Buñol: Ruta del agua desde la Fuente de San Luis, pasando por las Cuevas de las Palomas y el Turche y la senda del río Juanes

Aunque tenía muy claro que debía utilizar para esta ruta la denominación que figura en el encabezamiento, dentro de mi sentía que su nombre debía ser el de ruta del renacimiento. Nada que ver con el estilo artístico, el nombre sólo está relacionado con la superación siquiera temporal de momentos amargos. A veces entre el abandono y el dolor aparecen ejemplos inolvidables de belleza; una de las plantas que crecen en las macetas de los balcones de mi casa saludó mi ausencia de varios meses con la maravillosa flor que aparece en la foto 1 de esta presentación; no necesitó riegos esmerados, fertilizantes especiales ni nutrientes específicos, y desde luego el cuidado que recibió fue escaso, pero su imagen despertó de inmediato el deseo de volver al camino en busca de lugares donde la belleza que esconden justifica sobradamente el esfuerzo de la visita. Con varios kilos menos, una moderada neuropatía post quimioterapia y radioterapia y una digestión bastante alterada, volver al sendero y disfrutar de parajes como los que se encuentran en la ruta de hoy es en cierto sentido como un renacer, de ahí el nombre en que pensaba.
En la práctica la ruta comienza en el paraje de la Fuente de San Luis, al lado del Auditorio de Buñol, y se dirige hacia el río Buñol, para luego de cruzarlo ascender hacia un mirador donde se inicia un trayecto irregular por la Urbanización de la Cruz, que nos llevará hacia la senda del río Juanes, por donde pasaremos por un buen número de charcos de cristalinas aguas, algunas con abundantes peces (barbos, algunos de gran tamaño), y también por lugares sorprendentes y bellísimos, como las Cuevas de las Palomas y del Turche, cada una con un charco o laguna de gran belleza, alimentada por una cascada hoy con poca agua. Desde la última emprendemos el camino de regreso hacia el lugar de inicio, donde habíamos dejado aparcado nuestro coche. Para el diseño de la ruta he tenido en cuenta, sobre todo, el itinerario presentado por Ismajazz (6246603) en el año 2014, sobre el que hemos introducido algunas modificaciones intencionadas y otras no, probable resultado de cambios del terreno en los últimos años.
Buñol es el nombre de un municipio situado en la comarca de la Hoya de Buñol, de geografía muy accidentada, donde hay evidencias de ocupación humana desde el paleolítico medio; es también el nombre de una población, de marcado carácter industrial, asentada desde la ocupación musulmana en la zona situada a los pies del castillo, construido en época musulmana, probablemente sobre los restos de una fortaleza romana. En el siglo XIII se incorporó al Reino de Valencia, y durante el siglo XIV y principios del XV fue sujeto de numerosos cambios de señorío, por compraventa o decisión real. Hacia 1425 la Hoya de Buñol pasó a ser posesión de la familia Mercader, pero ello no mejoró mucho su situación, por las frecuentes luchas fronterizas con los castellanos, la revuelta de las Germanías y la posterior expulsión de los moriscos, que dejó casi despoblado el entorno y obligó a otorgar una carta puebla en 1611, procediendo los repobladores de Mallorca como en muchos otros sitios de la Comunidad Valenciana; las condiciones fiscales fijadas en la carta puebla fueron motivo de revueltas y grandes quejas, acabando por justificar el paso de la zona a ser de nuevo una posesión real. Durante la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas, la comarca sufrió de nuevo considerables daños. En 1887 entró en servicio la linea de ferrocarril entre Buñol y Venta Mina, y a partir de entonces aumentó la actividad industrial, al principio sobre todo con las fábricas de papel y posteriormente con las cementeras, aunque el siglo XX no fue más tranquilo en cuanto a estabilidad social que los anteriores.
