Brinkola-Otaño-Eluztizain-Oamendi-Arripillata-Arranoaitz-Elortxiki-Segura

Comienzo en el pequeño barrio de Brinkola, que oficialmente pertenece al municipio de Legazpi, aunque en algunos sitios indican que, al igual que la estación de tren (donde finaliza la línea C-1 del cercanías, que tiene también como destino final Irún), pertenece a la localidad de Oñati.

Camino por una pista asfaltada, pasando a su vez por varios barrios diseminados, hasta llegar a un punto donde me desvío a la izquierda, cruzando las vías del tren. Aquí comienzo de forma oficial el ascenso a la primera de las 6 cimas del recorrido, en un lugar que se podría considerar como la minisierra de Aizkorri, una versión en miniatura del gigantesco y rocoso macizo que se encuentra justo enfrente, el cual casi le duplica en altura (el Aitxuri, techo de Euskadi, tiene 1551m) a las cumbres que realizaré en esta ruta. Mi primer objetivo es el Otaño.

La subida al inicio es muy llevadera, yendo por un sendero de tierra y piedras con rampas muy suaves. Pero, mas adelante, una vez entro de lleno en un pinar, la pendiente es cada vez mayor y el avance es mas lento. También hace aparición el barro, aunque sin llegar a molestar o suponer un problema.
Realizo varios zig-zags hasta llegar a un cruce (aquí había bastante mas barro), y en pocos metros hago un triple giro derecha-Izquierda-izquierda. En el lugar donde hago el último de los giros volveré mas adelante para continuar con la segunda cima.

Pero lo primero es ir a la cumbre del Otaño. Para ello vuelvo a ascender una cómoda rampa por un ancho sendero natural, y una vez abandono el bosque, continúo por hierba, a cielo abierto y sin perdida alguna, con la siempre bonita y agradable compañía de varios caballos, directo al buzón y geodésico cimero del monte Otaño (838m).

Las vistas desde lo alto son sublimes, maravillosas; la cercana e imponente sierra de Aizkorri, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, culminando por un lado en el vecino monte Aratz y en el monte Aloña por el otro, por abajo están el resto de cimas de ésta minisierra herbosa, los montes Kurutzeberri, Gorbea, Orixol, Anboto, Udalatx, Gorostiaga, Erlo, Izaspi, Gazume, Hernio, la sierra de Aralar con el precioso Txindoki como protagonista, la sierra de Altzania y el circo de Aralegi, entre otros.

Tras las mas que obligadas fotos de rigor, prosigo la marcha yendo en dirección Sur, bajando primero por un estrecho camino herboso (en el track aparece una pequeña desviación, pero realmente hay que ir recto, por el lado izquierdo) y luego, a la vez que vuelvo a adentrarme en el pinar, por sendero natural.

Ahora vuelvo hasta el mencionado cruce y en esta ocasión giro a la izquierda. Aquí se encuentra el punto mas delicado de la ruta. Se trata de un estrecho camino que al inicio se encuentra muy embarrado, y hay pocos huecos por donde meter el pie sin mancharse en exceso o deslizarse. Si hacéis esta ruta habiendo llovido recientemente que sepáis que si o si vais a tener que andar por barro. Por fortuna no es demasiada la distancia que hay que patear en estas condiciones.
Mas adelante, justo cuando empiezo a ver unas torretas de cazadores, el camino vuelve a ser cómodo y transitable.

Dicho sendero conecta con otro mucho mas ancho y llevadero, que se encuentra señalizado con marcas PR amarilla y blanca, donde andaré durante varios minutos. Asciendo suavemente por una pista de piedras, con vistas a la imponente sierra de Aizkorri. Luego hago un giro brusco a la izquierda y vuelvo a entrar en el bonito pinar. En el camino se ve una cruz amarilla y blanca, pero eso no significa que me haya equivocado, simplemente ese sendero no forma parte del PR.

Al final del sendero, salgo a cielo abierto, y como en la primera cima, camino sobre una loma herbosa, en esta ocasión repleta de mierda de caballo, que me conduce hasta el buzón cimero (hoy tirado en el suelo, lo intenté poner de pie como pude) del monte Eluztizain (809m). Las vistas son similares al Otaño, pero viendo menos cimas. Aun así merece la pena pasarse por aquí.

A continuación, me dirijo nuevamente en dirección Sur, (así hasta la última de las cimas) de camino a la tercera cumbre, el monte Oamendi. Desciendo una empinada ladera herbosa y en el punto mas bajo, de nuevo vuelvo a ver mucho barro y mierda de caballo, aunque afortunadamente se puede esquivar. Ahora asciendo una empinada loma, sin que haya un camino visible, pero en el suelo y en los árboles aparecen numerosas marcas PR que me ayudan a avanzar correctamente.

