Burgos (Araúzo de Miel). Araúzo de Miel-Ermita de la Virgen de Pinarejos-Cueva Moscos.

Longitud: 12 kilómetros.
Tiempo en movimiento: 2 horas 52 minutos.
Tiempo total: 3 horas 15 minutos.
Desnivel acumulado de subida: 389 metros.

La caminata es sencilla y suave y se realiza por caminos, sendas y por carretera poco transitada. Tiene como punto intermedio la explanada de la Ermita de la Virgen de Pinarejos a la que accedemos por el camino viejo que se encuentra al lado de unas tenadas actualmente abandonadas y finaliza en Araúzo de Miel al que llegamos por la Hoz. El trayecto combina zonas abiertas sin apenas vegetación con otras en las que los pinos albar y negral se alternan con las sabinas.

La ruta comienza en Araúzo de Miel en el Calvario, donde encontramos un panel con diversa información de la ruta y entorno. Subimos por el sendero conocido como el Callejón hasta alcanzar la carretera que continuaremos hasta llegar a unas tenadas, donde comienza el camino viejo que nos conducirá a la Ermita de la Virgen de Pinarejos.

Desde allí nos dirigimos hacia Doña Santos, pueblo al que no llegamos porque antes cogemos el desvío que nos conducirá a Araúzo de Miel. A la altura de la Cueva Moscos existe una senda un poco escondida que seguiremos en alguna otra ocasión y que conduce al curso del Arroyo de Fuente Barda que se encuentra seco en época estival y que comienza en Doña Santos. También veremos la presa que evita que determinadas zonas del Araúzo se inunden con tanta frecuencia como ocurría hasta su construcción.

Pinarejos.

“El autor del ‘Cantar de Mío Cid’ solo comenta en su relato cuatro topónimos pertenecientes a la actual provincia de Burgos: Vivar del Cid, Burgos, el Monasterio de San Pedro de Cardeña y Spinaz de Can. Aunque este último es de difícil ubicación, ha sido relacionado con Pinarejos, un enclave perteneciente al municipio de Arauzo de Miel y presidido por la ermita de la Virgen de Pinarejos o Plumarejos.

Siguiendo el relato del ‘Cantar de Mío Cid’ Rodrigo Díaz de Vivar, apremiado por el exiguo plazo, nueve días exactos, para abandonar Castilla y cumplir la orden de destierro, partió raudo desde el monasterio de San Pedro de Cardeña. Quizá por desconocimiento de la zona –los expertos creen que el autor o autores del poema eran oriundos de la soriana San Esteban de Gormaz-, en el ‘Cantar de Mío Cid’ no se mencionan localidades burgalesas como Covarrubias y Santo Domingo de Silos. Además de ser lugares de obligado paso, tenían una importante vinculación con EL Cid histórico, que era propietario de distintos bienes en la comarca del Arlanza.

Si como es lógico el Cid pasó por la zona para abastecerse de vituallas e incrementar el número de sus vasallos no es descabellado pensar –calculando las distancias recorridas y como han interpretado algunos investigadores, en especial el medievalista Ramón Menéndez Pidal- que Spinaz de Can se corresponda con el actual Pinarejos. Además, el enclave, rico en fuentes y abundante en pastos para caballerías, era ideal para acampar y pasar la noche.

En la actualidad Pinarejos es una pintoresca área recreativa rodeada de frondosos pinares en los que siguen brotando fuentes como la del Caño, topónimo que dio pista para su posible identificación con el legendario Spinaz de Saz. En el lugar también se localiza la ermita de la Virgen de Pinarejos o Plumarejos, una alargada construcción de mampostería edificada sobre otro templo anterior, en los siglos XVII y XVIII. En su interior, en un retablo fechado en 1.705, se guarda una talla de la venerada Virgen titular.”