Buñol y su Ruta del Agua

Buñol y su Ruta del Agua.
Una ruta senderista de 40000pasos. Gracias por comentar y valorar.

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Ruta combinada urbana y periurbana por Buñol.

Se sigue la Ruta del Agua, entre los ríos Buñol y Juanes, visitando charcas y cuevas. Además se aprovecha el punto de encuentro en la estación del tren para atravesar la localidad a pie y conocer su castillo.

La ruta es fácil, aunque me resisto a valorarla como tal por la existencia de algunos pasos concretos bastante estrechos o que requieren el empleo de las manos.

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Se parte del aparcamiento delante de la estación de ferrocarril de Buñol, que se abandona saliendo por la c/ Blasco Ibáñez, por la derecha. En las inmediaciones del Barranco de la Venta, puede optarse por visitar el Parque Fluvial, un pequeño jardín a ambos lados del mismo.

Si se gira a la izquierda, al S, por c/ Floridablanca, se llega al castillo girando a la izquierda al final de la calle. El castillo, con viviendas en su interior, puede atravesarse para llegar a un mirador sobre la villa. Siguiendo al S, unas escaleras descienden sobre el casco antiguo. El camino ahora es discrecional mientras se encuentre la c/ Reyes Católicos, más al S, y se tome hacia el E.

Una vez atravesado de nuevo el Barranco de la Venta, se siguen por la derecha las marcas blancas y azules de la Ruta del Agua, abandonando Buñol (y hasta el retorno).

El camino sale de la villa por un puente sobre el Río Buñol, que apenas se ve entre la vegetación de ribera. Tras esto cambia la carretera (CV-427) por una pista rural que sale a la izquierda. La pista termina desembocando en una propiedad, de manera que se siguen unas escalerillas a la derecha. Tras este paso se llega a una nueva pista, y se sigue la izquierda en la primera bifurcación. Después no se abandona la pista por ninguna alternativa menor, pero la mejor garantía es el seguimiento de las marcas.

La pista que se trae se incorpora a otra en perpendicular, tras lo que se sigue ésta a la derecha, para llegar a un desvío a la izquierda, por una linde, marcado con un rudimentario cartel. La senda desciende hasta las inmediaciones del charco y la cueva de Turche, lugar preparado para un descanso y un posible almuerzo.

Se abandona Turche continuando la pista por la que se ha venido. En breve ésta asciende, dando un rodeo junto a algunas casas, para alcanzar la parte alta de las peñas de Turche, donde se puede visitar un mirador (algo limitado) sobre el Charco de Turche.

Al abandonar el camino del mirador por la izquierda, la pista termina llevando sobre un sendero cerrado con una cadena, y de ahí se alcanza un arroyo a vadear sobre un tablón echado en tierra. Este lugar marca el inicio del tramo con cierta dificultad, en el que el paso se dificulta, debe pasarse entre rocas, trepar alguna, caminar sobre la pared de un canal y apartar mucha vegetación que amenaza con cegar el camino. A pesar de las pequeñas dificultades, la Ruta del Agua depara una agradable sorpresa, la visión de las cristalinas aguas del Charco Mañán, al final de este intrincado paraje.

Tras ver el charco desde lo alto, la senda continúa hacia el W, en franco ascenso. Se alcanza una casa en ruinas, donde existe una alternativa de escape hacia Buñol, de frente. Para continuar la Ruta del Agua, debe seguirse la senda hacia la izquierda.

De frente queda la Cueva de las Palomas. Existe la posibilidad de bajar a visitarla por la izquierda. Continuando de frente, el camino se vuelve estrecho y se encuentra rodeado de frondosa vegetación de ribera que impide la visibilidad lateral. Por fortuna no hay alternativas hasta que un tramo en fuerte ascenso saca al sendero de la ribera.

Se alcanza una pista y se acelera el paso, aunque sigue siendo importante fijarse en las marcas blancas y azules para no acabar dentro de ninguna propiedad. La pista zigzaguea entre campos y chalets mientras se inicia el descenso a Buñol. Tras una larga recta aparece una pista de tierra a la derecha que impone un giro casi en horquilla, se toma la pista, y luego un sendero que sale a la izquierda a la 2ª posibilidad.

Este sendero desciende con una pendiente más acusada, y puede verse como esto es aprovechado por ciclistas, que han acondicionado peraltes y resaltos a lo largo de él. El sendero desemboca en la carretera CV-427 y en un moderno mirador sobre Buñol. Descendiendo de manera, algo precaria, por su derecha, se logra atajar varias docenas de metros de carrretera. Se sigue la pista que desciende y se cruza el puente.

Una vez en Buñol, una ruta de regreso muy directa puede ser la de buscar las escaleras que llevan el campo de fútbol. Tras eso, buscando siempre el N, se termina desembocando en el cruce de c/ Floridablanca, y de ahí el retorno al punto de inicio es inmediato.