En pocos minutos llego a la tercera cumbre del día, el Oamendi (886m). En la cima se encuentra un buzón y un ¿dolmen?, o lo que queda de el. Aquí las vistas vuelven a ser espectaculares. Siempre las mismas, pero a medida que me desplazo mas al Sur, la perspectiva va variando. Ahora puedo disfrutar de una amplia panorámica de la comarca del Goierri, con alguna que otra localidad por abajo, de la sierra de Altzania (que visitaré en la siguiente etapa) y siempre con la grandiosa y preciosa sierra de Aralar como telón de fondo. Y ni que decir del muro de la sierra de Aizkorri, cada vez mas grande, mas cercano. También se pueden ver los montes Usurbe, Adarra e incluso las Peñas de Aya. Por si fuera poco, también hay una lejana vista de lo que creo es el monte Beriain/San Donato, y hacia el Este, allá por la zona prepirenaica, se divisa una pirámide de gran altitud que desconozco que monte podría ser (¿quizás el Orhi?.

Justo enfrente, a unas pocas decenas de metros, se encuentra la cima del Arripillata (888m), la mas elevada de esta minisierra. El nombre le viene como anillo al dedo, ya que la cumbre esta rodeada de una acumulación de rocas incrustadas y dispersas.

Sigo recto, de nuevo cuesta abajo, y durante el camino supero varias barreras y vallas que imagino están para que los caballos u otros animales no puedan pasar. Es en la última, en el final de un nuevo ascenso, donde me permite acceder a la cumbre del Arranoaitz (875m). Si me asomo al borde del acantilado, abajo se puede ver perfectamente el pueblo de Zegama. Por lo demás, las vistas siguen siendo similares, aunque el fondo Norte ya no es tan vistoso como al principio.

Por en el Sur, tan solo queda una cumbre mas por realizar, el Elortxiki. Esta muy cerca, pero llegar hasta él costará un esfuerzo extra importante, ya que por un lado hay que descender una ladera muy empinada, y acto seguido lo mismo pero cuesta arriba. El cansancio empieza a hacer mella, la subida la realizo en zig-zag para que se me haga mas amena. Al fin, consigo llegar a lo alto, y a mano izquierda se encuentra el geodésico y buzón cimeros del Elortxiki (865m). La vista de la sierra de Aizkorri y del monte Aratz es impresionante, impone muchísimo, parece que son 2 barreras completamente infranqueables.

Ahora sí, ya no hay mas cimas que ascender (al menos que merezcan la pena), y por tanto, comienzo el descenso definitivo (larguísimo pero sencillo) rumbo al pueblo de Segura.
Sigo haciendo caso a las marcas PR y bajo por un cómodo sendero natural que se interna entre el pinar. Luego, en un cruce, abandono el PR que conducía hasta la localidad de Zegama, para girar a la izquierda y poder ir así hasta Segura.

El inicio del camino daba malas sensaciones. Estaba algo embarrado, con numerosos charcos a los lados, por fortuna evitables. Pero mas adelante, el sendero ganaría en calidad y en belleza. Avanzo por un larguísimo camino en suave pendiente, que serpentea a izquierda y derecha entre una pared rocosa abierta a propósito para poder transitar por aquí. Me encantó esta bajada, es completamente distinta al resto del trazado. Además por el lado derecho puedo seguir disfrutando de una vista de Aralar y del amplio valle donde se encuentran metidos los pueblos de Zegama y Segura, entre otros.

Tras un buen rato caminando y disfrutando del entorno, llego hasta otra zona arbolada, muy bonita por cierto, y al final del camino me encuentro con una pista asfaltada, que conecta a su vez con una carretera. Por aquí iré ya hasta el final.
La carretera es estrecha y no tiene arcén, pero se puede ir con total tranquilad, ya que el paso de vehículos es muy escaso, o como en mi caso en el día de hoy, completamente nulo.

Luego si es cierto que a escasos 2km de llegar a Segura, dicha carretera conecta con otra mucho mas ancha, y aquí si que hay bastante tránsito de coches, pero al menos hay arcén y un pequeño camino que va paralelo al carril izquierdo.
Finalmente, consigo llegar al pueblo de Segura, lo atravieso de lado a lado y accedo a una marquesina situada al lado de una ermita, donde concluyo así esta preciosa ruta.


Se me ha olvidado mencionar que en las cimas del Eluztizain y Oamendi, y en parte de la bajada por la carretera he visto en el suelo numerosos grupos de procesionarias. Éstos bichos suelen aparecer en ésta época del año y siempre allá donde haya pinos, y en esta zona hay muchos. Aquellos interesados en hacer la ruta con perros próximamente, tened cuidado.