ferias de ganado y encuentro de gentes. La bajada hacia Luarca se podrá hacer por un muy buen camino carretero que desemboca en la Nacional 634, o bien siguiendo el más estrecho que nos hará pasar por el Albergue Municipal del Camino de Santiago de Almuña. Cuando nos metemos en Villar, ya por fin enlazamos en el parque de la Barrera con el frecuentado Camino de la Costa.