Buñol - Cascada de la Baiba 19/7/20

Cómo llegar:
Salimos de Algemesi por la calle Valencia por la carretera CV-42 con dirección a Valencia, para enseguida tomar la entrada a la antigua autopista de peaje AP-7, continuando con dirección a Valencia, por esta autopista enlazaremos con la autovía A-7 y continuaremos sin abandonarla hasta llegar a tomar el desvío n.º 336, por nuestra derecha para continuar por la A-3, Autovía del Este, con dirección a Madrid, hasta llegar a la salida nº 322, con dirección a Buñol, poco después continua por la CV-425 con dirección a Buñol, cruzaremos por encima la autovía A-3 y en la siguiente rotonda continuaremos por la CV-425, no abandonaremos esta carretera hasta entrar en la población por la calle de la Hoya, hasta llegar al primer cruce en donde continuaremos por nuestra derecha por la calle Joaquin Masmano Ibañez, cruzaremos la Avenida de la Musica y en el siguiente cruce continuaremos por nuestra derecha por la calledel Dr. Garces Vericat, que nos llevará hasta las mismas instalaciones del polideportivo, en cuyo aparcamiento dejaremos nuestro coche para dar comienzo a nuestra ruta de hoy.

Descripción de la ruta:
Esta semana la ruta discurre por las cercanías de Buñol.
La ruta de hoy es una ruta sencilla y cercana. Nos acercaríamos hasta Buñol para iniciar el recorrido y visitar las Cuevas y la cascada de la Baiba, situadas ya en Término de Alborache. Comenzamos a caminar desde la zona de aparcamiento del Polideportivo, muy cerca de la Balsa de Planell. Pasamos junto a la balsa, en donde habita una buena colonia de patos y alguna oca. Dejamos atrás la balsa y llegamos junto a la carretera CV- 425 y continuamos por nuestra derecha para buscar el paso subterráneo para cruzar la carretera, a la salida continuamos por nuestra izquierda, siguiendo por camino asfaltado. A continuación dejamos el camino asfaltado por un camino de tierra por nuestra derecha, este camino nos llevará a visitar las ruinas de la antigua fabrica de armas de Buñol., de la que solo queda en pie la chimenea y una garita de vigilancia.
Corría el año 1937. En plena Guerra Civil, la rebelión militar en contra de la II República consigue en el frente del Norte conquistar el País Vasco, núcleo principal de la industria armamentística fiel al gobierno republicano. Previendo el desenlace, el gobierno traslada maquinarias de producción y sobretodo técnicos especialistas a la zona de Levante, donde crean varios núcleos de producción de armas con los que abastecer al ejército defensor del gobierno legítimo de la Nación. Uno de ellos será la fábrica de Corrons. En Buñol se fabricó la ametralladora tipo Maxim, de diseño ruso.
Tras el fin de la guerra, la fábrica se transforma en polvorín donde, a lo largo de 3 años, van llegando los excedentes del conflicto en forma de proyectiles, que llegan a Buñol por tren y son trasladados a Corrons con el camión del tío Agustina. Una vez allí eran desmontados, desactivados y almacenados. Se calculan en miles de kilos los explosivos depositados en sus instalaciones. Un dicho popular decía “El dia que explote el Polvorín, desaparecerá Buñol”.
Y llegamos al 31 de julio de 1951, con los ecos de la guerra civil aún recientes y los efectos de la postguerra aún presentes. Era un domingo caluroso, por lo que la mayoría de los buñoleros estaban en casa disfrutando de su día de descanso. Sobre las 11 de la mañana se oye un estremecedor estruendo que hace temblar las casas del pueblo y rompe la paz del domingo. A continuación, más explosiones. La gente asustada se hecha a la calle a averiguar que pasa. De repente, empiezan a tañer las campanas de la iglesia del pueblo llamando a rebato.
