Burguillos por el Camino de Galapurdi

Magnifica ruta la que hemos hecho esta mañana Curra y yo, por nuestro Burguillos, espacio natural que tenemos a tiro de piedra y que la gran mayoría de los Bailenenses desconocen. Burguillos es un monte de 550 ha. Que pertenece al termino municipal de Bailen, hoy día es un ejemplo de gestión ambiental, donde se compatibilizan distintas formas de acercarse a la naturaleza. Tiene un gran valor ornitológico, no en vano la editorial Serranía acaba de editar un libro con rutas por sierra morena y le ha dedicado una ruta muy recomendable. Desde aquí animo a todo el mundo que se acerque a conocer este espacio natural y que está muy bien cuidado gracias a la magnificada labor que está haciendo la persona encargada de su mantenimiento; Mariano Martínez Aguilar. Bailén "Es Natural" Si lo que busca es disfrutar de la naturaleza y respirar aire puro, la Dehesa de Burguillos es el entorno natural idóneo. Este monte queda emplazado en la zona norte del municipio de Bailén a una distancia de 5,5 kilómetros del núcleo urbano. La Dehesa de Burguillos fue aprovechada en otro tiempo para actividades ganaderas, convirtiéndose actualmente en una zona de recreo y ocio, dotada de barbacoas, fuentes de agua, centro de recepción de visitantes y rutas de senderismo para los amantes del turismo de naturaleza. Para visualizar su evolución cronológicamente, nos remontamos a sus orígenes en los que esta tierra había sido destinada para el alimento de los bueyes, donde tres aranzadas por yugo era concedida a cada labrador, al estar destinada para uso comunal. A finales del XVI, la “Dehesa de la villa” como era conocida entonces, será utilizada con fines recaudatorios subastando el pasto sobrante, la bellota o el arrendamiento de la caza para así hacer frente a los impuestos reales, pasando en este momento a ser un “bien de propios” y quedando recogida en esta figura jurídica durante tres siglos. A finales del XIX, los beneficios obtenidos procedentes de la Dehesa durante aproximadamente veinte años serán destinados a liquidar una deuda que el municipio había contraído con la villa jienense de Torreperogil derivada de un préstamo. Mas tarde llegarían las desamortizaciones en el reinado de Isabel II, pero a consecuencia de ser la única dehesa en propiedad del municipio destinada al pasto destinado de forma ajustada a las 717 cabezas de ganado que poseía, permitió a Bailén no quedarse sin ella. Con el paso del tiempo se produce una diversificación de la economía y el sector ganadero sufre un detrimento, provocando la necesidad de búsqueda de diferentes usos para la zona.