Nuestra ruta parte de un aparcamiento en la zona de la Fuente de San Luis, vecina a la Ermita del mismo nombre y al Auditorio de Buñol, donde dejamos aparcado el coche. Desde aquí nos dirigimos a la senda que recorre por una pasarela de madera un tramo del río Buñol, en las cercanías de algunas fabricas antiguas. De aquí salimos al encontrarnos el camino asfaltado que continúa por la izquierda hacia el Molino de Enmedio, y que por la derecha nos llevaría hasta la CV-427; si al llegar a ella se gira a la izquierda se encontrará, tras unos 500 metros en curva pronunciada, la salida por la izquierda de un camino asfaltado que lleva al Mirador que hay en esta zona. Nosotros decidimos seguir la propuesta de Ismajazz y símplemente cruzamos el camino asfaltado, para seguir por un sendero bien marcado (pero no señalizado, en absoluto) que asciende por la ladera de la montaña, en un trayecto algo inestable por las características del terreno (ha llovido recientemente y la ladera es bastante empinada), no señalizado en la primera parte y en el que es muy aconsejable consultar el GPS repetidamente para no perder la ruta. En conjunto el sendero hace el trayecto bastante más corto y evita el asfalto, pero puede ser poco seguro para las personas no acostumbradas al senderismo (es fácil para las personas con experiencia). La parte final del sendero muestra marcas azules y blancas, y flechas amarillas, irregularmente, por lo que no se debe confiar mucho en ellas; una buena grabación de GPS y su consulta habitual aportan una información de calidad y seguridad muy superior a la de las señales.
El camino continúa por un sendero bien marcado, que se dirige en busca de una pista asfaltada que recorre la Urbanización de la Cruz. En esta zona hay bastantes chalets, casi todos con perros agresivos, aunque no vimos ninguno fuera de las verjas. Seguimos progresando por pista asfaltada hasta superar el Campamento de La Serrana, donde encontramos el sendero que nos llevará hacia el río Juanes. A partir de aquí la ruta, que ya era bastante bonita por las vistas y el bosque, se hace impresionante por la especial configuración que han creado los efectos geológicos e hidrológicos que caracterizan el barranco del río Juanes.
A partir de aquí empezamos a ver charcos y grandes pozas de agua cristalina, con caos de grandes piedras, y poco después alcanzamos la zona del Cerro de la Cueva de las Palomas. La Cueva y el Charco, situado a sus pies, son uno de los grandes hitos del día. Las fotos muestran la belleza del lugar, donde encontramos un grupo de bañistas ingleses. El acceso es algo complicado por la inestabilidad y pendiente de la ladera, pero no plantea problemas de importancia si se lleva buen calzado o se tiene cierta experiencia (había personas que habían bajado en chanclas).
Siguiendo hacia delante nos encontraremos otro lugar muy bonito: el Charco Mañán, donde vimos una buena cantidad de peces, algunos de gran tamaño. Siguiendo hacia adelante encontramos un lugar donde es posible cruzar el río por un tosco puente hecho con palés de madera, y nada recomendable cuando el río baje crecido, aunque también es posible seguir por el lado izquierdo del río y cruzarlo después a nivel de una balsa por donde pasaba una acequia ahora en desuso. Mis compañeros siguen por la izquierda, pero yo prefiero cruzar y seguir por la derecha, hasta reunirnos a nivel de la acequia citada. Luego volvemos atrás y tomamos la pista que baja hacia la Cueva del Turche, para primero desviarnos por la izquierda hacia el Mirador del Turche y las pozas de esa zona, y luego volver atrás y dar un rodeo de casi 2 km. para entrar hacia la Cueva y el Charco del Turche, otro lugar de impresionante belleza, con unas mesas que aprovechamos para comer y beber algo en un lugar mágico.
Al cabo reanudamos la marcha volviendo atrás, para encontrar un sendero bien marcado que sube por unos escalones y nos llevará primero a el paraje del Turche y luego al Corral de la Serrana. Al final, casi al llegar al Molino de Enmedio, nos encontramos con la pista que hemos citado al principio, y por la que volvemos directamente hacía la pasarela del río Buñol y la Fuente de San Luis, donde está aparcado nuestro coche y finaliza la ruta de hoy.
En conjunto una preciosa ruta, buena parte de la cual se realiza por pista (asfaltada en parte de ella), fácil aunque tiene algún tramo de sendero blando en el que hay que tener cierto cuidado. En el camino, en general bonito, aparecerán varios lugares de enorme belleza, por lo que la ruta me parece muy recomendable. La protección contra el sol es escasa y es aconsejable llevar una buena provisión de agua y algo de comida. El calzado de montaña es recomendable y el uso del GPS es casi indispensable salvo buen conocimiento de la zona.
¡Buen renacimiento!