Entre el alboroto, empiezan a llegar las primeras noticias: “el polvorín, ha explotado el polvorín”. La gente, con el recuerdo próximo de los horrores de la guerra, abandonan sus casas con lo puesto y se dirigen en dirección contraria a las explosiones, y toman dirección hacia Madrid, por la carretera o por la vía del tren, buscando la seguridad que otorga la distancia.
El pueblo se queda vacío, salvo los que no pueden valerse por sí mismos. Ancianos y enfermos reciben ayuda de sus vecinos para alejarse de lo que parece la destrucción del pueblo.
Las explosiones son contínuas y se mantienen varios días. Poco a poco vuelve la calma y la gente empieza a regresar a sus casas que, aún habiendo permanecido abiertas y vacías, no han sufrido saqueos. A pesar de lo aparatoso de la explosión, no hay víctimas, aunque curiosamente se producirán después.
El estallido provoca que salgan despedidos proyectiles por la zona de alrededor de Corrons. Algunas noticias orales hablan de que algunos llegaron hasta la zona del Oliveral.
El oscurantismo informativo de la época parece que intenta ocultar el hecho al estar relacionado con un centro militar.
Unos metros mas adelante podemos visitar también un refugio antiaéreo.Volveremos a la pista principal unos metros mas adelante de donde la dejamos y continuamos por nuestra derecha en dirección al Barranco de la Baiba. En unos 800 metros llegamos aun cruce con una pista en donde solo tenemos que cruzarla continuando recto. En unos 500 metros pasaremos bajo un alinea del tendido eléctrico y continuamos un centenar de metros mas y en una curva cerrada a la izquierda abandonamos la pista y continuamos recto unos 400 metros más hasta llegar al cruce con una pista en de continuaremos ahora por nuestra derecha.
Hay un momento en que la pista hace un giro a la derecha sobre un riachuelo de agua. Esta corriente es la que más adelante forma la cascada. La intuitiva senda va bajándonos por antiguos bancales, para llegar a las cuevas y la cascada hay que ir bordeando hacia la derecha un pequeño promontorio. La senda bordea la zona rocosa. Este tramo es muy frondoso y selvático. Hay que hacer algunas destrepadas sencillas.
Por fin llegamos a la cascada. Es una preciosidad. Una joyita escondida entre esta pequeña selva. Podemos disfrutar del frescor del lugar que proporcionan las pequeñas gotas de agua que desde la caída de agua se esparcen por todo el lugar.
Una vez disfrutado el entorno emprenderemos el camino de vuelta por el mismo sitio, hasta llegar al cruce del inicio del barranco en donde continuaremos ahora por nuestra derecha, por senda, que nos llevará al cruce con una pista, en donde continuaremos por nuestra derecha. En el trayecto de esta pista encontramos un lugar con una buen asombra bajo un algarrobo, en donde nos detenemos para dar cuenta de nuestro almuerzo, que no debe fallar. Después de reponer fuerzas continuamos por la misma pista hasta llegar bajo una linea del tendido eléctrico en donde continuaremos por nuestra izquierda, por la cañada Real de la Mancha, de la que solo recorremos un pequeño tramo. Encontraremos un par de granjas a nuestra derecha marcadas como A y B y a continuación otra granja, frente a la cual dejamos la cañada por nuestra izquierda esta senda hace un par de curvas pasando bajo la linea del tendido eléctrico en tres ocasiones para llegar a conectar con una pista en donde continuaremos por nuestra derecha. Recorremos ahora un tramo de carretera asfaltada y un poco mas adelante, nos desviaremos por nuestra izquierda continuando por pista de tierra.
Por esta pista llegamos a un lugar en donde podemos detenernos a tomar un último respiro en unos bonitos bancos de cerámica. Reanudamos la marcha por la misma senda con un tramos de vallas de madera que nos conduce al paso bajo la carretera CV- 425 que da acceso a la entrada al parque y polideportivo del Planell, y en donde tan solo nos quedará dirigirnos hacia la zona de aparcamiento, en donde daremos por finalizada nuestra ruta de hoy.
Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a pabloonce.blogspot.com y a hoyunclick.es
Hasta pronto.